Las angustiosas horas para sacar a los pasajeros de lo profundo del mar

Damian Feurtado y Aaron Watler compartieron con LA PRENSA los momentos traumáticos mientras recuperaban los cuerpos del accidente aéreo en Roatán

Damian Feurtado y Aaron Watler, de la empresa de buceo Bica, junto a otros compañeros, lograron rescatar los cuerpos de seis pasajeros del avión accidentado de Lanhsa.

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Roatán, Islas de la Bahía

Cuando Damian Feurtado y Aaron Watler se especializaron en buceo hace más de una década, jamás imaginaron que les tocaría recuperar cadáveres desde las profundidades del mar.

La noche del lunes 17 de marzo, día del accidente aéreo del vuelo 018 de Lanhsa, sigue aún en sus memorias. Junto a sus compañeros, Jordan Guiffiths, Irma Korb, Jezel y Víctor, lograron subir a la superficie los cuerpos de seis de las doce víctimas del accidente, que dejó también cinco sobrevivientes.

Damian y Aaron narraron en exclusiva a Diario LA PRENSA los terribles momentos que vivieron desde que corrió la noticia de la caída del avión Jet Stream-32, que salía de Roatán a La Ceiba.

Con el equipo que utilizan, los experimentados buzos se sumergieron hasta una profundidad de 160 pies, donde se encontraba el avión. En este valiente acto, arriesgaron sus vidas, a pesar de que los expertos en buceo advierten sobre los peligros de descender a esos niveles sin contar con el equipo adecuado.

Entre los cuerpos recuperados del fondo del mar estaba el de Luis Araya, piloto de la aeronave, así como el de las hermanas Andrea Abigaíl Flores Hernández (de 18 años), y Angie Flores (de 7) y tres más.

Damian Feurtado recordó que estaba en su casa “cuando escuché que un avión había caído al mar, se hundió y ocupaban buzos. Llamé a mi compañero Aaron, pasó por el equipo y nos fuimos al aeropuerto. Nos dieron un punto de referencia donde estaba el avión y bajamos”.

Llegaron al lugar del accidente alrededor de las 7:00 pm y permanecieron en labores de rescate hasta la medianoche.

"Cuando bajamos nos sorprendimos porque estábamos a 160 pies arriesgando nuestras vidas porque no se puede bajar a esa profundidad. Queríamos rendirnos y acordamos bajar diez pies más, ahí fue que encontramos papeles, teléfonos y un tablero".

El primer cuerpo que hallaron fue el del piloto. “A pocos metros vimos al piloto en su asiento, que se había desprendido de la cabina, tenía abrochado el cinturón, creemos que murió del impacto porque tenía golpes en la cara y otras partes del cuerpo. Lo desabrochamos y lo subimos, ese fue el primer cuerpo que hallamos”, dijo Feurtado.

“Varios pies más abajo, mi compañero Aaron encontró el avión, que estaba con las llantas hacia arriba y dijo que la cabina estaba partida en dos. Subimos y después de una hora volvimos a bajar para sacar el resto de los cuerpos. Sacamos a las dos niñas, que eran las hermanas. Luego miramos dos cuerpos más en el fondo del avión, estaban en su asiento y con el cinturón puesto”, narró Damian con suma tristeza.

Damian Feurtado, Aaron Watler y Jordan Guiffiths, los tres buzos que llegaron la noche del accidente aéreo, descendieron a las profundidades del mar para recuperar los cuerpos de los pasajeros.

El experimentado buzo contó que ha sido difícil convivir con el recuerdo de esas dolorosas imágenes, que todavía están en su mente.

“Esto atormenta un poco, los primeros días no pude dormir muy bien porque siempre pensaba en eso y cuando paso cerca del aeropuerto pienso en todo lo que vimos abajo del mar. No fue algo bonito, pero lo hicimos de buena voluntad y ayudamos a la familia a ver a sus familiares por última vez”.

Aaron Watler recordó esa fatídica noche del accidente del vuelo de Lanhsa como el día más difícil que le ha tocado vivir como buzo. "Estaba en la casa y Damian me llamó que había un accidente de avión y había que apoyar, solo me levanté, agarré las llaves del carro y pasé por la oficina recogiendo el equipo", contó a LA PRENSA.

“Nunca pensamos que íbamos a bajar a esa profundidad. Cuando estábamos a 160 pies, a mi lado izquierdo ya vi al piloto que estaba en su silla, estaba de lado y abrochado al cinturón”.

“Luego les dije a mis compañeros que me dieran un minuto, que iba a buscar el avión, y a pocos metros ya lo pude ver partido en dos. Cuando lo encontramos había cinco personas más dentro del avión, se sacaron cuatro y uno quedó para el día siguiente”.

Aaron confiesa que ya iba preparado para lo que iba a ver, pero “esa noche que llegué a la casa me costó mucho dormir por lo que había visto, a los días estuve pensando en eso. Espero no vuelva a pasar, pero si ocurriera y ocupan de mi apoyo, lo vuelvo hacer”.

Recuperaron seis cuerpos, mientras que el resto de las víctimas del trágico vuelo fueron rescatadas previamente por pescadores que faenaban cerca del lugar del impacto. Estos pescadores también lograron llevar a tierra firme a cinco sobrevivientes.

Damian Feurtado y Aaron Watler se especializaron en una de las más de 80 escuelas de buceo que hay en la isla de Roatán. Laboran para una empresa que se dedica al buceo para diferentes fines.

Aseguran que los organismos de socorro de la isla deberían de tener un equipo de radios de comunicación para un mejor abordaje de alguna emergencia que se pueda registrar. “Si se crea la comisión de respuesta, debería tener un buen equipo de radio para poder comunicarse y así atender mejor la emergencia”, dijo Damian Feurtado.

Los buzos que participaron en el rescate no esperan un reconocimiento por su labor de extraer los cuerpos de lo profundo del mar. Aseguran que lo hicieron con voluntad de poner al servicio sus conocimientos y su labor para ayudar en un momento de emergencia.

Uno de los sueños de Aaron Watler, quien tiene cuatro años de experiencia en buceo, es seguirse preparando hasta llegar a ser un instructor.

Los buzos estuvieron cinco horas en una lucha titánica por sacar los cuerpos de las profundidades del mar.

Un equipo compuesto por cuatro ingleses estuvieron en Roatán por diez días realizando investigaciones sobre las causas del accidente aéreo. Los expertos no lograron extraer el avión ni el aparato de grabación de la cabina.

Los técnicos se sumaron a la Comisión de Accidentes e Incidentes de la Secretaría de Defensa Nacional, que están a cargo de las investigaciones. Se espera que en los próximos días se dé a conocer un informe preliminar sobre las causas que hicieron que el avión cayera al mar.

Aerolíneas Lanhsa cerró operaciones por tiempo indefinido con el fin de apoyar las investigaciones. La empresa anunció que indemnizará a los familiares de las víctimas una vez se concluya el proceso de investigación.

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