Pese al peligro, más municipios se suman a la fabricación de cohetes

En improvisados talleres en casas se maneja la pólvora sin supervisión calificada. Accidente en cohetería en aldea Vivistorio ya deja 9 muertos, la mayoría menores.

Madres solteras garantizan ingresos para sacar adelante a sus hijos mediante la elaboración de cohetes en el municipio de Trinidad, Copán.

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SANTA ROSA DE COPÁN

Jóvenes y adultos dejaron de trabajar en la albañilería, agro o caficultura para dedicar sus días a la elaboración de cohetes en municipios del centro y norte de Copán.

Sin embargo, la falta de supervisión calificada ha llevado luto a varias familias. En 10 meses han perdido la vida 12 jóvenes en accidentes en coheterías artesanales. La última tragedia cobró la vida de nueve hombres.

No se puede calcular el número de familias que se dedican a la elaboración de cohetes, ya que se trabaja sin ninguna regulación y las labores se pueden realizar en la intimidad de sus viviendas.

Fábricas artesanales tienen en armazones de madera las mechas para elaborar los cohetes.

Nueva Arcadia es el municipio donde más se elabora y comercializa producto pirotécnico, y ante la demanda la actividad se extendió a municipios como San Nicolás, Trinidad, Veracruz, San José, Florida y La Jigua.

La elaboración de cohetes se hace por partes. Hay quienes se dedican a elaborar la mecha, a encadenar o amarrar, a la envoltura, enfajillado y remate. En cada lugar donde se elaboran cohetes se emplea a unas 10 personas.

Hilario Miranda, jefe de Justicia Municipal de Trinidad, uno de los municipios donde en los últimos años ha crecido la elaboración de cohetes, reconoció que “no hay un control ni inventario de personas que se dedican a ese sector, pero calculamos que un 40% de la población en esta zona se dedica a la elaboración de cohetes”.

Parientes y amigos sepultaron los cuerpos de ocho hombres que perdieron la vida luego de una pavorosa explosión suscitada el 26 de octubre en Vivistorio, Copán.

Personas que se dedican a la elaboración de cohetes en fábricas artesanales improvisadas en casas reconocen el peligro al que se exponen; no obstante, afirman que es el único ingreso para sus hogares.

Mientras incrustaba un artefacto punzante para afianzar la mecha con el tubo de papel que contiene la pólvora, actividad conocida como “remate”, doña María Catalina Carvallo contó que “si le pongo empeño me puedo ganar 125 lempiras al día. Hay un gran riesgo. Aunque son cohetes pequeños, siempre se puede desgraciar la vida y la de la familia”.

“En estos pueblos no hay trabajo, uno se arriesga para poder comer”, agregó la madre de 6 hijos. Daniel Rivera Fúnez, comandante de Bomberos en Copán, dijo que han buscado acercarse a ellos, pero “hay renuencia, parece que vamos a cerrarles el negocio y no se nos permite hacer ni recomendaciones”.

El 26 de septiembre en Vivistorio, aldea del municipio de San José, un estallido que se escuchó a kilómetros del lugar sorprendió a la comunidad entera, que ahora sufre por la pérdida de la vida de los nueve hombres, de los que seis son menores de edad. Ayer fue sepultado Jaime Daniel García y hoy por la mañana le darán sepultura a Mario Rolando Tábora.

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