Hasta las tablas de multiplicar olvidaron por el celular

Problemas de conducta, de rendimiento académico y de desórdenes emocionales se han conjugado por el uso sin límite ni regulación de aparatos electrónicos.

Mejorar el rendimiento académico tardará otro año en centros educativos bilingües como Mhotivo.

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San Pedro Sula

“...Una loba como yo no está pa’ tipos como tú (uuuu), pa’ tipos como tú (uuuu). A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú (uuuu)”.Mientras sus madres bailaban zumba al ritmo del pegajoso penúltimo éxito de Shakira en el estacionamiento de la Plaza Ibiza en la colonia Satélite, un grupo de niños entre los 5 y 10 años coreaban a todo pulmón y brincaban sin parar sobre un vehículo de paila el empalagoso estribillo de la canción más pegada de la influyente colombiana, que ya alcanza 365 millones de reproducciones en Youtube.

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El “boom” de la Sesión 53 con el rapero Bizarrap es tan viral que lo que sucedió en la clase de zumba en la populosa colonia sampedrana no es exclusivo de aquí. Es por ello, que en Colombia, una maestra también grabó un video donde se oye a sus alumnos cantar otra parte muy pegada de la canción: “Esto es pa’ que te mortifiques, mastiques y tragues, tragues y mastiques. Yo contigo ya no regreso, ni que me llores ni me supliques. Entendí que no es culpa mía que te critiquen, yo solo hago música perdón que te sal-pique”, haciendo el gesto con los dedos.

Debido a que los niños cantan con euforia, la profesora les dice: “Voy a decirle a Shakira que me saque una música con todas las tablas de multiplicar para ver si así las aprenden”.

Aunque el video se hizo viral y quizá a algunos les dé risa porque expone el aplastante éxito que la colombiana le dedicó a su infiel esposo Gerad Piqué, lo que la maestra pone evidencia son dos cosas: el impacto de la influencia de artistas como Shakira en las actuaciones y conductas de los jóvenes y niños, y por consecuencia, problemas de aprendizaje, ya que, el pasar conectados con sus aparatos consumiendo productos virales como sus canciones, el estudio pasa a segundo plano, y no se les da bien ni el aprendizaje de las tablas de multiplicar.

A punto de cumplirse tres años de la llegada del covid-19 al país, los docentes aún siguen padeciendo las consecuencias que causó en niños y adolescentes el encierro y la falta de contacto social por más de un año.

Problemas de conducta, de rendimiento académico y de desórdenes emocionales se han conjugado al grado que niños que se sabían las tablas, las olvidaron.

Esto lo asevera la profesora Vilma Alejandra Milla, directora oficial de media, del centro de educación básica no gubernamental bilingüe Mhotivo, quien dialogó con LAPRENSA Premium sobre las secuelas que siguen viviendo con los estudiantes, pese a que desde el año pasado se retornó a las aulas, tras la temporada de clases virtuales.

“Desde que volvimos a la nueva normalidad vimos que tenemos niños que perdieron los modales más básicos como pedir permiso para ir al baño. En la parte académica, tuvimos niños que dejaron de participar en lo artístico, porque no podían cantar una canción, o realizar una actividad tan sencilla como un baile. Hubo un retroceso total en el motor fino y el motor grueso”, lamentó.En el aspecto psicológico notaron en los estudiantes situaciones de miedo, desesperanza, estrés, inseguridad y angustia.

“Los estresa cualquier cosa. En el primer examen presencial que tuvimos, nuestros niños habían olvidado que eran términos pareados, que era selección múltiple. Algo impactante porque la última vez que los de séptimo grado estuvieron en la escuela, estaban en cuarto grado”.

Pero en Mhotivo no se quedaron de brazos cruzados ante esta dura realidad. Pusieron en marcha un plan de trabajo que consistió en dar un paso atrás para volver a enseñar a los estudiantes la base de la formación que ya les habían enseñando.

“Los tomamos de la mano al 100%, porque incluso tenían miedo a levantar la mano y expresarse para participar. Los grados más impactados fueron séptimo, octavo y noveno. Niños de 14, 15 y 16 años. Tuvimos que retomar acciones que van desde saludar a pedir permiso”, expuso.

Las materias donde más afectación detectaron los docentes fueron matemáticas y español.“Perdieron una habilidad tan elemental como multiplicar porque cuando estaban en casa Alexa (asistente virtual creado por Amazon) se los decía. Le preguntaban, Alexa cuánto es 7x3 y Alexa respondía. Olvidaron lo esencial porque todo lo querían hacer con el celular”.

Imitar modas, pasar largas horas de la noche jugando videojuegos en la consola o el celular también impacta en el rendimiento académico de los estudiantes.

Debido a que en la pandemia también causó un terrible daño emocional en muchas personas y sus secuelas se vivieron durante y después, tanto en adultos como jóvenes, los maestros están asumiendo el rol de psicólogos para reencausar a los jóvenes que aún no superan sus afecciones.

Milla lamentó que muchos niños perdieran la capacidad de creer en ellos mismos, la autonomía. Se acrecentó la carencia de disciplina de estudio porque se copiaban las tareas y se las mandaban por WhatsApp.

Ante ese azote, Milla considera que cada institución se ha puesto sus metas para poner a tono a los estudiantes y liberarlos de la dependencia del celular y el uso de otros aparatos electrónicos. En el caso de Mhotivo, cree que quizá todavía tarden de ocho meses a un año en cortar esa brecha.

“Nuestros maestros han sido los héroes, enseñándoles y llevándolos de la mano. Ha sido una tarea difícil, pero no imposible. Y están haciendo todo el esfuerzo por nivelar a los alumnos que no alcanzaron esas competencias para el grado al cual pertenecen, pero necesitamos el apoyo de los padres, porque ellos también se acomodaron en la pandemia”, lamentó.

Pidió a los padres limitar el uso de teléfonos móviles y otros aparatos, porque aún hay estudiantes que se trasnochan y eso también afecta el rendimiento. Ello los obliga a actuar con disciplina y supervisión. También enfatizan en fortalecer la comunicación familiar y en la realización de actividades recreativas.

Considera necesario que los padres se acerquen a sus hijos porque no es posible que en el celular estén respondiendo sus dudas relacionadas a la sexualidad o aprendiendo conductas autodestructivas como el uso de drogas, cigarros electrónicos o alcohol.

La transición a la normalidad no ha finalizado, por eso insisten a padres involucrarse en la nivelación.

Osman Pineda, director distrital de las escuelas bilingües del sistema anglosajón, lamentó que no exista un control en los jóvenes que tienen amplia libertad para acceder a redes sociales y aparatos tecnológicos, y por consecuencia aprender conductas ajenas, incluso a los principios morales y valores.

“Hay programas que no tienen restricciones. En nuestro país las cosas todavía son rescatables, pero lastimosamente somos un país consumista, dados a la imitación. Tan frágiles que cualquier información negativa que nos llega se adopta fácilmente. He visto a muchos jóvenes que tienen gran afinidad con unos chinos o japoneses, y los imitan en su forma de vestir.Es preocupante, porque eso va a venir evolucionado. Desafortunadamente, el uso de aparatos como celulares, tablets, el uso de Internet abierto en las casa sin supervisión de los padres, el acceso a música que habla de sexo, drogas y alcohol está pasando factura”.

Como autoridad educativa, Pineda lamentó que ese acceso ilimitado a recursos tan dañinos sea provisto por los mismos padres. “Con todo respeto, pero los padres de familia son muy permisivos y complacientes en lo que el niño quiere. Sí ha habido varias instituciones que nos comentan de situaciones con el cigarrillo, pero toman medidas”, expuso.

Los docentes piden a los padres mantener vigilancia y regulación en lo que sus hijos hacen.