Estudiantes iniciarán clases con el 75% de la infraestructura en precariedad

Secretaría de Educación presentó proyecto de reconstrucción de centros educativos a delegación china a comienzos del año. Priorizan la necesidad de intervención de 1,217 edificios.

Es habitual que las clases se impartan en salones con techos agujereados. Fotos: Emilio Flores

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San Pedro Sula

Mientras las autoridades educativas anuncian con bombos y platillos el inicio de un nuevo año escolar en Honduras, miles de niños y adolescentes irán a salones de clases de escuelas y colegios que no reúnen ni las condiciones físicas ni pedagógicas para adquirir conocimientos.

De acuerdo con estimaciones de la sociedad civil, cerca del 65% de la infraestructura es inadecuada para impartir clases. No obstante, una radiografía más profunda realizada por la misma Secretaría de Educación, que consta en el estudio titulado “Reconstrucción de centros educativos”, afirma que el 75% de los centros educativos a nivel naciona; es decir, 13,186 escuelas y colegios, requieren ser reparados o reconstruidos.

Y el reto económico es tan grande como las necesidades mismas. Para poder remozar estos centros educativos, el país necesita invertir 39,558 millones de lempiras. Es por eso que las autoridades gubernamentales quieren aprovechar la cercanía con el Gobierno de China para que apoye la reconstrucción de la infraestructura educativa.

En una propuesta calificada como la “intervención social más grande en la historia” y que fue presentada el pasado 11 de enero a una delegación china de visita priorizaron 1,217 centros educativos, cuya transformación “impactará de manera directa en más del 60% de la población hondureña”.

El proyecto estará enfocado en seis regiones del país y para todas solicitaron, aparte de la reconstrucción, el equipamiento para centros educativos de la Red Solidaria, Grupos Étnicos, Red Agro, institutos comunitarios, centros emblemáticos, bachilleratos técnicos profesionales y en los megaplanteles educativos.

“Estos seis elementos impactarán en 1,217 centros educativos que están priorizados en la Red Solidaria y focalizando también los centros educativos de los pueblos originarios de nuestro país. Vamos a lograr intervenir seis de las escuelas agrícolas que están

funcionando actualmente y una séptima escuela agrícola en un sector de un pueblo originario en la zona de Gracias a Dios”, resaltó el ministro de Educación, Daniel Esponda.

Con pupitres destruidos apilados en una especie de montaña se encontrarán muchos estudiantes en su inicio de clases. Fotos: Andro Rodríguez

Para Esponda, otra de las principales tareas es mejorar la matrícula de 2024, mejorar los índices de retención escolar y, simultáneamente al inicio de clases, terminar de adecuar a los estudiantes en fase de recuperación.

El secretario de este despacho advirtió que está prohibido el cobro de matrícula y no es obligatorio el uso de uniforme.

Una de las principales apuestas que llevan es la inclusión de estudiantes con capacidades especiales, al tiempo que continuarán con la actualización de currícula escolar, validación y ajuste de planes de estudio.

Familias durante el proceso de matrícula en el José Trinidad Reyes.

René Dubón, directivo de la Federación de Organizaciones Magisteriales en el departamento de Cortés, manifestó que el panorama para la educación en general es bastante alentador, ya que el año pasado se discutía sobre una educación pospandemia y ahora todo parece indicar que será distinto.

“Esto nos llena de optimismo, confianza y entusiasmo para el regreso de nuestros niños a las aulas. La prioridad antes que el maestro es la educación de los niños, junto con la actitud y participación de los padres de familia, el resto recae en la responsabilidad de los docentes”, enfatizó el dirigente.

Dubón recordó que “hace unos años fuimos los primeros en señalar el deterioro de los centros educativos, especialmente aquellos afectados por los huracanes en el valle de Sula. Hace tres años, el 70% de los centros estaban en decadencia, pero últimamente hemos observado mejoras”.

El gremio docente calcula que en los últimos años cerca de 500,000 niños y adolescentes se han incorporado al sistema educativo luego de los daños provocados por la pandemia, huracanes y caravanas migratorias hacia Estados Unidos.

Por otro lado, ven como positivo que se hayan anunciado cambios en la currícula para mejorar la educación y declarado la educación morazanista como un tema cívico y cultural de gran importancia, acercándonos a la identidad nacional.

Fue justo hace cuatro años cuando la pandemia sorprendió a todos, causando una interrupción abrupta y generando retrasos y deserciones. La transición de un sistema a otro para el cual no estaban preparados ni alumnos ni maestros motivó la deserción.

De hecho, informes externos como el del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa) y de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) estiman que el país cayó en 2023 a cerca de tres años de rezago escolar en comparación con otras naciones de la región.

Para Dennis Díaz, director de Educación en la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), en este nuevo año es imperativo alcanzar la matrícula de dos millones de estudiantes y garantizar 200 días de clases.

Además, prioriza la urgencia de buscar que el programa de merienda escolar esté disponible activamente y aprovechar las oportunidades para fortalecer áreas débiles como matemáticas, directamente vinculada con el tiempo de aprendizaje.

De igual manera, el analista hizo hincapié en lo importante que es tener una mayor protección social en las escuelas y colegios, ya que reduce la incidencia de abuso sexual infantil, donde los menores argumentan estar más seguros que en casa; no obstante, el Ministerio Público contabilizó entre 2017 y 2023 un total de 52 delitos sexuales perpetrados en los centros educativos del país, lo que resulta un tanto contradictorio.

Por otro lado, el delegado de la sociedad civil mencionó que históricamente Honduras ha enfrentado problemas de infraestructura, por lo que reparar los edificios no es viable en el corto plazo.

Sin embargo, a pesar de las condiciones difíciles, es esencial garantizar que los profesionales estén listos y los textos escolares e infraestructura se completen a lo largo del año.

Al cierre del año 2023, Honduras registró una matrícula de 1,863,000 estudiantes y 152 días de clases, y en 2022 no se llegó a los 100 días, con una matrícula de 1,700,000 estudiantes, detallan archivos.

Aunque ha habido mejoras en ejecución de presupuesto en la recuperación del sistema educativo, aún hay mucho por lograr este año. Los cambios estructurales pueden llevar tiempo y el avance tecnológico debe darse de manera progresiva, asegurando que haya cobertura, ya que muchos estudiantes carecen de servicios tan básicos como electricidad e internet.

El analista también recomendó cuidar la transparencia en la contratación de los mejores profesionales mediante concursos.

Estudiantes llegan motivados por nuevo año de clases. Foto: Y. Amaya.

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