Familia de hondureña asesinada en Florida asegura que Edwin “no solo la quería matar a ella”

Edwin Amaya fue acusado de matar a sus, Brenda Noemí Hernández, de 29 años, en Pompano Beach, Florida.

El crimen de la hondureña ha enlutado a la comunidad latina en Florida y aunque en un principio se manejó que Edwin la arrolló frente a sus hijos, su familia ha revelado datos escalofriantes.

Blanca Vásquez, quien era tía de Brenda, aseguró que su sobrina había sufrido mucho con Edwin con el que procreó un hijo varón.

“Mi hermana la mandó a traer con la idea de que ella pudiera salir adelante con sus hijos. Conoció al muchacho que le quitó la vida. Tuvieron un hijo”, comenzó diciendo Blanca.

“Él (Edwin) la maltrataba sicológicamente y ella ya no quería estar con él por eso de habían dejado y él no quería aceptar”, relató.

El sábado 21 de septiembre, Brenda, su madre, una hermana y sus tres hijos se dirigían a una cena.

“Ella ya estaba en su carro cuando llegó a entregarle el niño, pero ella no se lo quiso entregar {porque andaba muy bebido”, apuntó.

Según Blanca, Edwin andaba “pasado de drogas y bebidas, por eso no se lo quiso entregar”, acusó.

Edwin se enfureció y le tiró el carro. “No solo a ella, sino a las personas que estaban, mis sobrinas, los esposos de mis sobrinas. Él les tiró el vehículo, solo alcanzó a mi sobrina y se lo pasó dos veces”, detalló.

Brenda quedó con vida y pidió que llamaran a la ambulancia. “Esas fueron sus últimas palabras y en el hospital murió”, señaló.

Amaya fue capturado y se encuentra detenido en la cárcel principal de Fort Lauderdale, donde enfrentará la justicia.

La familia de Brenda exige todo el peso de la ley en contra de Edwin Amaya,.

“Él era de Copán y conoció a Brenda cuando ella recién había llegado a Estados Unidos.

Brenda tenía cinco años de vivir en Estados Unidos. Ella era de La Masica, Atlántida.

La familia de Brenda se ha unido para repatriarla a Honduras para ser sepultada en La Masica.

“Ella se fue buscando un mejor futuro. Ella tuvo bastantes obstáculos, conoció a ese hombre y no me contaba nada porque piensan que algo me podía pasar”, dijo doña María, la abuela de la infortunada joven.

Doña María pide que Edwin “pague con todo el peso de la ley”.

Reconoce que su hija está descontrolada. “Hay que soportar, uno no espera, pero dejamos todo en manos de Dios”, dijo doña María.

En esta vivienda vivió Brenda Hernández, en la casa de su abuela materna.