Aurora Martínez: una madre ejemplar y proveedora de esperanza

Con motivo del Día de la Madre hondureña hoy destacamos la loable labor de la fundadora y directora de la fundación Azalea.

El mayor sueño de Aurora es que su organización sea autosostenible.

Mientras tanto sigue trabajando arduamente con el apoyo de los 53 voluntarios de la fundación y cooperantes. Su hijos y esposo la alientan cada día.

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San Pedro Sula. La resiliencia es una capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, lo cual se dice muy fácil, pero solo es una virtud para valientes y decididos. Por ejemplo, la flor de loto, la cual crece en aguas sucias, llenas de barro, pero emerge con una belleza absoluta, se refiere en su totalidad al renacimiento ante la adversidad, plegar el dolor y desplegarlo posteriormente en forma de serenidad, autocontrol y persistencia.

Ser auténtico y tenaz que alude a Aurora Lizbeth Martínez Varela, quien se caracteriza por su sencillez y disposición de servicio a los demás. Nació el 31 de octubre de 1979 en Yoro, Yoro.

De padres luchadores, Norma Varela y Héctor Martínez, quienes le enseñaron a trabajar por lo que quiere hasta conseguirlo. Logró culminar sus estudios superiores: es licenciada en Educación en la Universidad Pedagógica Francisco Morazán y terminó su posgrado en Psicología Educativa en la Universidad de San Carlos, Guatemala.

Tiene cuatro hijos, los que son la razón de su vida: la mayor, Aliz Rocío, tiene 22 años; Gemma Alessandra tiene 12; el único varón, Gustavo Arturo, tiene 9; mientras la más pequeña, Geanine Azalea, 6 años.

Su papel de madre no ha sido fácil, pero su instinto materno le brota a flor de piel. Su mamá le inculcó valores inherentes a factores externos, mismos que intenta transmitir a sus hijos. La dignidad de trabajar incansablemente hasta lograr lo propuesto, soñar en lo imposible y accionar bajo la confianza de Dios. Ha caído muchas veces, tocó fondo mientras todo parecía sombrío y el porvenir se nublaba; sin embargo, enfrentar los problemas con la fe en el Creador la rearmó para la batalla.

Fundación. Madre tranquila, amorosa, generosa, amigable y muy paciente, como también es exigente, pero siempre bajo el regazo del amor. Y vale destacar que no destaca únicamente por ser madre, esposa y profesional, sino que además dirige una fundación sin fines de lucro, Azalea y sus Amigos (Fundazalea), la cual apoya a los más vulnerables; entre ellos, niños, niñas, jóvenes, madres solteras, adulto mayor y personas con discapacidad, con énfasis en los niños con síndrome de Down y sus familias.

La fundación recibe el nombre por su hija menor, Geanine Azalea, quien en 2016 nació con una condición genética, trisomía 21 o síndrome de Down.

Fue un momento difícil, tanto emocional como económico, aparte de que en Yoro carecían de los recursos y especialistas que su bebé necesitaba. Esta situación, sin duda, fue una respuesta resiliente y fuente de inspiración para empezar a servir noblemente a personas en la misma situación. “Mi hija Azalea fue mi mayor inspiración, en honor a ella y todos sus amiguitos lleva el nombre la fundación Azalea y sus Amigos. Le pido a Dios que me dé salud, sabiduría, fuerza y larga vida para ayudarles a ella y a todos los niños de su misma condición”. Fundazalea es una ONG, sin distinción de raza, color, religión o política, legalmente constituida. Por los momentos brinda terapias psicológicas, odontológicas y generales a los beneficiarios y su familia. Por otro lado, hace donaciones de equipo técnico, sillas de ruedas, bastones, muletas, pañales, leche, alimentos, ropa, juguetes, vitaminas, entre otros.

Llevan a cabo actividades para sensibilizar y concienciar a la sociedad, como ser: la conmemoración del Día del Síndrome de Down, Día del Autismo, Día del Niño, visitas domiciliarias, charlas y capacitaciones constantes. Asimismo, se sostiene financieramente gracias a la generosidad de su familia y amistades, actualmente gestiona los trámites de permiso para poder realizar actividades económicas para recaudar fondos. La fundación cuenta con 53 voluntarios con valores morales, espirituales y especialistas en múltiples disciplinas: maestros, técnicos, doctores, psicólogos, odontólogos e ingenieros. Todos remando hacia el mismo lado, rumbo a la esperanza.

Reconocimiento

Aurora Martínez recibió el premio a la caridad hecha persona, Sembradores de Valor, Luz y Esperanza, Premios Quetglas 2021.

Organizado por la Fundación Osovi, reconocimiento único en Centroamérica, lo cual la hizo sentir orgullosa, bendecida y comprometida a continuar con este precioso legado de amor al prójimo.

Su mayor objetivo y macroproyecto es la creación de un Centro de Desarrollo Integral para las personas con discapacidad y sus familias donde todos puedan asistir y sentirse amados, apoyados y reciban terapias, capacitaciones y hasta talleres de emprendimiento, arte, cultura y deporte, “no nos cansaremos de gestionar hasta lograrlo con la fe en Dios”, afirmó.

Hay muchas definiciones de “amor”, la mayoría con mucha subjetividad; pero si gustan de una definición acertada, pregúntenle a Aurora, una madre ejemplar con el don de servicio otorgado por Dios, una muestra de lo grande que puede ser el corazón y el alma de un ser humano. Como una flor de loto, resurgiendo en cada prueba que da la vida y coloreando todo a su alrededor por donde avanza.