La excelencia

La excelencia no es una palabra únicamente de los medios profesionales, es el estilo de vida que Dios mismo ha querido que cada uno de nosotros obtengamos. David lo expresó en 1 Crónicas 17:17 “Me has mirado como a un hombre excelente”. Si hablamos de excelencia, el diccionario Océano define esta palabra de varias maneras: viajar a un lugar más alto, ascender, elevarse, progresar…

El término excelencia proviene de una palabra compuesta. En el original, excelencia es ELOIM, que significa Dios dentro. Eso quiere decir que si Dios está dentro de nosotros, la excelencia debería ser algo normal.

Quiero animarle a que usted crea que su vida es más de lo que usted ha hecho; por lo tanto, tenemos que ir a otro nivel y confesar que la excelencia “debe ser parte de mí”.

Para lograr excelencia es esencial que usted parta de un principio y es este: Compromiso. ¡Usted debe tener compromiso!

Michael Jordan, uno de los más exitosos jugadores de la NBA, claramente dijo que el compromiso empieza en el corazón; es lo que separa lo bueno de lo grande. Una persona con compromiso aprende a decirle no a lo bueno, para decirle si a lo mejor.

Alcanzar la condición de excelente no debe estarse posponiendo indefinidamente en su vida. El tiempo para empezar a buscar y empezar a pensar, actuar y vivir en excelencia es ahora. Hoy es tiempo de excelencia.

Dios le ha dado lo mejor, fuimos creados a imagen y semejanza de Él. Pero hoy necesitamos comprometernos con Dios, con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y con los demás.

Hay cuatro tipos de personas: Las que no se comprometen, las que tienen miedo a comprometerse, las que se rinden aún antes de comprometerse y los que pagan el precio por el compromiso.

¿Qué tipo de persona es usted? Si está dispuesto a pagar un precio, hoy es tiempo de tomar la decisión.

La excelencia es una decisión, no una opción. La calidad de un producto no es un accidente, es el resultado de una decisión.

La excelencia es para usted, tómela, vívala y disfrute una vida excelente.