El Paraíso espera el retorno de Chande Ardón, el hombre que pasó de capo a testigo
En completo abandono y sin mantenimiento está la residencia del exalcalde Alexander Ardón, a quien algunos pobladores aún recuerdan y esperaban su regreso tras el anuncio de su excarcelación en Estados Unidos.
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Hablar abiertamente sobre Amílcar Alexander Ardón Soriano sigue generando temor entre los habitantes de El Paraíso, Copán, sobre todo cuando se menciona su pasado y las acusaciones en su contra. Pero el semblante de la mayoría cambia cuando la conversación se enfoca en las obras y ayudas que dejó en el municipio.
Esa es la única forma de entrar en confianza con los pobladores, que prefieren no referirse al tema del tráfico de drogas, pues saben que El Paraíso sigue siendo un punto estratégico en la ruta utilizada para el trasiego de cargamentos hacia Guatemala.
No obstante, el pasado 13 de enero, tras conocerse que Ardón salía de una cárcel en Estados Unidos luego de cumplir su condena y quedaba bajo libertad supervisada por diez años, los habitantes no ocultaron su reacción.
“Nosotros nos pusimos alegres, porque creíamos que ya venía para el pueblo, hasta hicimos caravana durante la noche esperando, pero nos dijeron que aún no regresa”, comentó una de las personas consultadas por LA PRENSA Premium en un recorrido por el municipio.
En completo abandono y sin mantenimiento está la residencia del exalcalde Alexander Ardón, a quien algunos pobladores aún recuerdan y esperaban su regreso tras el anuncio de su excarcelación en Estados Unidos.
Para esta comunidad copaneca, la gestión de Chande, como popularmente lo llaman, sigue presente en la memoria colectiva: durante sus períodos como edil (2006-2010 y 2010-2014), promovió mejoras en infraestructura escolar, brindó asistencia alimentaria a familias y destinó recursos al mantenimiento de las calles de acceso, recuerdan varios entrevistados.
“Por eso es que estamos contentos de que haya salido de prisión y que vaya a regresar”, sostuvo.
La noticia de su excarcelación se propagó rápidamente en redes sociales y, en especial, en El Paraíso, donde muchos creyeron que volvería de inmediato. La expectativa llevó a que se organizara una caravana de motos, con habitantes recorriendo las calles, celebrando y compartiendo videos en redes.
El Paraíso espera el retorno de Chande Ardón.
“Mire, aquí en la municipalidad hace falta don Chande, porque era un hombre con el que se trabajaba y planificaba”, comentó un empleado de la alcaldía.
En la conversación recordó cómo inició la construcción del imponente palacio municipal, una megaobra que contrastaba con los modestos ingresos de la alcaldía y que siempre se mencionaba como una de las más destacadas de Honduras.
“Dejó comenzado el parque central, que ahora, si lo mira, es uno de los mejores del país”, agregó.
Pero al preguntarle si esas obras se financiaron con dinero del narcotráfico, el ciudadano respondió con cautela: “Eso solo él lo sabe, aunque de que hizo cosas buenas, las hizo”.
Ardón Soriano obtuvo su libertad supervisada tras convertirse en uno de los testigos clave en juicios de alto perfil impulsados por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York. En 2019, testificó en el proceso contra el exdiputado Juan Antonio Hernández, quien fue condenado a cadena perpetua por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Además, en 2024, su testimonio fue determinante para que la Fiscalía lograra una condena por cargos similares contra el expresidente Juan Orlando Hernández.
La mayoría de los bienes están en el abandono y solo algunas de las empresas siguen funcionando, pero las casas nunca fueron habitadas ni cedidas a instituciones públicas.
Ardón Soriano, quien junto con su hermano Hugo Ardón -exdirector del extinto Fondo Vial durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, fue señalado como parte del cartel conocido como los hermanos AA, fue acusado por el gobierno de Estados Unidos de conspirar para traficar cocaína y utilizar armas de fuego en la comisión de ese delito.
Según la acusación, traficó grandes cantidades de cocaína hacia territorio estadounidense y tuvo acceso a laboratorios clandestinos para la fabricación de drogas.
El exalcalde, que se trasladaba en helicóptero por varias zonas de Honduras, habría utilizado aviones y buques para el trasiego de droga, además de contar con pistas clandestinas para el aterrizaje de avionetas provenientes de Sudamérica, según las investigaciones.
En 2019, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que había presentado cargos contra el exedil, así como contra el ahora extraditado José Mario Cálix, exvicealcalde y señalado como socio de Tony Hernández.
Sin embargo, años antes ya se había difundido la versión de que Ardón se había entregado a las autoridades estadounidenses tras negociar con la Agencia de Administración de Control de Drogas (DEA).
Durante los juicios, Ardón confesó detalles sobre asesinatos, reuniones con políticos a quienes sobornaba y la forma en que introdujo grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos.
Su incursión en la política comenzó en 2005, cuando aspiró a la alcaldía de El Paraíso bajo la bandera del Partido Nacional. Según su propio testimonio, ganó mediante fraude, pagando votos y controlando las mesas electorales.
Desde 2002, estuvo involucrado en el narcotráfico, aprovechando la ubicación fronteriza de El Paraíso con Guatemala para movilizar cargamentos de cocaína en complicidad con otros narcotraficantes, como Miguel Arnulfo y Luis Valle Valle, así como con capos mexicanos.
El imponente palacio municipal que construyó durante su primera gestión fue financiado con dinero del narcotráfico, según su testimonio en cortes estadounidenses. En El Paraíso realizaba transacciones y, de acuerdo con sus declaraciones, incluso llevó al narcotraficante mexicano Joaquín el “Chapo” Guzmán, ahora preso en Estados Unidos.
Ardón recibía los cargamentos de droga en cinco haciendas de su propiedad. En una de ellas, llamada Rancho Río Lindo y ubicada en la zona fronteriza de La Playona, contaba con una pista donde aterrizaban aeronaves cargadas de cocaína.
En ese tiempo, el municipio estaba bajo un fuerte control de seguridad a su favor. Grupos de hombres armados vigilaban los accesos y restringían el paso de cualquier persona ajena a su entorno.
El poder que alcanzó Ardón durante más de diez años, entre el narcotráfico y la política, le permitió adquirir numerosas propiedades, las cuales fueron aseguradas tras su entrega a las autoridades de Estados Unidos en 2019.
Ahora, esos bienes están en ruinas. Las casas y haciendas que pasaron a manos de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI) fueron abandonadas y han quedado en el olvido.
En 2019, durante la operación Zeus, las autoridades allanaron y aseguraron 42 propiedades de Ardón en Copán y Santa Bárbara. La lujosa residencia de Ardón estuvo bajo resguardo militar por un tiempo, pero terminó abandonada.
Agentes antidrogas que participaron en la operación señalan que estos bienes suelen quedar abandonados porque las comunidades temen comprarlos. “Son grupos de narcotraficantes que, aunque sean capturados y extraditados, el resto de su célula queda operando, y más en zonas como El Paraíso, que seguirá siendo paso de la droga”, apuntó uno de los investigadores.
La casa donde vivía Ardón está rodeada de enormes extensiones de tierra que en su momento estuvieron llenas de ganado y hasta búfalos. Ahora, todo está en desuso.
Los establos están casi destruidos por los años de abandono, y la casa se cae a pedazos. La humedad ha invadido el inmueble y solo quedan en pie las paredes.
Desde el camino que lleva a otras haciendas productivas cercanas al centro de El Paraíso, todavía se puede ver lo que fue una lujosa residencia. Nadie se atreve a entrar. Algunos dicen que por miedo; otros, porque aseguran que aún hay gente de Chande cuidando lo que queda de sus bienes.
El Paraíso ha vivido bajo la sombra de Chande todos estos años, entre el recuerdo de su poder y la incertidumbre sobre su posible regreso.