¿Cuándo y cómo será el funeral del papa Francisco?

La muerte del Papa Francisco no solo marcará el cierre de una era en la Iglesia Católica, sino también el inicio de un proceso inédito y reformado que él mismo diseñó para su despedida.

Consciente de su papel como reformador, Jorge Mario Bergoglio dejó por escrito los detalles de cómo deseaba que fuera su funeral: sobrio, directo y centrado en lo esencial.

Tras confirmarse su fallecimiento, que deberá ser verificado en su capilla privada según sus instrucciones, el cuerpo del pontífice será preparado por las personas más cercanas a él –probablemente las religiosas polacas que lo cuidaban y su secretario personal–. Posteriormente, y sin traslados ceremoniales intermedios, será colocado directamente en un ataúd de madera con revestimiento interior de zinc, eliminando los tres cofres tradicionales que se usaban en funerales papales.

Una vez sellado el féretro, será llevado a la Basílica de San Pedro, donde los fieles podrán despedirse. Francisco pidió expresamente que no se utilicen almohadones ni catafalcos elevados y que no haya un velorio privado previo al público, como solía hacerse. Desea una despedida similar a la de cualquier otro cristiano, sin privilegios especiales.

El funeral, que se celebrará entre el cuarto y sexto día tras su muerte, será presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, actual decano del Colegio Cardenalicio. Se espera que la misa de exequias tenga lugar en la Plaza de San Pedro y sea seguida por millones en todo el mundo. Será el inicio del novenario oficial conocido como novendiale, nueve días de misas en su memoria que concluirán justo antes del inicio del cónclave.

En línea con su visión de una Iglesia más humilde, Francisco pidió que durante los ritos se utilicen títulos simples como “Papa”, “Obispo de Roma” o “Pastor”. Rechazó la utilización de expresiones solemnes como “Sumo Pontífice” o “Romano Pontífice”. También se actualizaron las lecturas y oraciones fúnebres de acuerdo con el Missale Romanum y la Nova Vulgata, además de introducir mayor flexibilidad musical para una liturgia menos rígida.

Uno de los cambios más trascendentales será su lugar de entierro: Francisco no reposará en las Grutas Vaticanas como la mayoría de sus predecesores. En su lugar, será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos que más veneraba y donde acostumbraba rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani antes y después de cada viaje apostólico. Desde León XIII, fallecido en 1903, ningún Papa había sido enterrado fuera del Vaticano.

Estas decisiones, que fueron formalizadas el 29 de abril de 2024 y publicadas en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, confirman su intención de romper con el ceremonial excesivo y acercar el mensaje de la Iglesia a la vida común de los fieles. Como él mismo afirmó: “Mi funeral no será el de un emperador, sino el de un obispo que sirvió”.