Familia latina obligaba a sus empleadas a tener relaciones

María Botello Morales, quien tenía una cantina en Houston, Texas con sus hijos, se declaró culpable de proxenetismo en contra de una menor de edad

Según los documentos federales, Maria Botello y otros miembros de su familia, entre ellos su sobrino Arian Botello (foto) intimidaban a las mujeres, quienes trabajaban en la cantina como meseras.

María Botello Morales, inmigrante de 56 años que residía en Estados Unidos ilegal, se declaró culpable de varios crímenes de tráfico sexual, informó el fiscal federal Almadar S. Hamdani.

La hispana aceptó que reclutó a una menor de edad en México, en 2007, hizo que participara en sexo comercial, pero era ella quien recibía el pago de los clientes directamente.

Se acuerdo a relatos, los compradores del bar Puerto Alegre eran atendidos en la parte trasera de la cantina, ubicada en el 2225 de McCarty, en Houston, Texas.

El juez federal de distrito Andrew S. Hanne aceptó la declaración de culpabilidad de María Botello Morales y fijó la sentencia para junio. Hasta entonces, Botello Morales continuará en prisión. Se expone a una condena de cadena perpetua.

De acuerdo con el caso, la mujer estuvo al frente del negocio de 2015 a 2020. Las víctimas eran obligadas a participar en sexo comercial en cuartos traseros construidos con ese propósito. Botello Morales y otros socios amenazaban e intimidaban a las víctimas para que participaran en los encuentros sexuales.

Las víctimas dijeron que habían comenzado en el bar como meseras, sin embargo, al poco tiempo las obligaron a prostituirse. Si se negaban, Botello Morales las amenazaba con violencia, incluso con un arma. Se les entregaba un condón envuelto en un papel toalla y se le ordenaba que no permanecieran más de 15 minutos en la habitación con los clientes.

Cobraban aproximadamente 70 dólares y se le pagaba a la persona que custodiaba la habitación. Una de las víctimas dijo que cuando se negó a obedecer, Botello Morales envió a una persona para agredirla físicamente.

“ Te traen con engaños y ya cuando te tienen aquí, te dicen que no puedes salir porque Inmigración te va a agarrar”, indicó la mujer cuya identidad ha sido protegida por su seguridad. “ Ellos se quedaban con el dinero cuando me vendían. (Así era ) como yo les iba a poder pagar por lo que ellos decían, ‘tú tienes que pagar la renta, tú aquí comes’”, continuó.

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