El velero Rosalinda deja la capital y se va al Coyolito, en el golfo de Fonseca
Marlon Martínez nombré velero Rosalinda en homenaje a su esposa.
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TEGUCIGALPA
El tiempo es relativo cuando se persigue un sueño, y Marlon Martínez lo sabe mejor que nadie. Después de siete años de trabajo arduo y dedicación, su velero de madera, bautizado como Rosalinda en honor a su esposa, está listo para ver el mar.
Este barco, que ha sido un proyecto de vida para Martínez, finalmente dejará la colonia El Reparto por Arriba en Tegucigalpa, gracias al apoyo de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF AA).
Mario Rivera, portavoz de las FF AA, reveló en exclusiva a LA PRENSA que el Rosalinda será trasladado a las seis de la mañana desde Tegucigalpa hasta el sector de Coyolito, en el golfo de Fonseca.
“Se utilizará un montacargas y otro tipo de equipo para mantenerlo y sacarlo por la calle principal de El Picacho. Según la Marina Mercante, el permiso es para transportar el barco, no es de navegación”, comentó el vocero.
En efecto, la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) emitió un comunicado en el que aclara que el velero puede ser movido, pero no que puede navegar porque no cuenta con un permiso de operación.
“Se otorgó únicamente el permiso para el traslado del artefacto antes mencionado con el objetivo de su movilización hacia el litoral pacífico... Es importante destacar que la emisión del permiso se efectuó cumpliendo los requisitos técnicos, legales y administrativos establecidos en nuestro marco jurídico marítimo, y que el mismo no comprende un permiso de navegación”, reza el documento dado por la DGMM.
El constructor capitalino finalmente logró su sueño y, con ello, demostró al mundo que las metas sí pueden cumplirse, y que no hay impedimento ni palabras que detengan un proyecto.
Marlon Martínez dialogó con LA PRENSA y, sin poder contener las lágrimas, expresó su emoción: “Es algo que jamás me pasaba por la mente. Estoy, pues, agradecido porque, imagínate, tanto esfuerzo, y que de repente me vea frustrado por no poder moverlo, y ya después, con el apoyo del gobierno, encantado de la vida”.
Martínez confesó que hasta el apetito perdió, y que sus sentimientos están encontrados, pero hoy, por fin, puede cumplir su sueño