“Vi al “Chapo” Guzmán en la cárcel”: extraditado hondureño
Un exnarcotraficante hondureño, extraditado hacia Estados Unidos y condenado en una corte de aquel país, relató a Diario LA PRENSA sus vivencias en el Metropolitan Detention Center (MDC), en el corazón de Brooklyn, Nueva York, la misma fortaleza de concreto y de varios pisos en la que reside ante el inexorable paso del tiempo Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras entre 2014 y 2022.
Fotos: Diario LA PRENSA, Cuartoscuro, Facebook Juan Orlando Hernández y Pixabay
Hernández camina sobre la cornisa de una condena que, si es máxima, podría hacer que el resto de sus días sean encarcelado en otro país.
En cuestión, el extraditado hondureño que regresó al país tras cumplir una leve condena relató a LA PRENSA cómo se vive en el MDC, bajo custodia de agentes estadounidenses y estrictas medidas. El hondureño relató que vio al capo mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán en esa cárcel, previo a su condena que lo tendrá de por vida recluido en una penitenciaria de máxima seguridad en Estados Unidos.
“Cuando me pusieron el uniforme naranja, dije: hoy sí me siento preso. Dentro de la celda, uno solo piensa y piensa; los días son largos y parece que uno nunca va a salir”, comenzó diciendo el excapo hondureño. Las condiciones se asemejarían a las de JOH en la actualidad, acusado por tres cargos relacionados con el narcotráfico y uso de armas.
En esa fría prisión los privados de libertad viven en una estrecha celda, la mayor parte del tiempo aislados y deben limpiar su propio espacio. Nuestro entrevistado relató la presión sicológica que vivió desde que subió a un avión de la DEA para ser trasladado a Nueva York, así como el momento en el que lo vistieron con un traje anaranjado y lo aislaron por 15 día sin que el abogado, y mucho menos su familia, conociera de su situación.
“Yo salí de acá de Honduras en un avión de la DEA. El vuelo duró aproximadamente seis horas. Llegamos de noche a un aeropuerto de Nueva York, que no sé cuál es; me estaban esperando y me trasladaron en un vehículo tipo camioneta custodiado con agentes de la DEA al Centro Metropolitano de Brooklyn.Llegué como a las 2:00 de la mañana, fui recibido por los guardias de ese centro, me tomaron los datos personales, fotos me dieron una identificación con un número de preso; posteriormente me quitaron mi ropa y me dieron un overol café. A las 3:00 de la madrugada, creo que me subieron como al quinto piso donde reciben a las personas que llegan detenidas por primera vez a ese correccional, todos estaban durmiendo, me metieron a una celda con otro preso.
“Al llegar a la cárcel de Brooklyn, al día siguiente, me subieron como al piso 10. Iba esposado, me pusieron el overol anaranjado. Ese uniforme solo se lo ponen a los presos cuando los llevan al piso de castigo llamado Shoe (zapato). Me metieron a una celda 2x2, solo cabe la cama que es como una tarima de metal para dos personas , una ducha pequeña, sanitario con lavamanos, me dieron colcha por el frío, pasta dental, jabón, papel sanitario, toalla y uno se encarga de mantener limpia la celda”, explicó.
“Esa cárcel era insalubre, estaba infectada de ratas. La celda era pequeña, y la ducha era afuera y compartida. Tiene salones comunes donde hay televisores, computadoras donde se puede escribir con la familia, y teléfonos, pero todo ahí es ‘pisto’, hay que pagar por cada minuto de llamadas. Durante ese tiempo pude ver de lejos a Joaquín “El Chapo” Guzmán. Eso fue cuando lo bajaban a ver a su abogado o visitas. Cuando eso pasaba, a todos nos encerraban en las celdas”, recordó.
“Vi a Don H (Emilio Fernández Rosa) frente a la celda donde estaba y sabía que era hondureño y solo me levantó la mano. Nadie podía hablar con él porque tenían medidas estrictas”, contó. “Don H” fue condenado a cadena perpetua por la justicia de Estados Unidos.
El hondureño se declaró culpable de un cargo y así redujo su condena. Regresó al país y decidió hablar en la víspera del juicio contra el expresidente hondureño, quien, mañana, 20 de febrero de 2024, se someterá a un juicio y a la venia de un jurado que podría declararlo culpable o no culpable.
“Estuve 15 días en esa celda solo salía una hora al sol, y es donde uno empieza a pensar. La cabeza da vueltas, porque uno no sabe lo que pasará y está desconectado del mundo. La única hora que a uno lo sacaban al patio cercado con maya ciclón era encadenado. Me ponían a dar vueltas en uno de los tres patios pequeños que hay en la cárcel y es prohibido conversar con otro preso. Después de estar en la celda de castigo, fui llevado a una celda de la prisión de Manhattan a un piso donde habían más población penitenciaria”, relató el hondureño.
El exmandatario es acusado de los delitos de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, conspiración para poseer armas de fuego y dispositivos destructivos, además de la posesión de ese tipo de armamento. En reiteradas ocasiones, Hernández se ha declarado inocente de esos cargos.
Juan Orlando Hernández tiene casi dos años de estar recluido en el MDC. Si es condenado a prisión en Estados Unidos, podría pasar a una cárcel de mediana a máxima seguridad y a cargo del Buró Federal de Prisiones.
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