“Mi hija era muy querida, pero ese desgraciado nos la arrebató”

Doña Marcia Ávila Duarte, madre de la víctima, describió al agresor, ya detenido por la Policía, como un psicópata.

Los familiares llegaron a la morgue del Ministerio Público para retirar el cuerpo de Yadira Córdova, quien deja tres hijos.

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Tegucigalpa

Luego de luchar por su vida, médicos que atendían a Francis Yadira Córdova Ávila (de 34 años) en el Hospital Escuela en Tegucigalpa reportaron su muerte tras no poder recuperarse de nueve impactos de bala que le infirió su expareja el martes.

A eso de las 9:30 am de ayer, el personal médico dio la lamentable noticia a la familia de la mujer, quien se debatía entre la vida y la muerte luego de ser intervenida quirúrgicamente producto de las graves heridas que recibió.

Como presunto responsable del ataque fue capturado Edgar Misael Durón Quintanilla (de 28 años). Este fue detenido el miércoles, un día después de que interceptara a Francis Yadira a las 11:00 pm en la comunidad Ocabas, municipio de Danlí, El Paraíso, y le disparara luego de decirle que se bajara de la motocicleta en la que ella se conducía, indica el reporte policial.

Según las autoridades, Durón Quintanilla se desplazaba en su moto y estaba esperando a la mujer en la calle por donde pasaría luego de salir de un minisúper donde laboraba como cajera; ella se dirigía a su casa.

Se maneja que el motivo del ataque fue porque el capturado se negaba a aceptar que la víctima había terminado la relación sentimental que mantenía con él, por lo que molesto y cegado por la ira cometería el crimen.

Doña Marcia Ávila Duarte, madre de la víctima, describió al agresor como un psicópata y clamó justicia al retirar el cuerpo de su hija en la morgue capitalina. “Mi hija era una persona muy querida en el pueblo. Todos estaban orando por su recuperación, pero ese desgraciado nos la arrebató”, dijo con el corazón roto.

Don Edy Cristóbal, padre de Francis, expresó que “mi hija nunca me dijo que tuviera problemas con ese hombre. Era una persona reservada, pero ahora entiendo que estaba sufriendo en silencio”.

Violencia en Honduras
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