Damnificados Eta y Iota: Año y medio después siguen sin tener casa

Ante la falta de respuestas de la administración central anterior y actual, varias alcaldías y ONG ejecutan proyectos habitacionales en las comunidades para los afectados de los huracanes.

En diciembre de 2020, el Gobierno anunció que en Santa Bárbara serían construidas 1,500 viviendas para los damnificados. Fotos: Franklin Muñoz.

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Santa Bárbara

Ha pasado más de un año desde que la casa de Bernabé Madrid (88) y Elvia Munguía (87) sucumbió ante el paso de los huracanes Eta y Iota, y hasta ahora empiezan a ver los cimientos de su nueva vivienda, donde esperan pasar el resto de sus días.

La pareja de ancianos es parte de las miles de personas que sufrieron la destrucción durante las tormentas de noviembre de 2020 y que, tras meses de lucha, ahora tienen la esperanza de tener un techo.

Ellos residían a la orilla de una quebrada en la aldea Las Flores, en Concepción del Norte, Santa Bárbara, donde más de 40 familias quedaron en la calle.

A falta de una respuesta del Gobierno anterior y actual para esta población, entre la municipalidad y la Comisión de Acción Social Memonita (Casm) han logrado la construcción de las primeras diez casas y esperan terminar más para los damnificados dejados por los huracanes.

La PRENSA Premium hizo un recorrido por varias comunidades que fueron destruidas en Santa Bárbara, constatando que después de más de un año de los huracanes la mayoría de afectados no tienen un hogar permanente y que algunos proyectos existentes han sido asumidos por las alcaldías y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) ante la inacción de la administración central del gobierno anterior.

Santa Bárbara fue el departamento más golpeado por Eta y Iota, pues además de las aldeas incomunicadas por derrumbes, los habitantes perdieron sus casas y quedaron a merced de las autoridades de cada municipio.

Wilmer Eligio Medina, otro de los afectados en Las Flores, Concepción del Norte, dijo que los habitantes han pasado meses difíciles viviendo en la escuela y algunos alquilando, pero lograron que la municipalidad comprara el terreno, “también nos ayuda con los materiales y Casm nos está construyendo, y hemos tenido ayuda de diputados y amigos”.

Se estima que las viviendas para los habitantes de Las Flores podrían estar terminadas en los próximos dos meses.Ahora, la colonia se llama El Cantarero y esperan que otras familias sean beneficiadas, pues también están sin moradas.

En la comunidad de San José de Oriente, perteneciente al municipio de Ilama, una quebrada arrasó con al menos 47 viviendas, y otro gran número de habitantes residen aún en zonas de riesgo, pues sus casas están a la orilla del cauce de la quebrada Matacaballos.

La quebrada Matacaballos arrasó con las casas del poblado durante las tormentas de 2020 y cinco miembros de una familia murieron.

El lugar parece haberse recuperado, pues una organización suiza ayuda a construir casas de madera para algunos de los habitantes damnificados en los mismos predios donde tenían sus viviendas de concreto.

“Perdí a mi esposa y mi hijo durante el desastre que causó la tormenta y ahora estamos viviendo en el mismo lugar”, expresó Adonay Sabillón, uno de los residentes.Indicó que sus hijos lloran cuando llueve y aún se ponen nerviosos cuando se escucha el ruido de la quebrada Matacaballos.

El alcalde de Ilama, Henry Enoc Paz Martínez, explicó que ya firmaron un convenio con la fundación Ruth Paz y ya comenzaron con los trabajos en la terracería donde se hará el proyecto habitacional.

Precisó que en San José de Oriente se planea levantar 47 viviendas, pero iniciarán con 17 casas en un predio seguro en una zona llamada Limón.

Dijo que los fondos, además de los provenientes de la fundación Ruth Paz, salen de una partida de la municipalidad para maquinaria y transporte de materiales; pero los pobladores podrán involucrarse con mano de obra no calificada.

En el centro de Ilama, otras ocho familias hasta hace unos meses vivían en una escuela, pero ya dos organizaciones internacionales se encargaron de construirles casa.

En la mayoría de proyectos en Santa Bárbara están involucradas las municipales (con aspectos logísticos o materiales) y organizaciones internacionales, a excepción de Macuelizo, donde la Unidad Coordinadora de Proyectos (UCP) inició desde hace un año la construcción de 300 viviendas.Por ejemplo, la Comisión de Acción Social Menonita ha contribuido con la edificación de 63 viviendas.

Concepción del norte. Las primeras diez familias de la aldea Las Flores ya están viendo las paredes levantadas de sus casas en un terreno comprado por la municipalidad, que junto con Casm construye las viviendas en una zona en la que podrán vivir seguros de inundaciones.

El ingeniero Grosvin García, encargado de obras de construcción de Casm, informó que de ese total, 16 se construyen en Nueva Celilac, 21 en Colinas, 11 en Concepción del Norte, 5 en San Luis y 4 en Trinidad.

Indicó que cada vivienda está valorada en cinco mil dólares: Casm aporta tres mil dólares y las alcaldías dos mil dólares, así trabajan conjuntamente para lograr que cada persona tenga su casa.

Agregó que uno de los requisitos para los beneficiarios es que hayan sufrido destrucción o pérdidas durante Eta y Iota o vivan en zonas de riesgo.

Ocho familias que vivían en la aldea El Socorro ya son parte de los beneficiados con casas en la colonia La Milagrosa, en Colinas, Santa Bárbara.

“El Socorro ya fue declarado zona de riesgo y la municipalidad y Casm nos dieron una casa digna, porque las de nosotros eran de tierra”, dijo Mariano Paz, habitante beneficiado.En 2020, el Gobierno reportó 2,835 viviendas destruidas y 5,429 dañadas en Santa Bárbara por Eta y Iota, sin considerar las personas que estaban en zonas de riesgo.

Ante ello, la pasada administración anunció la construcción de 1,500 viviendas, pero el número de unidades entre todos los proyectos, según un recorrido de este medio, ni se acerca a 500.

Colinas. Algunos habitantes de la aldea El Socorro, una zona de riesgo por derrumbes, ya viven en casas de concreto en la colonia La Milagrosa.

San José de oriente, Ilama. Al menos cinco personas murieron durante las lluvias de Eta y Iota tras que se saliera de su cauce la quebrada Matacaballos, que también destruyó decenas de casas. Aunque algunos habitantes con ayuda de organizaciones hicieron sus casas de madera, siguen en riesgo.

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