Valle de Sula requiere inyección de L1,500 millones en infraestructura

San Pedro Sula

Las obras de infraestructura siguen siendo una tarea pendiente en el valle de Sula.La Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), antes conocida como Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep), ha identificado y programado decenas de proyectos para la región.

Estos proyectos a su vez se dividen en dos vertientes: obras de protección y repavimentación/construcción de tramos carreteros.

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Entre ambas clases de proyectos se estima una inversión aproximada en torno a los 1,500 millones de lempiras para las obras que se prevé ejecutar a lo largo de este 2023.

A nivel ejecutivo, la encargada de coordinar y supervisar la ejecución de las obras en el valle es la Unidad Técnica Ejecutora del Valle de Sula.

Mauricio Mata, ingeniero que labora para dicha entidad, explica que han identificado la necesidad de efectuar hasta 42 proyectos en el apartado de obras de protección.

El grueso de estos se relaciona con el mantenimiento de bordos, cierre de boquetes, ampliación de bordos y la protección de los mismos.Toda esa labor requiere una generosa adjudicación de recursos.

“Tenemos un estimado de que la cartera de proyectos que tenemos casi llega a los 1,000 millones de lempiras”, indica Mata, pero, a la vez, reconoce que el cumplimiento de la agenda depende en gran medida de los recursos que la SIT destine al presupuesto para llevar a cabo tales proyectos, un presupuesto que, a la fecha, todavía no ha sido aprobado. “Por eso todavía no sabemos cuántos de estos proyectos vamos a poder ejecutar”, señala Mata.

Por el lado de las carreteras hay mayores posibilidades de conclusión de las obras, pues los tres proyectos principales, que implican la pavimentación o rehabilitación de un total combinado de 89.6 kilómetros de carretera, ya se encuentran aprobados y licitados, los cuales se prevé comenzarán alrededor del mes de marzo o incluso antes.

Estos proyectos carreteros incluyen el tramo entre Peña Blanca y Los Naranjos; el tramo entre Amapa y San Antonio de Cortés, y el más ambicioso de todos, el tramo que va desde Naco, Cortés, hasta La Entrada, en el departamento de Copán.

Este tramo, a su vez, se divide en tres subsecciones. Una primera, de 28.20 kilómetros, que va desde Naco hasta Quimistán, Santa Bárbara; una segunda, de 23 kilómetros, desde Quimistán hasta Sula, Santa Bárbara, y una tercera, de 27.9 kilómetros, desde Sula hasta La Entrada.

Pero sin ninguna duda, el proyecto más importante previsto para comenzar este año es la represa El Tablón, cuya planeación data desde los años setenta del siglo pasado y será recién en este 2023 que el proyecto comenzará a ser una realidad, de acuerdo con los planes esbozados por el actual Gobierno, que, de acuerdo con la SIT, lo ha puesto como una de sus prioridades, comprometiéndose con la ejecución del mismo.

La represa El Tablón, pensada para usos múltiples, estará ubicada sobre un cañón del río Chamelecón, a unos pocos kilómetros de la población homónima y que, además de ayudar a controlar las inundaciones en el valle de Sula, servirá también como reservorio de agua que podrá ser utilizado para apoyar actividades de agricultura y ganadería o para proveer, a través de acueductos, del vital líquido a algunas poblaciones.

Aunque en principio el sector privado ve con buenos ojos las obras de protección, hasta cierto punto resiente que estas estén tomando tanto tiempo considerando todo lo que está en juego.

“La zona norte, que es el motor productor e industrial del país, (y si) tiene un embate (como pasó con Eta y Iota) realmente nos hacen retroceder demasiado, y ya no podemos estar expuestos”, comentó Eduardo Facussé, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC).

El empresario manifestó su desconcierto por la tardanza en construir obras tan importantes como la represa El Tablón, cuyo costo, según ciertas estimaciones, sería de unos 114 millones de dólares.

“Póngale que fuera hasta ciento cincuenta (millones); en el último evento en Eta y Iota (las pérdidas) superaron los mil millones de dólares. Entonces realmente no hay ninguna razón para no invertir en eso. Más bien es contraproducente no hacerlo”, dice Facussé al hacer el balance de costo-beneficio.

El empresario también postula que, además de las obras ya descritas, la región necesita de otras obras complementarias que apoyen la economía del valle.

Una de ellas, de acuerdo con Facussé, es la modernización de la terminal del aeropuerto Ramón Villeda Morales, y agrega que también se requiere de libramientos que conecten; por ejemplo, la zona productiva de San Alejo, Atlántida, con Puerto Cortés sin necesidad de pasar por El Progreso.

Facussé también tuvo palabras de crítica ante la aparente lentitud de parte de las autoridades a la hora de ejecutar las obras.

A esto responde Haylin Suárez, de la Unidad Ejecutora del Valle de Sula, al señalar que han invertido unos L200 millones en obras de protección por la pasada temporada de lluvias. “No podemos, en un año, restablecer la infraestructura olvidada por décadas”, dice la funcionaria.

San Pedro Sula. A través de su presidente regional, Fabián Brown, la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico) aboga por la necesidad de una actitud preventiva para proteger el valle de Sula, la zona productiva más importante de Honduras, de donde sale más del 60% del PIB del país.

“Se necesita puntualmente la protección de todas las cuencas hidrográficas del valle de Sula. El tema de la reforestación es importantísimo”, señala Brown, quien agrega que el valle necesita elevar su nivel de manejo de emergencias.

“Hablamos de un sistema de alerta muy sofisticado.Tecnología satelital, estadística de primera de cómo viene la situación climatológica en esta zona”, dice Brown, para mitigar desastres como los de 2022.