Los 10 temas de impacto en Honduras

Desastres naturales y problemas sociales marcaron la agenda. Revelamos cómo operan las estructuras criminales en Honduras.

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San Pedro Sula

La grave sequía provocada por el fenómeno de El Niño golpeó a Honduras a mitad de año, impactando la producción alimentaria y el sustento de muchas comunidades. Fueron alrededor de 1,400 cabezas de ganado que perecieron por falta de agua y pasto en Atlántida, Colón y Yoro, donde los ganaderos se habían preparado para dos meses de temporada seca, pero esta se prolongó más de lo previsto.

LA PRENSA Premium se desplazó hasta la zona afectada, donde los estragos por las altas temperaturas y falta de lluvia eran evidentes. Los animales, muertos por desnutrición, yacían a la orilla de las calles, mientras que la producción de leche había bajado en 70%, según la Sociedad de Agricultores y Ganaderos de Olanchito.

La SAG se comprometió a proporcionar capacitaciones a los productores sobre emergencias climáticas y tecnologías adecuadas para optimizar el suelo, promover la producción de biomasa y colaborar con asociaciones para adaptarse al cambio climático.

Asimismo, otras empresas apoyaron a los ganaderos mediante la entrega de alimentos con el fin de mitigar la crisis durante algunos días.

Más de tres mil toneladas de desechos provenientes de un vertedero en Guatemala han sido arrastradas, desde 2021, por las corrientes del río Motagua hacia Honduras, uno de los más contaminados del mundo, según la organización The Ocean Cleanup.

La trayectoria de esta corriente de desechos abarca alrededor de 345 kilómetros desde el punto de unión, causando una crisis ambiental que afecta la vida marina en las costas del caribe catracho y pone en riesgo la salud de la población. El problema ha escalado a niveles diplomáticos, marcando un conflicto entre Guatemala y Honduras.

Las invasiones de terrenos ya no ocurren únicamente con fines habitacionales o en terrenos históricamente en disputa, sino también en áreas productivas. Unas 30,000 hectáreas de tierra han sido invadidas a nivel nacional, según el Cohep, que calcula que el año pasado unos 2,400 millones de dólares se dejaron de invertir en el país por esta situación.

La mayoría de terrenos usurpados se hallan en 17 municipios, principalmente en los departamentos de Colón y Atlántida. El Gobierno creó una comisión agraria en junio de 2023, pero en septiembre pasado apenas llevaban liberadas el 14% de las tierras.

En la colonia 17 de Enero, cerca de un vertedero en La Lima, Cortés, alrededor de 140 familias enfrentan condiciones de extrema pobreza. Carecen de servicios básicos como energía, agua, alcantarillado, acceso a la educación y atención médica. Para sobrevivir buscan desperdicios entre la basura para vender.

Esta situación se agrava por los desechos tóxicos que se infiltran en la tierra y que son una amenaza para adultos y niños. Actualmente, aproximadamente seis millones de hondureños (de los 9.7 millones que hay) son considerados pobres, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Un grupo de madres se unieron para buscar a sus hijos desaparecidos tras migrar a Estados Unidos. Algunos llevan meses sin rastro, mientras que hay casos que datan de hace 33 años. Para encontrar a sus parientes realizan caravanas por la ruta migrante con fotografías en mano y uso de las redes sociales.

El Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos de El Progreso (Cofamipro) recoge datos generales, fotografías y datos de la última comunicación para enviarlos a Cancillería. De acuerdo con Cofamipro, alrededor de 600 migrantes han desaparecido en la ruta a territorio estadounidense.

Desde el 1 de julio que entró en vigor la ley migratoria SB1718, más de 40,000 hondureños, con estatus irregular, prefirieron migrar de Florida hacia otros estados antes de ser deportados. Hondureños y latinos han realizado masivas protestas y paralizado labores con el objetivo de exponer el impacto.

La ley, que obliga a las empresas con más de 25 trabajadores a usar un programa oficial de verificación de estatus migratorio de cada uno, fue promovida por el gobernador Ron DeSantis, candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2024 y que ha hecho de la migración irregular su principal objetivo en su campaña electoral.

Las maras y pandillas han ampliado sus tentáculos en múltiples sectores de San Pedro Sula. Informes oficiales revelan que la mara Salvatrucha (MS-13) está involucrada en el lavado de dinero a través del transporte y bienes raíces. Mientras tanto, miembros de la Pandilla 18, Vatos Locos y Los Tercereños despojan a familias de sus viviendas y negocios.

Este patrón se da en sectores marginales como Rivera Hernández y Chamelecón, en San Pedro Sula, y la López Arellano, en Choloma. Las autoridades ya tienen identificados los barrios y colonias con presencia criminal y la población urge acciones efectivas para recuperar su tranquilidad.

Los departamentos de Olancho y Gracias a Dios son áreas claves utilizadas por traficantes de drogas en Honduras. Estos territorios sirven como puntos de recepción de avionetas cargadas de cocaína provenientes de Colombia y Venezuela, posteriormente trasladada a Guatemala. Asimismo, las estructuras criminales reclutan personas de Cortés y Colón para colaborar con sus actividades ilícitas.

Otra ruta empleada para el tráfico de drogas implica el transporte terrestre, movilizando la mercancía desde Sico, en Colón, hacia Atlántida y Cortés, para finalmente cruzar la frontera en Corinto hacia Puerto Barrios, Guatemala.

En El Paraíso, Copán, la gestión del exalcalde Amílcar Alexander Ardón estuvo marcada por grandes inversiones en obras públicas, pero muchas de estas iniciativas están paralizadas. Se planificó una ostentosa remodelación del parque central con réplicas mayas, un proyecto que quedó incompleto tras la entrega de Ardón a la justicia estadounidense por delitos relacionados con el tráfico de drogas en 2019.

A pesar de los proyectos estancados, la actividad comercial sigue presente. Sin embargo, el municipio sigue vinculado al tráfico de drogas, aunque el control del acceso ha cambiado desde la entrega de Ardón, con un flujo constante de vehículos y presencia de hombres armados con pasamontañas. El Paraíso es una de las rutas del narcotráfico por su cercanía con Guatemala, que es utilizada por traficantes que controlan el occidente, informaron agentes antidrogas.

Entre 2015 y 2022, un total de 8,398 vehículos fueron robados en Honduras. Este año, las estadísticas muestran que en San Pedro Sula se registraron 74 autos y 132 motocicletas sustraídas.

Según la Policía Nacional, la MS-13 y la Pandilla 18 están detrás de este negocio, generando más de 200 millones de lempiras anuales para estas organizaciones en la Capital Industrial. Además, hay una tercera banda independiente que está siendo investigada por las autoridades, la cual tiene raíces en San Pedro Sula, pero opera en el corredor de Santa Cruz de Yojoa y Villanueva.

Estos grupos utilizan tácticas de interceptación, bloqueo y amenazas contra las víctimas en movimiento, manteniéndolas temporalmente retenidas para evitar denuncias. Durante 2023, los sectores más afectados fueron la colonia Prado Alto, Moderna, Modelo, Trejo y barrio Río de Piedras. Los vehículos son trasladados a través de zonas montañosas a Guatemala, donde los venden o modifican para traerlos a Honduras de nuevo y comercializarlos.

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