Por celos, vecinos dicen que hombre mató a su mujer

San Pedro Sula

Los maltratos y abusos a los que muchas mujeres son sometidas en el país siguen dejando luto, visibilizando la vulnerabilidad de las hondureñas por sus agresores; la mayoría de ellos sus parejas sentimentales.

Ayer, a eso de las 11:40 am, Élida Liliana Martínez Peraza (de 39 años), una madre de cinco hijos y originaria de San Isidro, Quimistán, Santa Bárbara, murió en manos de su pareja sentimental, quien la esperaba en frente de su casa en la colonia Gracias a Dios, del sector de Cofradía, para inferirle varios impactos de bala, relataron vecinos de la infortunada.

Familiares de Élida Liliana detallaron que ella mantenía una relación desde hace varios años con el supuesto responsable, identificado como Carlos Roberto Arriaga, pero que este la maltrataba constantemente, hasta el punto de que en ocasiones la había golpeado con la cacha de la pistola que portaba y que ya la había amenazado de muerte debido a sus “enfermizos celos”.

Los acongojados parientes, al igual que los vecinos del lugar, mencionaron que el hecho los ha consternado mucho, ya que al momento del ataque, el hijo menor de la mujer iba llegando de la escuela y que vio lo que había pasado con su progenitora, descrita por sus conocidos como una persona tranquila, trabajadora, buena madre y que no se metía con nadie.

“Es lamentable cómo les quitan la vida a las mujeres en el país y casi nunca las autoridades hacen nada”, dijo una pobladora mientras observaba la escena. Autoridades que llegaron al lugar indicaron que buscaban al presunto responsable, que luego de cometer el crimen salió huyendo a bordo de una motocicleta, pero hasta ayer no lo habían detenido.

En menos de 24 horas, una segunda mujer perdió la vida en el departamento de Cortés. Se trata de una joven de entre 20 a 25 años de edad, quien fue ultimada a machetazos por el capataz de una hacienda, ubicada a pocos metros del desvío que lleva a Santiago, municipio de Pimienta, porque supuestamente la sorprendió robando en la propiedad.

Fue el dueño de la hacienda quien dio aviso a las autoridades policiales para que realizaran el procedimiento respectivo y deducir responsabilidades.

La identidad de la mujer era desconocida hasta ayer, pues no portaba documentos y familiares no habían llegado a la morgue a identificarla.