Desafío, oportunidad

Exclusivo para Suscriptores

¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Alcanzó su límite de artículos

Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Artículo exclusivo bajo registro

Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.

Iniciar Sesión

Gracias por informarse con
La Prensa

La señal de salida está dada y pese a los graves obstáculos es necesario trazar las perspectivas del sistema educativo y aceptar los retos como exigencia ineludible de las generaciones venideras para iniciar una recuperación cada vez más lejana en la medida en que más se tarde en iniciar la presencialidad en las aulas. La emergencia mostró el camino virtual para el que no estaban preparados alumnos, padres, maestros y mucho menos el sistema.

Se hizo lo que se pudo y aunque son muchas las pérdidas, algunas de las cuales no se recuperarán, habrá que recurrir a aquello de que todo riesgo, desafío, es una oportunidad y de ella aceptar el aprendizaje en plena evolución hacia la ampliación y profundización del sistema en el que son necesarias “condiciones adecuadas” para una educación de calidad, objetivo y meta de la vuelta a las aulas después de casi dos años alejados de los centros educativos.

El llamado para matricular a los niños y jóvenes ha recibido una muy buena acogida en las familias que durante estos últimos 22 meses han comprendido el inmenso valor de los maestros en las vidas de sus hijos, así como la convivencia con otros niños en las clases y en los recreos. Si ha habido daños en el sistema enseñanza-aprendizaje también lo ha habido en la dimensión social de los niños que en la familia y en la escuela tienen el primer gran motor.

Por ello en la mayoría de los países la apertura de los centros educativos ha sido una de las más grandes preocupaciones para los que agilizaron la vacunación de menores, dotaron los centros educativos de medidas de bioseguridad, particularmente abundante agua, y enfocaron recursos y esfuerzos en la limpieza de aulas e higienización del área de recreo.

Y aquí es donde hay que aplaudir y reconocer a mentores que echan mano de la escoba y el trapeador para dar nueva cara en total abandono durante la pandemia. Esperar presupuesto es aguantar con estoicismo hasta que San Juan baje el dedo, pues como no ha habido matrícula para incentivar a los padres de familia que ayuden, con generosidad, para contratar a personal de limpieza, muchos docentes sacaron fuerza de flaqueza y mostraron que un ambiente limpio es un ambiente sano para los alumnos. Hay debilidades, hay vacíos y abundan las protestas en busca de permanencia tras años y años por contrato. Eso es de oficina y no pocas veces de intríngulis partidista. Lo importante es volver a clases, utilizar pupitres, adentrarse en la tecnología y convivir esas horas diarias de escuela y colegio con visión optimista de futuro.

Emergencia
Futuro
Calidad
Oportunidad
Desafío