Cómo actúa Honduras frente a la desinformación electoral
Imagen creada con inteligencia artificial para similar personas votando durante las elecciones en Honduras.
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San Pedro Sula, Honduras
La desinformación electoral en Honduras no es un problema nuevo, pero sí impune.
A menos de tres semanas de las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025, las autoridades no han implementado ninguna estrategia para frenar la propagación de noticias falsas, discursos engañosos y manipulación digital que afectan la transparencia del proceso democrático.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha reconocido ante LA PRENSA Verifica que combatir la desinformación electoral sigue siendo una tarea pendiente.
Sin embargo, a 20 días de los comicios, no se han tomado acciones concretas para regular el fenómeno ni para sancionar a los responsables de difundir información falsa.
“La desinformación debería ser penalizada porque en la mayoría de los casos constituye delitos en contra del honor y además causan también mucho pánico dentro de la población cuando se viralizan videos y otras cosas”, planteó Carlos Umaña, diputador del Partido Salvador de Honduras (PSH).
A pesar del trabajo de LA PRENSA Verifica, que ha documentado y desmentido bulos electorales desde 2023, la lucha contra la desinformación sigue siendo desigual.
La estrategia de verificación de hechos, que incluye análisis de discurso público, pedagogía informativa y alfabetización mediática, es fundamental, pero no es suficiente sin el respaldo de las instituciones y sin una política integral que aborde el problema desde su raíz.
dificultad para diferenciar entre lo falso y lo verdadero, ha detectado LA PRENSA Verifica en sus eventos para combatir la desinformación.
La desinformación ya no se limita a simples rumores; hoy en día, la manipulación ha alcanzado niveles de sofisticación sin precedentes.
Los deepfakes (contenidos creados o modificados con inteligencia artificial), por ejemplo, permiten generar videos hiperrealistas donde se hace decir a políticos frases que nunca pronunciaron.
Además, el avance de la inteligencia artificial (IA) ha facilitado la creación de imágenes, audios y documentos falsificados que pueden influir en la opinión pública.
Esto, combinado con la falta de educación mediática en Honduras, deja a los ciudadanos en una posición vulnerable ante estrategias como la “inundación de datos”, una táctica usada por políticos y actores malintencionados para saturar las redes con información contradictoria, haciendo que la verdad se pierda en el caos informativo.
En otras regiones, como la Unión Europea (UE), se han implementado enfoques integrales para abordar la desinformación electoral.
Las medidas que van desde las cuantiosas multas contra las grandes plataformas que no actúen contra la desinformación y regulan el uso de la inteligencia artificial, así como inclusión de comisiones especiales de la Eurocámara y el análisis de las técnicas y tácticas de los manipuladores.
En Honduras, en cambio, los creadores de bulos actúan con total impunidad y los políticos que esparcen mentiras no enfrentan sanciones.
La situación en Honduras requiere soluciones urgentes y estructurales. Entre las posibles estrategias para frenar la desinformación electoral, destaca la regulación y sanción efectiva; educación mediática y alfabetización digital; trabajo conjunto entre verificadores y autoridades; mayor responsabilidad de las plataformas digitales y fomentar el pensamiento crítico.
A 20 días de las elecciones primarias, Honduras sigue sin una estrategia clara para enfrentar la desinformación electoral. La falta de regulación, la impunidad de los creadores de bulos y la vulnerabilidad del electorado hacen que el panorama sea preocupante.
Si bien iniciativas como LA PRENSA Verifica han desempeñado un papel clave en la lucha contra la desinformación, el problema requiere un abordaje integral que involucre al Estado, la sociedad civil, los medios de comunicación y las plataformas digitales.
Sin medidas concretas, la desinformación seguirá manipulando la percepción pública y poniendo en riesgo la democracia hondureña, advierten los especialistas.