Más de 350,000 sampedranos viajan en autobuses obsoletos
Unidad de transporte urbano en el centro de San Pedro Sula, la mayoría de ellos en mal estado.
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Más de 350,000 usuarios del transporte público en San Pedro Sula viajan a diario en autobuses obsoletos y que no reúnen las condiciones para garantizar la seguridad de los pasajeros.
Parachoques atados con cabuyas, parches de nailon para sustituir ventanillas, asientos improvisados e incluso agüeros son algunos de los rasgos más comunes de estas unidades.
Para Nelson Fernández Toro, dirigente del transporte urbano en esta ciudad, la renovación de la flota vehicular es uno de los retos más grandes que enfrentan los pequeños empresarios del sector desde hace muchos años.
Fernández indicó que en San Pedro Sula circulan unos 1,530 buses amarillos y microbuses que conforman el transporte público, pero no todos se hallan en las condiciones óptimas que desearían.
Esto principalmente debido a la dificultad para acceder a créditos, la falta de incentivo estatal, los costos operativos y la factura que deja la inseguridad.
Johnny Ortiz, otro representante del sector, señaló que la mayoría de las unidades ya cumplieron su tiempo de uso, que usualmente ronda entre los 10 a 15 años, dependiendo del mantenimiento.
“Hay unidades que ya tienen 20 años. Son buses del 2005”, dijo. A esto se suma que muchas de estas unidades son compradas en subastas e importados desde países como Estados Unidos, donde han salido de circulación.
Esto principalmente por el precio, ya que un microbús nuevo ronda los $60,000 (L1.5 millones), mientras que uno usado importado de Estados Unidos, años 2018-2020, puede encontrarse en L950,000, según importadores consultados por LA PRENSA.
Acerca del mal estado de algunas unidades, manifestó que uno de los grandes problemas en la ciudad es el congestionamiento vial, que junto al irrespeto a la leyes de tránsito terminan ocasionando accidentes vehiculares.
El dirigente indicó que muchas veces las finanzas de las empresas de transporte urbano e interurbano “no son las mejores”, lo que les “impide darles el mantenimiento adecuado”.
Subrayó que, en su mayoría, los dueños son pequeños empresarios que se “endeudan con la banca e hipotecan sus viviendas” para comprar los vehículos, y a los que la tarifa del transporte, el costo fijo de operación y flagelos como la extorsión están agobiando.
En ese sentido, indicó que en los últimos años, representantes del sector han propuesto que desde el Gobierno central se creen incentivos para la modernización y sostenibilidad del transporte público, pero hasta la fecha no han obtenido respuesta positiva.
“Ha hecho falta respaldo e interés por parte de los diferentes Gobiernos. Se han gestionado ayudas para diferentes sectores a través de cooperación internacional, pero nada para el sector transporte”, expresó.
Dijo que como líderes del sector aspiran a que Honduras pueda implementar modelos de subsidios que han resultado efectivos para otros países, como Costa Rica, para modernizar las unidades y dar un mejor servicio.
Añadió que fortalecer el transporte público en la ciudad también pasa por la voluntad política de las autoridades con el fin de mejorar la infraestructura vial y el fortalecimiento de la seguridad para combatir la delincuencia y la extorsión.