Muerte, cárcel y soledad: la debacle de Rosa Elena Bonilla tras ser primera dama

La ex primera dama de Honduras Rosa Elena Bonilla de Lobo (2010-2014) se ha visto inmersa en una espiral de desgracias e infortunios que la tienen, ahora, en prisión, enlutada y lejos de su familia.

Este miércoles, la ex primera dama, esposa del expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa, fue condenada a 14 años y un mes de prisión, tras la repetición de un juicio que en 2018 la mantenía recluida por casi 60 años de pena.

Bonilla fue detenida el 28 de febrero de 2018 luego de una investigación del Ministerio Público coordinada con la otrora Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), que dependía de la Organización de Estados Americanos (OEA). La exprimera dama fue detenida en 2018, acusada por corrupción por la extinta Maccih.

Otra de las desgracias que han matizado con sangre la vida de Rosa Elena de Lobo es la muerte de uno de sus hijos, Saíd, asesinado junto a otros tres jóvenes en Tegucigalpa, en julio, cuando salían de un centro nocturno.

Esa muerte sacudió a Bonilla de Lobo, quien ha recaído en prisión, en Támara, de su salud. Incluso, ha tenido que ser hospitalizada tras descompensarse en un amotinamiento.

Rosa Elena Bonilla dijo creer que sería liberada e incluso sus abogados solicitaron cambio de medidas para que se defendiera en libertad o en arresto domiciliario, pero fue negado. Hasta el ministro asesor de Presos Políticos, Pedro Amador, abogó por ello, pero la petición fue negada por los tribunales.

Fraude y apropiación indebida son los delitos que cometió Rosa Elena Bonilla de Lobo. En tanto, ella ha dicho que la muerte de su hijo “les arruinó la vida” como familia.

Bonilla de Lobo pasó de ser una de las mujeres más poderosas de Honduras cuando era primera dama a ser una reclusa más en Támara, la prisión emblemática del país y donde ha estado recluida por cuatro años.

Su esposo, Porfirio Lobo Sosa, ha dicho que la Maccih se enfrascó con ella y que es inocente. Ha manifestado que su salud se ha deteriorado drásticamente.

Porfirio Lobo Sosa cuando llegó a la escena del crimen donde murió su hijo en julio. La ex primera dama asistió al funeral de su hijo a través de un permiso especial otorgado por autoridades.