Así enfrenta Centroamérica la inflación por la crisis mundial

La subida de precios en toda la región centroamericana tiene un denominador común: el alto costo de los combustibles. Gobiernos buscan reducir su impacto.

Las presiones inflacionarias provocan que el dinero alcance para cada vez menos; aunque la oferta de productos se mantiene relativamente normal, algunos mercados han visto un menor número de compradores. Fotos: Melvin Cubas

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San Pedro Sula

La crisis económica que barre el mundo de ningún modo ha olvidado pasar por Centroamérica.

A las dificultades provocadas por la pandemia de covid-19 se sumaron desde febrero de este año las generadas por la guerra en Europa entre Rusia y Ucrania, así como las tensiones geopolíticas relacionadas con esta.

América Latina en general y el istmo centroamericano en particular se muestran vulnerables ante el embate de la crisis, en donde cada país trata de hacerle frente del mejor modo que puede en la medida de las circunstancias.

Un elemento común en todos los países se encuentra en el desmedido aumento al precio de los combustibles, que, a la manera de un efecto dominó, crea presiones en el resto de la economía.

Presentamos a continuación una reseña de lo que el resto de países de la región está haciendo para enfrentar la situación.

A mediados de junio, el gobierno del presidente Alejandro Giammattei anunció un “plan de emergencia”, el cual, según algunas fuentes, implica el desembolso de unos 872 millones de dólares.

En declaraciones ofrecidas a los medios, Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala y encargado de coordinar el “comité de crisis” formado a los efectos, explicó que los objetivos generales del plan buscan asegurar la protección social de los sectores más vulnerables, subsidiar temporalmente ciertos insumos como el gas propano y los combustibles, así como asegurar el abastecimiento de productos de primera necesidad como los granos básicos.

Recinos agregó que la meta de las autoridades es “generar confianza en los agentes económicos para impulsar el consumo, la inversión y el empleo”.

De acuerdo con el Banco de Guatemala, la inflación en este país llegó en mayo a un ritmo del 5.8%.

El gobierno de El Salvador, presidido por Nayib Bukele, enfrenta la crisis con una serie de medidas tendientes a suavizar el golpe sobre la población, siendo quizá la más importante la absorción del impacto de la crisis mediante subsidios a los combustibles, al gas propano y al costo de los pasajes en el transporte público, de acuerdo con fuentes oficiales.

Las autoridades salvadoreñas estiman que tan solo con estos subsidios, se ahorra un promedio mensual de $45 dólares a cada familia.

Pero las medidas gubernamentales no acaban allí, puesto que incluyen medidas más agresivas, tales como la inspección de precios en diferentes rubros, así como la ejecución de operativos para el combate a la especulación que incrementa excesivamente el valor de los alimentos.

Dichas medidas incluyen la aplicación de multas para quienes incumplan con los precios autorizados y para desalentar la especulación.

Similarmente, Nicaragua ha estado enfrentando el embate de la crisis mediante la absorción de los incrementos a los combustibles, según refirió Jesús Bermúdez, ministro de Fomento, Industria y Comercio, citado por medios locales.

Las medidas implementadas por el gobierno nicaragüense también incluyen salvaguardas para reducir los aranceles aplicados a ciertos productos de consumo popular, tales como harina de trigo y diversos tipos de aceites para cocinar.

El gobierno también promovió un programa de subsidio a la carne de pollo, denominado “Pollo Solidario”, mediante el cual se importan unas tres mil toneladas métricas de este producto desde los Estados Unidos, para ser vendido en los mercados a precios más bajos.

Bermúdez se refirió específicamente al caso del aceite de girasol, el cual era importado directamente desde Ucrania, país en guerra con Rusia desde finales de febrero, lo que ha ocasionado escasez de este producto en el mercado internacional y local.

Si bien el funcionario reconoce que los precios no han dejado de subir, apunta que, de no ser por los subsidios del gobierno, el nivel de costos sería todavía más alto.

9.09% fue el porcentaje de inflación interanual al cierre de mayo en Honduras, según informe mensual del Banco Central (BCH).

El recién estrenado gobierno de Rodrigo Chaves tuvo que hacer frente al problema inflacionario nada más la toma posesión el pasado 8 de mayo.

Siguiendo el mismo patrón que el resto de la región, Chaves anunció varias medidas para frenar el impacto que el creciente precio de los combustibles está teniendo en el país.

Estas medidas incluyen el cambio en la metodología que fija el costo de los carburantes a los consumidores, a fin de tomar como base el valor de importación y no el precio de referencia, que siempre es más alto.

Por otra parte, el gobierno anunció que solicitará unos 200 millones de dólares al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) a fin de subsidiar el costo de los pasajes en el transporte público y reducir el impacto en el bolsillo de la población, según recogen los medios locales.

De acuerdo con Roger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica, hasta abril de este año, el índice de inflación interanual del país se ubicaba en 7.15%, según explicó a un medio a finales de mayo.

Ya en casa, la situación sigue la misma tendencia que en el resto de la región: el alto precio de los combustibles presiona el alza general del costo de vida.

Una de las primeras medidas adoptadas por el gobierno de Xiomara Castro fue la de aplicar una reducción de L10 en el renglón de los impuestos que se cargan a estos productos, aunque han habido voces, como la del diputado nacionalista Erasmo Portillo, para que dichos impuestos sean suspendidos del todo por un tiempo, a fin de lograr una reducción de precio.

Analistas económicos han recomendado controlar los tipos cambiarios y focalizar los subsidios como medidas de alivio económico.

Por su parte, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) presentó una serie de recomendaciones para reducir el consumo energético y de combustibles, entre estas figura la reprogramación de trabajos de obras públicas a horario nocturno para evitar congestionamientos, así como la implementación de esquemas de trabajo híbrido, en donde los empleados laboren parte de su jornada semanal en forma presencial y parte de ella a distancia.

Esta recomendación la replicó el Gobierno.Según las proyecciones más recientes, varios países de la región podrían cerrar el año con inflaciones de doble dígito.

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