Saqueadas y en ruinas, así están las propiedades del Negro Lobo en Atlántida

Unas 300 manzanas de tierra cultivadas con palma africana y granos básicos que le incautaron a Carlos Arnoldo Lobo en La Rosita, Esparta, están invadidas. El Negro Lobo fue capturado el 26 de marzo de 2014 en San Pedro Sula y luego extraditado a Estados Unidos ese mismo año.

Una de las viviendas de Carlos Arnoldo “el Negro” Lobo fue desmantelada y saqueada por pobladores de los caseríos aledaños a La Rosita, Esparta, tras quedar sin vigilancia luego de las incautaciones.

Otra de las casas del Negro Lobo que quedó sin concluir tras su captura en 2014, hoy solo están las ruinas.

Algunas de las haciendas del Negro Lobo están invadidas mientras que otras quedaron los trabajadores ocupándolas.

La playa de aldea La Rosita en Esparta donde Carlos Arnoldo Lobo creció como pescador. El sitio es de difícil acceso por una calle de tierra y a unos 30 kilómetros de la carretera CA-13, lo que le permitió al Negro Lobo operar el narcotráfico sin problemas.

En su tiempo de pescador en Esparta, al Negro Lobo no le fue muy bien. Su vida cambió a los 28 años al comenzar a trabajar para un conocido narco en isla de Roatán, como conductor de una de las lanchas que transportaban droga por su experiencia en la navegación.

Para llegar a la aldea La Rosita se debe transitar por una calle de tierra, la cual en algunos tramos está severamente dañada, además la zona está alejada del centro de Atlántida.

Luego de trabajar para el narco y obtener jugosas ganancias, el Negro Lobo se compró unas 500 manzanas de tierra cultivadas con palma africana, granos básicos y haciendas ganaderas. Todas estas propiedades están en poder de la Oabi; sin embargo, están invadidas y en el abandono por falta de vigilancia.

Este es e pueblo de Esparta, cabecera municipal que vio nacer a Carlos Lobo, primer hondureño extraditado a Estados Unidos, en mayo de 2014.

Esparta es una zona ganadera donde también se cultivan granos básicos y palma africana. Las haciendas del Negro Lobo quedaron en ruinas y se perdieron varios empleos al desmantelar todas las unidades de producción.

Carlos Arnoldo Lobo fue capturado el 26 de marzo de 2014 en San Pedro Sula y luego extraditado en mayo de 2014 a Estados Unidos. Lobo se declaró culpable en septiembre de ese mismo año y condenado a 20 años de prisión. Su condena fue reducida a 10 años por negociaciones con la Fiscalía de EUA, saliendo en libertad el pasado 4 de agosto.

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