¡Alimento o veneno!

Exclusivo para Suscriptores

¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Alcanzó su límite de artículos

Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Artículo exclusivo bajo registro

Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.

Iniciar Sesión

Gracias por informarse con
La Prensa

El odio es un sentimiento de profunda antipatía, repulsión, disgusto, aversión, enemistad hacia una persona. Los sentimientos de destrucción nunca son justificables, el odio atenta contra la posibilidad del diálogo y construcción común, es posible que cada persona sienta la aversión sobre personas, organizaciones.

La tendencia de la humanidad es rechazar testimonios que contradigan lo que pensamos, hoy en día a nivel mundial nos encontramos con la mayor división de la historia al crédito que se otorga a los que piensan por elección propia, se descarta la mayoría de la información que viene de ciertas fuentes y aceptamos sin reservas aquella información con la que nos sentimos más cómodos. Muchos aceptan opiniones sin saber la veracidad y confiabilidad, solo aquello que afirma nuestras propias creencias.

El odio está latente que ni siquiera se menciona que forma parte de la vida diaria; pero es real y quedaron en el olvido los debates con argumentos y vivimos tiempos donde el conflicto moviliza más que las propuestas. Las redes sociales son la propaganda del odio más efectiva, como resultado vemos una población con emociones encontradas e inestables y espíritus quebrantados.

La perspectiva que se da a la religión, política, la raza, causa una división más profunda de heridas en vez de saber que en la diversidad podemos unirnos para sacar la creatividad, innovación y mayor producción para la nación. Ya es suficiente, aquí es urgente que se valore que una campaña de odio y división nos lleva a decir si ganamos o perdemos, no con diálogos que terminan en monólogos; sino dispuestos a sacar y arrancar ese cáncer del odio que es un veneno que destruye desde el interior y corrompe las mentes y corazones. “Si alguien afirma: “Vivo en la luz”, pero odia a otra persona vive en la oscuridad. 1 Juan 2:9 NTV. Elija su menú el perdón o el odio no desperdicie su potencial hoy.