Así luce Aguas Ocaña hoy: ¿Por qué es tan recordada? (FOTOS)

Aguas Santas Ocaña Navarro, exprimera dama de la nación, regresó al país procedente de España, esta vez por una razón estrictamente familiar.

FOTOS: Marvin Salgado / Diario LA PRENSA

En su estadía en el país, la señora Aguas Ocaña decidió adoptar a cuatro niños hondureños, mismos que en su momento no pasaban por el mejor momento y las mejores condiciones de vida.

Siendo esposa del expresidente Ricardo Maduro Joest, entre 2002 y 2006, Aguas Ocaña realizó el trámite bajo todos los aspectos legales y los parámetros establecidos de los cuatro menores hondureños, sin embargo, uno de ellos entró en un entrampamiento judicial.

“Vengo para intentar concluir la adopción de mi hijo mayor que fue realizada en Córdoba, Argentina, y que luego, cuando ya mi hijo tenía 21 años, para no requerir la autorización de la familia, y cuando fue presentada ante la Corte hondureña, nos encontramos con la sorpresa de que el magistrado de ese momento nos pedía la autorización de la familia”, reveló.

Nacida en Madrid, en 1963, Aguas Santas Ocaña Navarro es recordada en Honduras por su proyección social especialmente con los más desprotegidos. Mientras era primera dama, solía ser vista recogiendo menores en las calles de San Pedro Sula y la capital Tegucigalpa para ayudarles.

Ocaña se educó en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció como diplomática en la carrera del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Aguas Ocaña, es la única mujer española en ser primera dama de un país extranjero.

La boda se llevó a cabo en octubre de 2002 en la Embajada de España en Tegucigalpa, M.D.C. Como resultado de su matrimonio, Aguas Santas Ocaña adquirió la doble nacionalidad española-hondureña y se convirtió en la primera dama de la Nación, acompañando a su esposo durante su mandato presidencial.

Creó un programa llamado “Cero Niños en las Calles”, que tenía como objetivo eliminar la presencia de menores de edad trabajando en las calles de Honduras.

Aguas Ocaña se convirtió en una incansable defensora de los derechos de la infancia. Ha mostrado su compromiso adoptando a niños huérfanos. Después de dejar de ser primera dama el 27 de enero de 2006, decidió residir y trabajar en Nicaragua. En este país, se dedica a trabajar con niños en situación de desamparo y años después se radicó en Argentina junto a sus hijos.

La imagen de Aguas Ocaña en las calles de San Pedro Sula y Tegucigalpa ayudando a niños en condición de calle quedó marcada en gran parte de la población hondureña.

Aguas Ocaña se mostró sonriente en su arribo a Honduras. En la capital, Ocaña fue abordada por periodistas a los que atendió amablemente. El recuerdo de Ocaña en Honduras se refleja en redes sociales con los comentarios dejados por internautas sobre la noticia de su arribo al país.

La proyección social de Ocaña con la niñez hondureña no ha tenido comparación y ha dejado en claro que volvería a hacer eso y más.

Aguas Ocaña dejó el país hace 17 años, pero durante ese tiempo ha tenido palabras para el país y su población ante medios de comunicación.