Byron Ruiz y el “imperio” del narco que heredó en Guatemala
Byron Ruiz murió acribillado a balazos en una zona de la capital guatemalteca a los 49 años el 12 de febrero de este año.
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El 12 de febrero de 2025, el hondureño Byron Ricardo Ruiz Ruiz, conocido como “El Negro”, fue asesinado en un ataque armado en el kilómetro 22 de la carretera a El Salvador, en Fraijanes, Guatemala.
Según informes, mientras salía de un centro comercial, fue emboscado por sicarios que le dispararon en múltiples ocasiones. A pesar de ser trasladado a un hospital privado cercano por su equipo de seguridad, Ruiz falleció debido a las heridas recibidas.
Byron Ruiz, originario de Olancho, era considerado un destacado narcotraficante en Centroamérica. Se le atribuían más de 100 asesinatos en su país natal y estaba vinculado a diversas actividades delictivas, incluyendo tráfico de drogas y lavado de dinero.
En 2018, fue detenido en Guatemala y extraditado a Estados Unidos en 2019, donde fue condenado por conspiración para el tráfico internacional de cocaína. Tras colaborar con las autoridades estadounidenses, su sentencia fue reducida, y recuperó su libertad en junio de 2022.
Byron Ruiz fue ultimado por un sicario en Fraijanes, Guatemala.
Después de su liberación, Ruiz regresó a Guatemala y se estableció en el departamento de Izabal. Allí, formó alianzas con la familia Berganza, una organización criminal que operaba en Izabal, Petén y Chiquimula.
Esta familia, liderada por Byron Alcides Berganza Espino y su hijo Byron José Berganza Roque, había sido capturada y extraditada a Estados Unidos entre 2020 y 2021 por delitos relacionados con el narcotráfico. Con la ausencia de los líderes originales, Ruiz asumió el control de las operaciones ilícitas de la organización, consolidando su posición en el trasiego de drogas en la región.
“Investigamos los comercios donde estaba Ruiz, porque posiblemente tengan conexión con la estructura de los Berganza”, reconocieron los investigadores de la Policía Nacional Civil de Guatemala (PNC) en los últimos días.
La colaboración entre Ruiz y los Berganza fortaleció las rutas de narcotráfico que conectaban Sudamérica con Estados Unidos, pasando por Guatemala y México. Ruiz coordinaba el traslado de cargamentos de cocaína desde Venezuela, utilizando avionetas que aterrizaban en zonas remotas de Honduras y Guatemala. Estas operaciones evidencian la sofisticación y alcance de la red que lideraba.
La familia Berganza, antes de la alianza con Ruiz, ya tenía una historia notable en el mundo del narcotráfico guatemalteco. Byron Alcides Berganza Espino, conocido como “El Ganadero”, fue considerado uno de los principales narcotraficantes de Guatemala.
En 2003, fue capturado en El Salvador y extraditado a Estados Unidos, donde en 2008 fue condenado a 22 años de prisión por conspirar para traficar e importar cocaína hacia ese país. Sin embargo, en diciembre de 2015, fue liberado por razones que se mantienen en reserva. Tras su liberación, regresó a Guatemala y retomó sus actividades ilícitas hasta su captura en 2021.
Por su parte, Byron José Berganza Roque, hijo de Berganza Espino, también estuvo involucrado en actividades de narcotráfico. Fue capturado en noviembre de 2020 en el Aeropuerto Internacional La Aurora, procedente de Ciudad de México.
Byron Alcides Berganza Espino, el fundador del clan Berganza.
Era requerido por la justicia de Estados Unidos por delitos relacionados con el tráfico de drogas y enfrentó un proceso de extradición. Las investigaciones señalaron que, desde 2017 hasta 2019, Berganza Roque fue responsable de transportar, dirigir y manejar las actividades de tráfico de drogas de la organización en Guatemala.
Las autoridades guatemaltecas investigan el asesinato de Byron Ruiz bajo la hipótesis de una posible venganza, siguiendo dos líneas principales de investigación. La primera sugiere un ajuste de cuentas por parte de un grupo criminal hondureño, debido a que Ruiz habría proporcionado información a la justicia estadounidense sobre sus antiguos aliados y enemigos con el fin de reducir su condena.
Estados Unidos lo condenó por su participación en el aterrizaje de narcoavionetas en Olancho, Colón y Gracias a Dios, en Honduras, entre 2010 y 2017. Investigaciones de la DEA confirmaron su papel en estas operaciones, lo que habría generado represalias de quienes se sintieron traicionados.
La segunda línea de investigación apunta a una disputa territorial con otro grupo criminal que opera en Guatemala, dedicado no solo al narcotráfico, sino también a la trata de migrantes y la explotación ilegal de jade. Se cree que Ruiz, tras recuperar su libertad en 2022, habría intentado expandir su influencia en ciertas rutas de tráfico de drogas, lo que lo puso en conflicto con organizaciones locales. Su asesinato podría responder a una pugna de poder dentro del crimen organizado, donde diferentes facciones buscan consolidar su dominio en el territorio guatemalteco.
El asesinato de Byron Ruiz ha generado diversas hipótesis sobre los responsables y motivos detrás del ataque. Las autoridades guatemaltecas detuvieron a Byron Aliu Valencia Pérez, un ciudadano colombiano implicado en el asesinato de Ruiz. En su confesión, Valencia reveló que fue contratado para ejecutar el “trabajo” y que solo recibió una fotografía y el número de placa del vehículo de la víctima. Afirmó desconocer la identidad de Ruiz y mencionó que su contacto principal en la operación fue otro sicario colombiano que murió durante el enfrentamiento.
Byron Aliu Valencia Pérez, colombiano detenido por el crimen de Byron Ruiz.
Este asesinato ha generado especulaciones sobre la posible participación del grupo criminal venezolano conocido como “Tren de Aragua” en Guatemala. Aunque las investigaciones iniciales sugieren que los sicarios podrían tener vínculos con esta organización, el Ministerio de Gobernación de Guatemala ha declarado que no hay evidencia concluyente de que el Tren de Aragua opere de manera estructurada en el país.
La familia Berganza, antes de la alianza con Ruiz, ya tenía una historia notable en el mundo del narcotráfico guatemalteco. Byron Alcides Berganza Espino, conocido como “El Ganadero”, fue considerado uno de los principales narcotraficantes de Guatemala.
En 2003, fue capturado en El Salvador y extraditado a Estados Unidos, donde en 2008 fue condenado a 22 años de prisión por conspirar para traficar e importar cocaína hacia ese país. Sin embargo, en diciembre de 2015, fue liberado por razones que se mantienen en reserva.