Mensajes de Ana Hernández no coinciden con hora de su muerte y testimonios

La familia de la hondureña dijo que la hora a la que fueron notificados de la muerte es distinta a la que aparece en los chats.

La captura de pantalla al supuesto último chat entre la joven Ana Lizeth Hernández Cantillano y su pareja, el mayor de artillería Allan Antonio Franco Méndez, es un elemento que ayudará a esclarecer el hecho, pero, luego de hacer una comparación, se ve que existe una diferencia muy grande entre las horas en las que se enviaron los mensajes y los testimonios de los familiares.

Ana Lizeth fue reportada muerta la noche del 19 de marzo de 2023, cuando su pareja llamó a su suegro para notificarle la triste noticia.

El cuerpo de la joven presentaba un disparo en la cabeza y, según el militar, que fue su pareja durante 12 años, se trató de un suicidio luego de una pelea.

Sin embargo, los familiares de Ana señalan a Franco Méndez como el responsable de su muerte, pues aseguran que la sometía a maltratos físicos y psicológicos.

El militar permanece detenido desde el día de la tragedia, pero siendo acusado de portación ilegal de armas, ya que en la vivienda se encontraron municiones, granadas y armas.

En las últimas horas trascendió la fotografía del arma que la mujer habría usado, según la versión de su pareja, para quitarse la vida, al igual que la captura de pantalla de un chat de WhatsApp, donde ella aparentemente le reclamaba por una presunta infidelidad.

Este es el chat donde el remitente aparece renombrado como ‘Ana Hernández’.

“Ahorita mismo me voy a pegar un tiro en la cabeza”, luego envió una fotografía de ella sosteniendo un arma de fuego sobre su sien, un mensaje de voz y finalmente otros dos mensajes, donde le dice que su regalo del Día del Padre será no volver a verla.

Todos estos mensajes fueron enviados entre las 10:54 de la noche y 11:01 de la noche, por lo que este lapso no coincide con las declaraciones de la familia de la joven.

Matías Hernández, progenitor de Ana Lizeth, dijo el 20 de marzo, durante una entrevista al canal HCH, que su yerno, Allan Franco, le llamó alrededor de las 7:15 de la noche del día anterior para decirle que había peleado con ella y que estaba preocupado.

En la misma llamada le habría notificado que ella estaba sin vida.

“Yo ayer esperaba la llamada del Día del Padre y estaba resentido con mi hija porque no me llamaba y como a las 7:15 de la noche me llamó el mayor Franco y me dijo: ‘Matías, fíjese que yo tuve un problemita con Anita y me vine para donde estaba sacando el curso (para ascender de rango), yo la comencé a llamar y a llamar y ella nunca me contestó, entonces llámela usted’”, relató el padre de la joven.

Desde momento sintió que algo no andaba bien, pues además su yerno le sugirió moverse desde la aldea de Zambrano, situada en la salida al norte de la capital, hasta el sur de la ciudad, donde vivía su hija, pero que al hacerlo, llevara un carro.

“Pero antes de llamarla búsquese un carro para que se venga para Tegucigalpa”, le habría dicho el militar, por lo que el suegro le cuestionó para qué necesitaría llevar un carro.

“Cuando me habló a las 7:15 me dijo que Ana se había suicidado, entonces yo le dije con qué necesidad se va a suicidar, si Ana tenía su buen trabajo y su buena profesión”, dijo entre lágrimas el progenitor.

“Pues pasó, porque de seguro tenía algunos problemas”, dice Matías que le contestó su yerno, quien además dijo que él también iba en camino para su casa.

La joven, que es enfermera, dijo que ella se movilizó de inmediato al lugar y relató para el noticiero Hoy Mismo su versión: “Cuando yo llegué a la casa lo primero que encontré fue a mi cuñado afuera, dijo que había llegado tres minutos antes que nosotros, las puertas ya estaban abiertas. Yo salí corriendo con la esperanza de que mi hermana estuviera con signos vitales, porque como él había dicho que había recibido unos mensajes de mi hermana, que Anita le había dicho por mensajes que se iba a suicidar, yo iba con la esperanza de hallarla con signos vitales y poder trasladarla a un hospital”.

“Antes de entrar me dice Franco: ‘No podemos hacer nada, Ana se suicidó’, entonces yo entro llorando a la casa y efectivamente, ya el cuerpo de mi hermana no tenía vida, yo no pude hacer nada, ella ya estaba muerta”, siguió relatando la joven.

Ante esta situación confusa, serán las autoridades quienes deberán determinar la hora exacta de muerte de la joven de 32 años, al igual que las huellas halladas en el arma de fuego y la veracidad de los mensajes en cuestión.

Como los empleados del Ministerio Público mantienen una protesta desde hace varias semanas y han dejado de realizar autopsias como medida para presionar al gobierno para que cumpla con sus demandas, los familiares y amigos de Ana han tomado la determinación de tomarse la carretera CA-5, a la altura de Zambrano, para pedir que le sea realizada la debida autopsia y de esa forma salir de dudas pues temen que con el pasar del tiempo se pierda evidencia clave para el caso.

El cuerpo de la joven permanecía en los cuartos fríos de la morgue de Tegucigalpa y aunque la Corte ordenó su entrega, no han encontrado quién realice la autopsia, pues las personas preparadas para hacerlo se mantienen de brazos caídos.

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