Menos tortillas

Exclusivo para Suscriptores

¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Alcanzó su límite de artículos

Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Artículo exclusivo bajo registro

Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.

Iniciar Sesión

Gracias por informarse con
La Prensa

Mientras algunos sugieren cultivos “exóticos” para nuestros campos, la escasez de granos básicos y las condiciones del mercado internacional elevan por las nubes los precios, de manera que solo una acción positiva nos proporciona un claro mensaje pese a los inconvenientes internos y externos para sembrar, cultivar y cosechar granos de primera necesidad, maíz y frijoles. Los precios empujan, pero las condiciones reprimen.

Desde hace unas semanas las tortillas de maíz se han vuelto más transparentes o han aumentado de precio a fin de compensar la subida de precio del grano que en estos primeros meses del año ha incrementado un 50% y claro como dicen en el pueblo no es que se rieguen y se fertilicen con gasolina, pero los costos del cultivo van en ascenso, a lo que se suma la caída de la oferta por sequía, nada extraño porque muy poco se hace para regar las tierras, y la situación internacional que se suma a los fenómenos naturales y la pandemia.

Desde el mes de febrero se comenzaron a sentir en el mercado los efectos de la disminución de la oferta, llegada de maíz a los mercados para consumo humano o del grano para la elaboración de la comida para el ganado. Todo un círculo vicioso que llega a las mesas de las familias hondureñas a la que se suma también la falta de oportunidad de empleo o la precariedad del salario que por mucho que se estire apenas llega para sobrevivir.

Disminuirá el número de tortillas en la mesa como también la cantidad de frijoles en el plato, lo cual es evidencia de la gran desgracia nacional al incrementar aceleradamente la necesidad de importar comida en lugar de respaldar, potenciar y multiplicar la actividad agrícola, pues como dicen los economistas el país que no produce ni su propia comida está en bancarrota.

En el fragor de las campañas proselitistas todavía escuchamos “volver al campo”, pero la política evidencia aquello de “dar la espalda al campo”, pues es más atractivo y de mayor ganancia para funcionarios y algunos empresarios importar, aunque ello suponga negar oportunidades de empleo y gastar las escasas reservas.

La explicación razonable de esta anómala situación no es otra que la reducción de tierra cultivada, lo demás son explicaciones entendibles, pero no justificables, que ninguno de los gobiernos ha enfrentado.

El sector productor señala que para este año habrá un final complejo y para el próximo será muy incierto. A prepararse porque previsiones al alza indican escasez en la mesa y mayor precariedad en los recursos familiares.

Mercados
Pandemia
Precios
Gasolina
Tortillas