Juana La Cleopatra decapitaba a víctimas y se bañaba con su sangre

Se convirtió en una implacable sicaria y confesó sentir un extraño placer por los cuerpos de sus víctimas

Juana, apodada "La Peque", pasó de ser madre adolescente a convertirse en una sicaria sanguinaria en el sombrío mundo del narcotráfico mexicano.

Nacida en Hidalgo, su vida dio un giro siniestro a los 15 años cuando, sin recursos para mantener a su hijo, cayó en la prostitución, donde se cruzó con el mundo del crimen organizado.

La historia de Juana cobró notoriedad cuando una persona reclutada logró escapar y proporcionar información crucial sobre un campamento del Cártel de Los Zetas.

Apodada "La Peque" debido a su corta edad, comenzó como informante y luego se convirtió en una espía, roles facilitados por su implicación en la prostitución. Finalmente, escaló al escalofriante título de sicaria.

Durante la "guerra contra las drogas" presidida por Felipe Calderón y prolongada hasta enero de este año bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, "La Peque" fue una de las mujeres asesinas que desafió a las fuerzas del estado.

A pesar de su apariencia inocente, a los 20 años se ganó la reputación de ser una de las mujeres más peligrosas de México, no por la cantidad de homicidios que cometió, sino por la brutalidad con la que los ejecutaba.

Detenida en 2016, "La Peque" confesó haber asesinado al menos a cinco hombres, decapitándolos y disfrutando del desmembramiento de sus víctimas. Su crueldad llegó al extremo de tener relaciones sexuales con los cuerpos mutilados y bañarse en su sangre aún caliente.

En su testimonio, Juana reveló su vida de rebeldía desde temprana edad, sumergiéndose en las drogas y el alcohol. A los 20 años, compartía imágenes en redes sociales con armas de alto calibre y cabello rojo.

En prisión en Baja California, Juana describió su trabajo inicial de vigilancia en carreteras y los castigos implacables que sufría por errores. Hasta ahora, no ha sido sentenciada y, sorprendentemente, continúa sus estudios en prisión.

La mujer confesó sentir un extraño placer por los cuerpos de sus víctimas. Antes de convertirse en una de las mujeres más poderosas del narcotráfico en México, se dedicó a la prostitución.

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La historia de Juana arroja luz sobre la creciente presencia de mujeres en el narcotráfico, muchas de las cuales son forzadas o víctimas del tráfico sexual. En las zonas controladas por el crimen organizado, los índices de delitos contra las mujeres, como homicidio, extorsión, violencia sexual y secuestro, son alarmantemente elevados, planteando graves preocupaciones para la sociedad mexicana.

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