Josefina es una tatarabuela que este 9 de mayo cumple los 113 años

El Día de la Madre será visitada por sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, quienes de forma humilde la consentirán como toda una reina.

Doña Josefina Chacón habló con LA PRENSA. FOTOS: FRANKLYN MUÑOZ

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Choloma

Tener ya casi 113 años de edad no es impedimento para que doña Josefina Chacón mantenga una sonrisa, disfrute de dulces, chicharrones y darle amor a su familia, quienes a pesar de ser de escasos recursos económicos la tratan como una reina.

LA PRENSA llegó a la humilde vivienda de la familia Chacón, en la aldea Monterrey, municipio de Choloma, en donde con una enorme sonrisa doña Josefina cuenta parte de las anécdotas de su larga vida, ya que este lunes 9 de mayo cumplirá los 113 años.

Nació en el año 1909, parió 11 hijos, de los que ya ocho han fallecido, la mayoría de muertes por la vejez, el más reciente de ellos tenía 82 años.

De sus hermanos, primos y otros parientes, todos han muerto, se casó dos veces, cuyas parejas también fallecieron, solo le quedan vivos tres hijos; pero ya todos son de la tercera edad.

Las personas que deseen ayudar a Josefina Chacón pueden comunicarse al número 9616- 6129, con su hija Mélida Rivera.

La madre, abuela, bisabuela y tatarabuela, a pesar de las múltiples necesidades, tiene una actitud positiva y asegura que el secreto para una larga vida es trabajar duro, comer bien y vivir feliz, por lo que aconseja a todas las madres que este domingo celebren su día en compañía de sus seres queridos, ya que la vida es bonita y hay que disfrutarla, recalcó.

A pesar de ser de familia de escasos recursos vive muy feliz bajo el cuidado de sus seres queridos. Reside en la aldea Monterrey, Choloma, por lo que debido a las inundaciones de Eta y Iota perdieron todo.

“Me gustan muchos los dulces, el refresco y los chicharrones, pero que estén gordos. Yo hace cuatro años me caí y desde entonces no puedo caminar, pero espero recuperarme para seguir trabajando, ya que me gusta mantenerme ocupada”, expresó con alegría.

Josefina es originaria de Macuelizo, en el departamento de Santa Bárbara, en donde se casó la primera vez a los 15 años de edad.

“Para ese tiempo fue la guerra de Carías, nos tocó salir huyendo. Le tenía miedo a los soldados porque llegaban a mi casa a buscar a mi papá; pero escapamos a las montañas. Bien recuerdo lo que pasamos en ese tiempo”.

La segunda guerra civil de Honduras, según la historia, fue el enfrentamiento armado más cruel e intenso que tuvo lugar en el país en el año 1924, cuando en las elecciones de 1923 resultaron los comicios favorables a Tiburcio Carías Andino.

El presidente de ese momento, don Rafael López Gutiérrez, cuyo mandato expiraba en febrero de 1924, no reconoció dichos comicios e intentó permanecer en el poder, por lo que ocurrió la guerra.

Pero esa no ha sido la única dificultad que ha vivido Josefina, ya que sus hijas comentan que por un golpe perdió la vista, pero ella siempre es optimista y aconseja a todos sus descendientes, quienes la aman porque es el tesoro de su familia.

Otro hecho reciente fue perder todo lo que tenían en su humilde hogar a causa de las inundaciones por Eta y Iota.

Mélida Rivera es la antepenúltima hija, quien ya tiene 69 años y está al cuidado de su madre.

“Mi mamá casi no se enferma y come de todo, pero lo que más le gusta son las golosinas, como los dulces. Este Día de la Madre la pasaremos en familia, humildemente pero con mucho amor, porque ella es un regalo de vida”.

Debido a su avanzada edad, doña Josefina requiere constantemente pañales desechables, alimentos, una cama especial, leche vitaminada y medicinas, pero debido a los altos costos son muy difíciles de conseguir por sus parientes.