Los 5 conflictos de la edad difícil

Estos son los cinco ejemplos más comunes de situaciones que suponen conflicto cuando los hijos cumplen los 18 años

No prohibir en extremo todo, pues eso solo motiva al joven aquerer hacer las cosas por rebeldía.

1. Pierden clases: La edad de la mayoría de los estudiantes propicia que lo natural sea que se busquen romper los límites. “Se puede caer en excesos, desde comer y dormir mal hasta congestiones alcohólicas o abuso de sustancias. Su cuerpo sana más rápido, entonces se dan oportunidad de desvelarse y rendir, pero al paso del tiempo las células no se reponen igual y vienen las consecuencias”, indica el psicólogo y experto en adicciones Javier López.

2. Empiezan con excesos: Es normal que un papá vea a los hijos rockeros, luego vaqueros, en fin, con distintos estilos, amigos o música. La pertenencia a ciertos grupos sociales o sentirse aceptados son las razones más comunes de estos cambios. “Simplemente hay que saber que es transitorio y que cuando crezcan van a definir su identidad, y que está bien mientras no atente contra su integridad”, dice el psicólogo López.

3. Cambian de imagen constantemente. Razonar o negociar con los jóvenes puede ser muy difícil para los padres, que no parecen hablar su mismo lenguaje. Si bien es cierto que algunas veces ignorarán las llamadas o reaccionarán con agresividad al contestarlas, los padres también deben ejercer el respeto que piden de los hijos. Establecer límites no solo se espera de los jóvenes, sino también de los padres, quienes a veces interfieren con las ideas, estilo y actividades de sus hijos de forma excesiva.

4. Son irrespetuosos y desobedientes. Un consejo podría ser el propiciar conocer a los amigos o parejas al invitarlos a la casa y generar un ambiente cómodo para saber cómo se comportan, pues muchas veces los jóvenes evitan sus casas por estar demasiado supervisadas o evitar reprimendas de los padres. En los casos en que la comunicación sea difícil con los padres, también es recomendable fomentar que los hijos recurran a los maestros u otras figuras de autoridad.

5. Se la pasan con la pareja y los amigos: Algunos de los motivos de más estrés para los padres es pensar en quiénes son las personas con las que sus hijos conviven, qué hacen con su pareja, si es que la tienen, y qué van a contestarles si les piden consejo. Para la experta en psicología positiva Alicia Salinas lo principal es saber que los jóvenes también se estresan y como padres, perder el miedo a hablar de ciertos temas como la sexualidad o las nuevas amistades. Un consejo podría ser el propiciar conocer a los amigos o parejas al invitarlos a la casa y generar un ambiente cómodo para saber cómo se comportan, pues muchas veces los jóvenes evitan sus casas por estar demasiado supervisadas o evitar reprimendas de los padres.

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Orientación para padres

Redacción. Sus horarios de regreso a la casa le generan canas verdes, las palabrotas son ahora sus mejores amigas para comunicarse. Su nueva familia son sus amigos y solo lo puedes contactar vía Facebook o WhatsApp, si es que no le ha bloqueado aún.

Llegó a la temida “edad difícil”. La secundaria acabó, ya tienen 18 años, y a padres e hijos les espera una nueva etapa que implica soltar más la rienda; es decir, conceder más libertades, pero que provoca, en muchos casos, confrontaciones.

“El punto principal es saber que los chicos que pasan de bachillerato a la universidad quieren separarse de papá y mamá, pero lo más importante es que los papás no pierdan la comunicación con los hijos a pesar de esto”, menciona Elena Guadalupe Rodríguez, psiquiatra especialista en infancia y juventud.

Es vital que queden en claro los acuerdos que se tienen en familia, las expectativas que los papás tienen de los muchachos. Quizá no que saquen 100 por ciento en la universidad, pero que asistan a sus clases, que sepan el grado de responsabilidad que esperan sus padres de ellos”.

Rodríguez considera que va a haber situaciones en que va a ser imposible que los chicos no se vean presionados por el grupo, pero que, a pesar de eso, hay que escuchar empáticamente antes de regañar.

Es necesario no prohibir, pero sí dejar claro que hay expectativas, obligaciones y responsabilidades que acompañan a las libertades.

Muchos papás les facilitan los vehículos, por comodidad o necesidad, pero hay que hacerles saber que es una responsabilidad, saber a quién sube, cómo maneja.

El papá o la mamá tienen qué recordar que a ellos también les gustaba tomar riesgos cuando jóvenes y ser empáticos.

El que muchos padres les den todo a sus hijos, incluyendo permiso para todo, influye en que no valoren lo que tienen, y esto puede afectar su intención de progresar.

Otro aspecto es que no se caiga en el otro extremo, el de la prohibición, pues eso solo motiva al joven a querer hacer las cosas por rebeldía, y a que la comunicación y confianza se pierdan, dice Alicia Salinas, experta en psicología positiva.

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