Preguntas y respuestas para entender cómo te afecta el alza a la Tasa de Política Monetaria

El incremento en Honduras en las cuotas de crédito tanto para consumidores como para empresas encarece los préstamos y restringe el acceso al financiamiento

El Banco Central de Honduras (BCH) aplicó un aumento de 175 puntos básicos a la Tasa de Política Monetaria (TPM) a partir del pasado 28 de agosto.

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Efectos

Tegucigalpa, Honduras.

Si usted está considerando construir su casa, adquirir un vehículo, abrir un nuevo negocio o realizar cualquier tipo de inversión, el costo de estos proyectos será más caro.

Al menos esa es la consecuencuencia directa del reciente e histórico aumento de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en Honduras, que entró en vigor el pasado 28 de octubre.

Esta medida ha ocasionado inquietud en el ámbito económico del país. La TPM se elevó del 4% al 5.75%, un incremento de 175 puntos básicos, el más significativo en la historia reciente del Banco Central de Honduras (BCH).

Esta decisión, que sigue las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente revisión del acuerdo con el país, genera un impacto inmediato en el sistema financiero nacional, y los hondureños lo sentirán pronto, en sus bolsillos y en sus proyectos de inversión, pero detrás de tanto tecnicismo a veces cuesta comprender las secuelas del ajuste.

En LA PRENSA Premium vamos a responder las principales dudas del tema, de la mano de expertos en la materia.

La TPM es la tasa de interés que fija el Banco Central para prestarle a los bancos, por lo que se vuelve en una herramienta del BCH para influir en el costo del dinero. Al fijarla, se establecen pautas para el costo de los préstamos y depósitos en el sistema financiero.

“La manera en la que opera el sistema financiero de Honduras es que el Banco Central de Honduras le presta el dinero a los bancos comerciales para que estos bancos comerciales luego nos presten a nosotros como ciudadanos. Lo que ha decidido el Banco Central es aumentar esas tasas de interés, lo que de igual manera se traduce en que los bancos comerciales nos aumenten a nosotros las tasas de interés”, explicó el economista Kevin Rodríguez de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

”Así como el banco es una institución a la que nosotros tenemos que pagarle y está en el mejor interés del banco que nosotros ganemos mejor o que tengamos un mayor ingreso, en el caso del FMI, al estar prestando a Honduras, le interesa que Honduras pueda pagarle su préstamo más su tasa de interés”, agregó.

Como anteriormente mencionamos, la TPM rige la operación de prestar dinero entre el Banco Central y los bancos comerciales. Mientras que la relación crediticia entre los bancos comerciales se conduce a través de una tasa activa (que aplica a los créditos) y tasa pasiva (que rige los ahorros).

Por tasa activa se entiende la tasa de interés con la que presta la institución financiera al usuario. Por ejemplo, está un cliente que desea sacar un préstamo de 200,000 lempiras para adquirir un vehículo, mientras que el banco ofrece un préstamo para que pague en un año a una tasa de interés anual del 15%.

Si el usuario acepta deberá volver en el plazo de 12 meses al banco 200,000 lempiras, más 30,000 lempiras (del 15% de interés), para un pago total de 230,000 lempiras.

Por otra parte, la tasa pasiva es el porcentaje de interés que paga el banco al usuario por depositar o mantener su dinero en una cuenta de ahorro.

Por ejemplo, si la institución financiera ofrece una tasa pasiva del 5% anual significa que por 10,000 lempiras de ahorro recibirá al cabo de 12 meses un total de 500 lempiras (producto del interés), para una suma final de 10,500 lempiras.

Cuando hay una subida de la TPM generalmente representa un impacto negativo para la persona o empresa interesada en aplicar un crédito, porque el interés es más alto, pero hay una ganancia para los ahorrantes, porque reciben más dinero por sus depósitos.

Según un informe de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), el sistema financiero registra 9,564,605 cuentas de ahorro pertenecientes a personas naturales y 93,735 de empresas, todas sujetas al pago de una tasa de interés pasiva sobre sus depósitos.

Asimismo, se reportan 80,226 cuentas a plazo de personas naturales y 9,927 de empresas.

Para los hondureños que financian sus gastos mediante préstamos de consumo o créditos hipotecarios, el aumento de la TPM se traduce en cuotas más altas.

Este aumento de los intereses es particularmente difícil para quienes buscan crédito para consumo, como la compra de bienes de uso cotidiano, donde los pagos aumentan y la capacidad de adquirir bienes o servicios de manera accesible se reduce.

Asimismo, para aquellos que desean comprar una vivienda o construir una propiedad, el incremento en los intereses se suma al costo de vida.

Según cálculos de expertos financieros, el impacto de este tipo de ajustes podría ser evidente en tan solo unas semanas, cuando las cuotas mensuales de los créditos ajusten a los nuevos intereses.

Al verse elevados los costos de financiamiento, las familias y trabajadores de clase media y baja enfrentan un escenario de menor acceso a bienes o de una carga financiera que tensiona sus presupuestos.

Por ejemplo, en enero 2024 las tasas para préstamos de agricultura estaban en 11.29%, o sea, que si sacaba un prestamo de L500,000 pagaba L56,450 en intereses anualmente. Ahora en agosto la tasa pasó a 15.8% lo que implica que por ese mismo crédito ahora se pagará L79,000 anualmente.

Desde una perspectiva empresarial, el impacto de esta medida se verá en “dos vías”, según explicó Alejandro Kaffati, oficial de Política Económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).

La primera es una reducción en la demanda de créditos productivos, ya que los empresarios nacionales e internacionales evitarán tomar préstamos a tasas tan elevadas. Esto limitará la producción y la creación de empleos, afectando particularmente a sectores de inversión y desarrollo en la economía nacional.

En segundo lugar, las empresas que ya cuentan con créditos vigentes verán un aumento en sus costos financieros, lo que inevitablemente llevará a un ajuste de precios en los productos finales.

Lo anterior implica que, en los próximos meses, la población podría enfrentarse a un aumento en el costo de productos y servicios, afectando su capacidad de compra y provocando un ajuste en sus presupuestos familiares.

Las autoridades del gabinete económico de Honduras se han llamado al silencio sobre la decisión de aumentar la Tasa de Política Monetaria de 4% a 5.75%.

Para financiar su presupuesto Honduras necesita acceder a créditos y uno de los principales organismos internacionales que ayudan con esta operación es el FMI. A cambio, el Fondo Monetario Internacional a menudo impone condiciones estrictas a cambio de su asistencia, puesto que quiere garantizar los pagos, por lo que una evidencia es la fortaleza de la economía nacional.

El Directorio del FMI en septiembre del año 2023 aprobó el acuerdo 2023-2026 con el gobierno de Honduras para el desembolso de un crédito de 822 millones de dólares como apoyo a la balanza de pago, a ser desembolsados en seis tramos sujetos a la aprobación de revisiones semestrales.

Aquí es cuando entra la revisión de la política monetaria, pues es parte del acuerdo firmado con el FMI y vigente desde el 1 de septiembre de 2023. En un comunicado de prensa del pasado 18 de octubre, la misión técnica del Fondo Monetario reveló que “las autoridades señalaron estar preparadas para seguir adaptando estas políticas, según sea necesario para garantizar el cumplimiento de los objetivos del programa”.

¿Por qué el FMI pide adoptar estas políticas? De manera más concreta, los expertos consultados por LA PRENSA Premium explicaron que la medida se implementó para frenar la caída de las reservas internacionales en dólares, que en los últimos dos años han sufrido una pérdida notable, acumulando una reducción de aproximadamente L1,900 millones entre 2023 y 2024.

Las reservas internacionales son activos financieros en monedas extranjeras (en dólares, en este caso) que un país mantiene en su Banco Central para respaldar su estabilidad económica y financiera.

Para estabilizar la economía, el Banco Central busca aumentar estas reservas, utilizando el alza en la tasa de interés como herramienta. “Es una estrategia para atraer inversión extranjera”, sostuvo el economista Mario Sosa.

En este contexto, Honduras ha visto reducirse su capital debido a que, en los últimos años, las tasas de interés ofrecidas no han sido lo suficientemente competitivas para atraer o retener capital extranjero. Ahora, con medidas que expertos catalogan como “abruptas y tardías”, el impacto recae directamente en el bolsillo de la población.

Honduras, con el fin de preservar la estabilidad macroeconómica y fiscal, desde la década de los 70 ha venido suscribiendo diversos acuerdos con el FMI, los cuales constituyen una herramienta de confianza y credibilidad para la búsqueda de financiamiento del presupuesto general de la república.

Sosa comentó sobre la percepción cambiante del FMI en Honduras. “El problema es que esta gente del partido Libre siempre satanizó al FMI y hoy en día, pues, el FMI es el mejor aliado, ¿entonces? Y de estos desembolsos que habla también dice que van a reservas internacionales, y ¿quién se gasta casi hasta las reservas internacionales del gobierno?”, cuestionó.

Subrayó que “el aumento de la tasa es una manera de aumentar la credibilidad del Banco Central”, lo que podría resultar en una mayor inversión por parte de bancos comerciales internacionales. “Pero este proceso no se ha socializado adecuadamente”, críticó.

Para Rodríguez, esta medida del aumento de tasas es un reflejo de la necesidad urgente del gobierno hondureño de cubrir su presupuesto, que asciende a 414 mil millones de lempiras. “El gobierno necesita recursos, y el acuerdo con el FMI es esencial para sostener sus operaciones”, señaló.

El economista explicó que el déficit fiscal en el país es preocupante: “Imaginemos que en una casa tenemos un presupuesto de L20,000 , pero solo generamos L15,000. La solución lógica es acudir al banco para cubrir esa brecha. En este caso, la casa Honduras está pidiendo prestados esos 5,000 lempiras al FMI”.

Sin embargo, mencionó, el acuerdo no solo responde a la falta de recursos, sino que también se ve amenazado por un clima de incertidumbre política que afecta la confianza de los inversionistas y ahorrantes.

”Cuando la población escucha sobre intentos de golpe de Estado o incrementos de impuestos a las remesas y productos básicos, la reacción lógica es retirar su dinero del país”, explicó. Esta conducta ha llevado a que tanto individuos como empresas busquen refugio fuera de Honduras, contribuyendo a un descalabro de las reservas.

”Es importante entender que las reservas internacionales en dólares son, en esencia, el dinero de los ciudadanos. Son los dólares que genera el productor de café que exporta su producto, así como los envíos de remesas de hondureños que trabajan en el extranjero. Ese dinero no le pertenece al Banco Central ni al gobierno; le pertenece a la población”, enfatizó Rodríguez.

Acceder a un préstamo de vivienda se volverá más costoso para los hondureños.

Un reciente monitoreo ciudadano de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) evaluó el desempeño de Honduras frente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) 2023-2026, que lleva un nivel de cumplimiento del 48%.

Este acuerdo, que aspira a estabilizar la economía hondureña mediante 25 metas -15 de carácter estructural y 10 cuantitativas-, plantea revisiones semestrales supervisadas por el FMI para habilitar los desembolsos, esenciales para el presupuesto general de la república en 2024.

Según el informe de ASJ, hasta junio de 2024, el gobierno hondureño debía haber cumplido 21 de las 25 metas totales. De las 11 metas estructurales que incluyen reformas de leyes y otros compromisos de política, solo se han cumplido cinco, quedando seis pendientes.

En cuanto a las metas cuantitativas, solo cinco de las diez establecidas se alcanzaron, resultando en un balance general de cumplimiento incompleto.

La falta de cumplimiento en estas metas amenaza con frenar los desembolsos previstos para el 2024, estimados en $236 millones, que están directamente vinculados a las aprobaciones del FMI tras cada revisión.

”En caso de no aprobar la primera y segunda revisión de 2024, o de no continuar con el acuerdo, se generaría un desafío importante para la gestión de las finanzas públicas”, advierte el informe de ASJ.

Si bien, la medida busca equilibrar las reservas y mantener la inflación bajo control, plantea un reto significativo para la economía hondureña en los próximos meses.

Mientras los inversionistas internacionales y los ahorristas de grandes cantidades podrían ver una razón para quedarse, los consumidores y emprendedores deben ajustar sus expectativas de crecimiento, limitados por los altos costos del crédito.

Muchos sectores anticipaban que el gabinete económico implementaría estrategias para mitigar los efectos adversos de la decisión tanto en la población común como en las pequeñas y medianas empresas, pero no se tomó ninguna medida al respecto.

Una de las mayores críticas ha sido la falta de previsión, pues era necesario que las tasas se ajustaran con tiempo y no precisamente en este momento, pues la decisión tardía de elevar la TPM ha dejado a los sectores productivos sin alternativas claras de financiamiento asequible, limitando su capacidad de producción y su competitividad.

Kaffati sugirió que medidas como garantías para las micro, pequeñas y medianas empresas o programas de apoyo financiero hubieran sido cruciales para evitar el golpe que esta decisión infligirá a la economía.

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