Biografía de Juan Orlando Hernández: política y controversia

Juan Orlando Hernández nació el 28 de octubre de 1968 en Gracias, Lempira, Honduras. Su infancia transcurrió en un entorno modesto.

Sus padres, Juan Hernández Villanueva y Elvira Alvarado, trabajaban en actividades agrícolas.

La educación de Juan Orlando Hernández se llevó a cabo en su ciudad natal y posteriormente en la capital, Tegucigalpa.

En 1985, ingresó en la primera promoción del Liceo Militar del Norte en San Pedro Sula. Luego estudió en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), donde se convirtió en licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, abogado y notario. Después terminó una de Maestría en Administración Pública con Orientación en Administración Legislativa en la Universidad Estatal de Nueva York, Estados Unidos.

Cuando estaba en la Unah se metió de lleno en movimientos políticos. Fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho, de 1988 y 1989. Fue catedrático de Derecho Constitucional en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Unah.

Un año más tarde, en 1990, su hermano Marco Augusto ocupó la Primera Secretaría del Poder Legislativo y decidió llamarle para que fuera su asistente ejecutivo durante ese tiempo y comenzó a relacionarse con el Partido Nacional.

Ya en 1993 trabajó como coordinador departamental en Lempira durante la campaña presidencial del precandidato por el Partido Nacional, Roberto Martínez Lozano.

De 1998 a 2013 fue diputado del Congreso Nacional por el departamento de Lempira. Presidente del Congreso en su último período como diputado.

En 1990 se casó con Ana Rosalinda García, también abogada, con quien tuvo cuatro hijos: Ivonne María, Juan Orlando, Ana Daniela e Isabela.

En el año 2002 fungió como Primer Secretario del Congreso Nacional y fue electo Primer Diputado Propietario por el De­partamento de Lempira al Congreso ­ para el periodo 2002-2006. Aquí integró las comisiones de Pre­su­puesto, Telecomunicaciones, Paz, Demo­cra­cia y Desarrollo.

Ocupó la Secretaría del Congreso Nacional en el período de la presidencia de ese poder del Estado de Porfirio Lobo Sosa. Comienza a colarse en las altas estructuras del Comité Central y se postuló a la presidencia del Congreso.

En 2010, para llegar a la presidencia del Congreso Nacional, Hernández compitió con el diputado por el departamento de Atlántida, Rodolfo Irías Navas, quien fue titular del Legislativo en el período comprendido entre 1990 y 1994.

En noviembre de 2012, ganó las elecciones internas contra su rival Ricardo Álvarez para convertirse en el candidato presidencial del Partido Nacional para 2013.

En la campaña electoral, en 2013, cuando el país era golpeado por una escalada de violencia (75 homicidios por cada 100,000 habitantes), prometió recuperar la paz a cambio de votos en las urnas.

“Yo soy Juan Orlando Hernández, de las tierras del indómito Cacique Lempira; con apoyo de la mayoría del pueblo, ¡Soy el Presidente de Honduras!., celebró al tomar posesión el 27 de enero de 2014 después de derrotar por 250,000 votos a Xiomara Castro, la esposa del expresidente Manuel Zelaya.

Los primeros cuatro años de gobierno estuvieron marcados por las acciones para reducir la violencia, el narcotráfico y mejorar la economía de Honduras.

En 2015 una interpretación de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el artículo 239 de la Carta Magna le dio vía libre a Juan Orlando Hernández para que pudiera buscar la reelección presidencial, aunque no estaba permitida bajo ninguna modalidad.

En 2016, anunció que se presentaría a la reelección con el plan de gobierno, Honduras avanza con paso firme, basado en siete pilares: Honestidad y transparencia, Seguridad y defensa, Acceso a crédito, Innovación productiva, Salud y educación, Estabilidad en el país, Honduras plataforma logística.

En las elecciones de noviembre de 2017 hubo fraude, según los partidos de oposición, y la crisis política que vivía el país desde el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente Manuel Zelaya, se agudizó.

Desde esos años se rumoraba fuertemente por sus adversarios que Juan Orlando Hernández estaba ligado a actividades del tráfico de droga.

Durante su Presidencia, enfrentó una serie de desafíos, incluidos problemas de corrupción, violencia y pobreza. Implementó medidas controvertidas, como la militarización de la seguridad pública para combatir la creciente delincuencia y el narcotráfico en Honduras. Además, su administración fue criticada por violaciones a los derechos humanos y acusaciones de corrupción.

En el ámbito internacional, Hernández mantuvo relaciones con Estados Unidos y otros países de la región, especialmente en temas relacionados con la migración y la lucha contra el narcotráfico.

Fue reelegido en 2018 después de una votación considerada fraudulenta por la oposición y los observadores internacionales.

Debido a las protestas, el gobierno declaró el estado de emergencia. Unos treinta manifestantes murieron y más de ochocientos fueron arrestados. A pesar de la oposición y las críticas, Hernández completó su mandato presidencial en enero de 2022.

Después de dejar el poder en enero de 2022, Juan Orlando Hernández fue acusado, capturado y extraditado a Estados Unidos donde es acusado de tres delitos relacionados con narcotráfico. El 12 de febrero de 2024 será presentado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Legado de Juan Orlando Hernández

El legado de Juan Orlando Hernández en la historia política de Honduras seguramente será objeto de un debate complejo y polarizado. Como suele suceder con las figuras políticas controvertidas, su legado estará marcado por una serie de logros y desafíos, así como por las percepciones y opiniones divergentes de diferentes segmentos de la sociedad.

Por un lado, Hernández será recordado como un líder que implementó medidas enérgicas para abordar problemas crónicos en Honduras, como la violencia, la corrupción y el narcotráfico. Durante su presidencia, puso en marcha iniciativas para fortalecer la seguridad pública, incluida la militarización de la lucha contra el crimen organizado. Además, buscó promover reformas económicas y sociales, aunque con resultados mixtos.

El legado de Hernández también estará influenciado por el contexto político y social en el que gobernó, incluida la persistente desigualdad económica, la violencia endémica y la influencia del crimen organizado en la política hondureña. Además, su situación legal posterior a dejar el cargo podría tener un impacto significativo en cómo es recordado en la historia.

En última instancia, el legado de Juan Orlando Hernández en Honduras dependerá en gran medida de cómo se evalúen y se ponderen estos diferentes aspectos por parte de los historiadores, los líderes políticos y la sociedad en general en los años venideros. Su legado podría ser recordado como un período de transformación y desafíos para Honduras, con repercusiones duraderas en la política y la sociedad del país.