Perdón sorprendente

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En junio de 1983, Karla Faye Tucker y un compinche entraron a una casa de Houston para robar. Bajo los efectos de las drogas, que habían consumido en abundancia durante varios días, se encontraron con una pareja en la casa y la asesinaron brutalmente. Tras ser capturados, juzgados y condenados, los asesinos fueron sentenciados a muerte.

Ahora bien, la historia de Karla dio un giro inesperado cuando, tres meses después de su encarcelamiento, ella se convirtió a Cristo. “Cuando me entregué a Jesús ese día”, diría Tucker, “el peso abrumador y la inmensa realidad de lo que había hecho me golpearon. Por primera vez, aquella noche me di cuenta de lo terrible de mis actos. Comencé a llorar, también por primera vez en mucho tiempo, y hasta el día de hoy las lágrimas han formado parte de mi vida”. Durante catorce años, la transformación en la vida de Karla fue evidente en la cárcel. Sin embargo, no todos creían que su conversión fuera real. Unas semanas antes de morir, Tucker fue entrevistada por el reconocido periodista Larry King. Él pensaba que el cambio de Karla era simplemente una experiencia emocional, pero quedó perplejo al ver la actitud positiva que ella tenía a pocos días de su ejecución. King le preguntó: “¿Cómo es que sigues teniendo buen ánimo? No puede deberse solo a Dios”. Tucker respondió: “Sí, sí se puede. Se llama ‘gozo del Señor’”. Karla Faye Tucker fue ejecutada en febrero de 1998 por medio de una inyección letal. Sus últimas palabras estuvieron cargadas de amor y peticiones de perdón. A mi juicio, esta historia nos deja un par de lecciones importantes. Primero, para Dios no existen personas desahuciadas moral o espiritualmente. Él puede transformar, incluso, a la persona con el pasado más oscuro. Segundo, no podemos subestimar el enorme impacto que tuvo para Karla el sentirse perdonada. Cuando la mayoría de la sociedad, de manera lógica, deseaba que pagara por sus terribles actos, el perdón sorprendente de Dios le abrió las puertas a una nueva vida y la inundó de gozo. Y ese mismo perdón está disponible para todo aquel que lo busca de todo corazón.

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