“Nunca hallamos nada; fue como si la montaña se los tragó”

El misterio de la desaparición de la bióloga Isis Medina y el neerlandés Marcell Van Hoeven crece.

Los casos se cerraron debido a que no se hallaron indicios de su paradero.

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Transcurridos seis años desde la desaparición de la bióloga Isis Melissa Medina Flores y casi dos décadas del desaparecimiento del holandés Marcell Van Hoeven en la montaña de Celaque, sus casos continúan cubiertos por un velo de misterio.

El Parque Nacional Montaña de Celaque, que tiene categoría mundial de reserva de biosfera y que es uno de los sitios más visitados por turistas en el occidente del país, fue el escenario donde dos personas se extraviaron, sin que hoy en día se sepa qué fue de su paradero.

Aunque no se tiene precisión de la fecha, se sabe que el holandés Van Hoeven se extravió en 2005, cuando decidió adentrarse en los densos bosques mixtos del Celaque, que aloja el punto más alto de Honduras, mientras que Medina Flores desapareció el sábado 5 de noviembre de 2016.

La bióloga Isis Melissa Medina Flores.

Pese al paso de los años, para don Miguel López Fuentes, quien ha sido guía de Celaque por más de 40 años y cuya vivienda está adentrada en la zona núcleo del parque, las vivencias de lo ocurrido cuando desaparecieron ambas personas parece que hubieran sido ayer.

“El día en que Marcell se perdió supimos que algo había pasado porque había encargado la comida en nuestra casa, pero nunca regresó”.

Miguel López detalló que Van Hoeven planeó subir a la cima del Celaque en el cerro Las Minas y ese mismo día bajaría para cenar en su casa. Dos personas más acompañaron al holandés, pero él no regresó. “Lo buscamos seis meses, pero no hallamos nada. Al tiempo encontré en el río pedazos de tela, parecían de una camisa, pero no supimos si eran de él”, relató.

Desaparición de Isis

Según consta en los registros de investigación, un sábado 5 de noviembre la bióloga Isis Melissa Medina junto con su colega César Alejandro Cerrato Mendoza y las gemelas Sharon Alejandra e Iris Nallely Jiménez y Mauricio Javier Claros Domínguez decidieron, en horarios no permitidos y evadiendo controles de registro, ingresar a Celaque y “conquistar” la cima, cuya altura es de 2,849 metros sobre el nivel del mar, en un solo día. Sin embargo, solo sus amigos regresaron y de la bióloga jamás se volvió a saber nada.

A la bióloga la buscaron bomberos, policías, militares e incluso expertos, que utilizaron perros de rescate y búsqueda. “La buscamos un mes sin parar, dormíamos en medio de la montaña y nunca hallamos nada, ni un solo rastro. Fue como si se la hubiera tragado la montaña”, dijo don Miguel.

Simultáneamente a la búsqueda, la Policía inició una investigación criminal luego de encontrar incongruencias en los testimonios de los acompañantes, la separación del grupo, la renuencia a registrar la expedición y sobre todo que Medina Flores era experta en escalada, senderismo e incluso especialista estudiada en sobrevivencia en Estados Unidos.

Una fuente consultada por LA PRENSA relató que “se pincharon teléfonos y otras diligencias de una investigación criminal, pero no hallamos nada. Fue como si la tierra se la hubiera tragado”.

A los casi 200 miembros del Cuerpo de Bomberos, Fuerzas Armadas, policías, Copeco, guías turísticos y personal de Mapance se sumaron expertos de la Federación de Montañistas de Honduras, así como voluntarios que, acompañados de perros rastreadores, nunca lograron ubicar a la bióloga. “Hay testigos que aseguraron ver a los acompañantes de la bióloga, pero a ella no la vieron.

Se supo que la última ubicación de su teléfono fue en Tegucigalpa, pero eso no es determinante porque pudieron haberlo robado”, afirmó la fuente. En los últimos años se han extraviado cuatro turistas, pero gracias a la pericia de los guías han podido ser rescatados con vida.