El misterio detrás del secuestro y asesinato del hijo de Ricardo Maduro
La muerte de Ricardo Ernesto Maduro (25), marcó un antes y después en Honduras; evidenciando la violencia y alterando la vida del empresario y expresidente Ricardo Maduro.
La vida del hijo del empresario, banquero y expresidente hondureño Ricardo Maduro, acabó de manera abrupta el 23 de julio de 1997 tras ser el objetivo de una banda de secuestradores. El asesinato de Ricardo Ernesto Maduro Andreu (25) marcó uno de los episodios más trágicos y conmocionantes en la historia reciente de Honduras.
Fotos: cortesía
En un lapso de apenas 48 horas ocurrió el secuestro, el pedido de rescate, su muerte y el lamentable hallazgo de su cuerpo.
El secuestro ocurrió en el norte de Honduras, en San Pedro Sula, cuando el joven salía de un supermercado propiedad de su familia, que estaba bajo su administración. Relatos mencionan que se encontraba de regreso a su vivienda cuando, de un momento a otro, se convirtió en el blanco de los secuestradores.
Para privarlo de su libertad, los criminales arremetieron a tiros contra el vehículo en el que viajaba junto a su conductor. Con esto iniciaron un breve pero devastador episodio de 48 horas, en el que no tardaron en llamar exigiendo una jugosa cantidad de dinero por la libertad del joven Ricardo.
Este episodio culminó con el hallazgo del cuerpo del joven en Ticamaya, cerca de la carretera entre San Pedro Sula y Choloma. El cadáver de Ricardo Ernesto fue encontrado entre matorrales, con una herida de bala en la cabeza. Según las autoridades, el joven fue asesinado el mismo día del secuestro, aunque los captores siguieron exigiendo el rescate durante las horas siguientes.
Ricardo Maduro (padre) reconoció el cuerpo en la escena, enfrentándose a una tragedia que conmocionó a todo Honduras y daría un revés a la vida del empresario.
Tras confirmar el hallazgo, las fuerzas del ejército hondureño patrullaron las calles de San Pedro Sula para dar con los responsables del secuestro y crimen. Las tropas salieron por un período indefinido, en una llamada operación “Pantera”, en la que participaron unos 1,000 efectivos, según fuentes militares.
Ricardo Ernesto era hijo de un empresario prominente, lo que lo habría puesto en el ojo de los secuestradores. Su muerte no solo afectó a su familia, sino que también simbolizó el nivel de inseguridad en el país, sin discriminar a las personas más influyentes.
Miembros de la banda “Los Padilla Bustillo”, conocida por actividades delictivas como secuestros y asaltos durante la década de 1990, fueron los principales implicados en el trágico crimen. Víctor Manuel Meraz y Efraín Ordóñez fueron condenados en 2004 a 32 años de prisión por su participación en el crimen contra Maduro. Por otro lado, los hermanos Misael y Abel Padilla Bustillo, quienes también formaban parte de la banda, murieron en un enfrentamiento con la policía en 1997.
También, fue capturado Santos Neptaly Padilla Bustillo, en Estados Unidos en 2005, y repatriado a Honduras en 2006. Sin embargo, escapó de la Penitenciaría Nacional de Támara en 2007. Fue recapturado en 2018.
Aunque el secuestro de Ricardo Ernesto se atribuye principalmente a un intento de obtener una jugosa recompensa económica, algunos especulan que la brutalidad con la que se llevó a cabo el crimen podría haber sido el resultado de un ajuste de cuentas personal o, incluso, un mensaje a las autoridades.
La familia Maduro fue vista como un objetivo lucrativo para los criminales. Sin embargo, la forma en que se ejecutó el asesinato ha llevado a algunos a preguntarse si había un propósito más profundo o si hubo algún otro factor detrás del crimen. La reacción tardía del Estado y la complejidad en las investigaciones también han generado dudas, con algunas teorías que sugieren implicaciones de actores externos.
La muerte de su hijo motivó a Ricardo Maduro a involucrarse activamente en la política, con la intención de abordar la inseguridad que afectaba al país. En 2001 asumió la presidencia de Honduras enfocándose en la lucha contra el crimen, aplicando una política de “cero tolerancia”.
Maduro lideró una agresiva campaña contra las pandillas (maras) juveniles. Con esta estrategia, su gobierno capturó a aproximadamente 1,100 líderes pandilleros y logró reducir los delitos vinculados a pandillas en un 60% y los secuestros en un 80% en dos años y medio.
Después de casi 30 años del crimen, muchos recuerdan el asesinato de Ricardo Ernesto Maduro como un evento de impacto y trágico; algunos recapitulando el momento exacto en el que se enteraron de la noticia. Aunque los motivos del crimen siguen siendo un misterio, este fue un sucesos que desencadenó una ola de eventos que sacudirían la historia política y harían un énfasis en la vulnerabilidad y criminalidad de Honduras.
2025/02/1211:15H. / María Fernanda Peña
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