Quimistán: más de 14,000 personas llevan 8 días sin recibir comida en aldeas incomunicadas

Las lluvias bloquearon accesos de este municipio de Santa Bárbara. LA PRENSA Premium se internó en las montañas mientras redes de apoyo intentan introducir cargas de alimentos.

Foto: Héctor Edú / LA PRENSA

Poblaciones cercanas a Paso Viejo trasladando sobre sus hombros las cajas cargadas de alimentos para moverse a más de dos horas rumbo a sus comunidades.

vie 10 de noviembre de 2023

31 min. de lectura

En la tranquila y hermosa región de Quimistán, en el departamento occidental de Santa Bárbara, se ha desencadenado una ola de eventos desgarradores, 46 comunidades se encuentran aisladas, con 14,849 personas afectadas y 3,012 familias sumidas en el caos, según un último informe (actualizado a las 4:00 pm pm del viernes) debido a las implacables lluvias que han azotado la zona.

Lo que comenzó como una bendición para una tierra sedienta, pronto se convirtió en una pesadilla para miles de familias que luchan contra la incomunicación y el hambre. Las vías que conectan estas comunidades han sido engullidas por deslizamientos de tierra, caída de árboles y crecidas de ríos descontroladas.

$!Multitud de hombres se apersonan a los puntos de entrega de raciones de comida para llevarlas a sus hogares.

Puentes que antes unían pueblos enteros hasta hace poco bloqueaban todo el paso, cortando cualquier posibilidad de comunicación con el mundo exterior. En esas aldeas alojadas en el lado patepluma de El Merendó, la señal de teléfono es prácticamente inexistente en gran parte de estas localidades, y en algunas pocas, solo unos afortunados vecinos con acceso a facilidades específicas pueden mantener comunicación a través de Internet.

Con el paso de cuatro, cinco e incluso 10 días, la escasez de alimentos se convirtió en una amenaza latente. Los suministros han sido escasos y los estómagos rugen mientras las reservas de comida se agotan.

$!Su casa está situada a orilla de un río en el sector de Paso Viejo, y pese a rehusar a dejar el lugar, autoridades municipales sostienen que será reubicada a un punto más seguro.

Desde las primeras luces del día, LA PRENSA Premium emprendió una travesía con cerca de hora y media de viaje desde San Pedro Sula hasta el Segundo Batallón de Artillería en Pinalejo, Santa Bárbara, el cual sirvió como punto de acopio para almacenar unas 1,000 cajas y 650 bolsas de alimentos para entregar.

$!Equipos de militares cargando desde temprano los vehículos que llevarían las cajas y bolsas de alimentos hacia las comunidades.

Desde las 5:30 am comenzaron a llegar más de 20 vehículos de voluntarios particulares, de corazones humildes y solidarios, también de la Policía Nacional, del Ejército y de otras instituciones estatales, todos en automotores de doble tracción para intentar entrar a la montaña. La misión era clara: llegar a 13 del total de las comunidades afectadas.

$!Quimistán: más de 14,000 personas llevan 8 días sin recibir comida en aldeas incomunicadas
”Nos sentimos con la responsabilidad social de ayudar a quienes más lo necesitan”: comandante Denis Velásquez

Denis Omar Velásquez, coronel y comandante del Segundo Batallón de Artillería, detalló que se movilizaron más de 100 efectivos para participar activamente en las operaciones de rescate y brindar asistencia médico-alimentaria por vía terrestre en todo el municipio.

“Estas comunidades han enfrentado las consecuencias de las lluvias y las crecidas de los ríos Cuyamel, Chiquito y La Ruidosa, y hemos dedicado nuestros esfuerzos para socorrer a quienes más lo necesitan”, resaltó.

$!Para llegar a las comunidades incomunicadas se transitaron más de ocho quebradas con aguas caudalosas, pese a que había cesado la lluvia.

Desde las 8:00 am el equipo periodístico se embarcó en una misión arriesgada para llegar a las comunidades afectadas. Se atravesaron caminos convertidos en ríos de lodo, cada giro era un recordatorio de la imprevisibilidad de la naturaleza y de la fragilidad de la línea que separa la seguridad y el peligro.

$!Cuerpos de socorro y seguridad, junto a civiles, empujando uno de los vehículos que se quedó varado en su ruta hacia las comunidades afectadas.

A medida que la potencia de los motores perseveraba en llevarlos hacia su destino final, las condiciones desfavorables de las endebles carreteras de tierra se erigían como obstáculos desde el inicio del trayecto. Los ajustes no surtían el efecto deseado y las maniobras del timón resultaban insuficientes, era la imponente fuerza de la naturaleza haciendo sentir su presencia de manera contundente.

$!Los cuerpos de socorro desplazaron logística para atender emergencias que se pudieran presentar durante el extenso trayecto.

Durante un lapso de dos horas, los vehículos, repletos de suministros alimentarios y con miembros de equipos de apoyo a bordo, se desplazaban de un extremo a otro, rozando peligrosamente los abismos en el costado opuesto; sin embargo, una cadena humana compuesta por hombres unidos en un esfuerzo solidario, empujaba y sostenía con sus brazos los robustos lazos para lograr llevar los vehículos a un terreno más firme, permitiéndoles avanzar con determinación hacia su objetivo.

$!Lente de LA PRENSA Premium captando el momento en que una caravana de vehículos moviliza sobre las faldas de la montaña las cajas de alimentos.

Las montañas, normalmente serenas, se convirtieron en una barrera casi impenetrable. El convoy avanzó lentamente, sorteando colinas convertidas en lodazales, donde cada paso amenazaba con hundirse en el barro. La dificultad de llegar a las comunidades se volvió una metáfora tangible de la lucha de los habitantes locales por sobrevivir.

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El alcalde Darío Pacheco (quien hasta hace unos años estaba en el exilio en los Estados Unidos), un hombre de contextura robusta, lentes semioscuros y empatía palpable, abandonó la comodidad de su oficina en el centro urbano de Quimistán para calzarse las botas y emprender una extensa travesía hacia las montañas a bordo de su camioneta Prado.

$!El alcalde Darío Pacheco dirigiéndose a las comunidades y entregando personalmente la ayuda humanitaria.

En el transcurso del viaje, mientras conducía y separaba parcialmente la mirada de frente, el líder municipal compartió con el equipo de LA PRENSA Premium que, en días recientes, se había proporcionado alimentos a ciertos vecinos, pero las cantidades resultaron insuficientes y las inclemencias del clima complicaban aún más la situación.

Quimistán, compuesto por 118 comunidades y 96 aldeas, alberga a aproximadamente 68,000 habitantes en áreas rurales, mientras que el 30% reside en la zona urbana. Los pilares de la subsistencia local incluyen el cultivo de café, plátano, cacao, ganadería y cardamomo.

$!Vista aérea de las zonas montañosas del municipio de Quimistán, que converge decenas de aldeas en difíciles condiciones.

Su red vial se extiende por cerca de 2,000 kilómetros, incluyendo las carreteras internas, con un requerimiento anual de alrededor de 80 millones de lempiras para su mantenimiento. Aunque la población contribuye a través de tributos con aproximadamente 40 millones de lempiras al año, el monto se revela insuficiente para hacer frente a las diversas necesidades, que incluyen infraestructura, una red vial colapsada y las atenciones que requiere su gente.

Pacheco expresó su preocupación mientras señalaba las laderas de la montaña, pero destacó los esfuerzos de las autoridades locales por gestionar apoyo gubernamental, aunque es consciente de los desafíos para convertir al municipio en uno modelo, dado el orden de prioridades a nivel central.

$!Vehículos con personal de apoyo cruzando las fuertes aguas de uno de los ríos mientras se intenta llegar hasta las aldeas perjudicadas por las lluvias.

Muchas comunidades rurales carecen de servicios básicos como energía eléctrica, agua potable y alcantarillado. Pacheco señaló una mejora significativa en los últimos dos años, respaldada por el aplauso genuino de la gente y la sonrisa en sus rostros al mirarlo mientras pasábamos cerca de sus humildes hogares en las calles.

El recorrido incluyó la entrega de alimentos en comunidades como Brisas del Campo, Río Chiquito, Nueva Esperanza, El Porvenir, Las Flores, Las Pavas, Nueva Divisoria, Unión Frontera, Paso Viejo, El Listón, Providencia, Santo Domingo y San Martín. La misión humanitaria tiene programado extenderse durante cinco días, abarcando diversas rutas.

$!Adultos mayores también dejaron sus casas para arribar a puntos donde pudieran recoger sus cajas de comida.

Drama

En medio de este desastre, las historias personales de las familias afectadas emergen como testimonios desgarradores.

José Isabel Hernández (77), residente de Nueva Esperanza, llegó a uno de los desvíos y compartió que durante estos días ha subsistido a base de guineo, yuca y la misericordia de Dios. “Ya van varios días sin recibir nada, pero me siento feliz con la comida que hoy recibimos, el corazón se me ensancha y alegra”, expresó con gratitud.

En una esquina, discretamente apartada de la mirada de todos mientras el alcalde entregaba con emotividad ayuda humanitaria a las familias, se encontraba doña Sabina Sánchez, una anciana de 86 años con su mano derecha sobre un palo usado como bordón para sostenerse y recibía la ayuda que por fin llegaba. Comentó que “hemos estado sin nada, no teníamos salidas, hemos ido pasando con guineos y vivo sola en mi casa porque mi esposo falleció, pero hoy estoy feliz con esta ayuda que he recibido”.

$!La entrega humanitaria abarcó a todas las familias sin importar su condición social. Recibieron las raciones para apalear la crisis.

En otro punto, José López, del sector Las Pavas, llegó con otros hombres hasta la parte baja para recibir las cajas de alimentos y llevarlas en bestias en un trayecto estimado de 1 horas y 30 minutos hacia arriba en la montaña. “Es difícil estar así, hay mucha gente desesperada en mi comunidad y el acceso está feo, incluso las bestias se van pateleando”, exclamó el joven.

Recordó que en esta comunidad enfrentan diversas realidades, como la falta de servicios públicos. El agua la obtienen de un pozo y viven casi entre la oscuridad, y cuando alguien tiene una emergencia médica, varios hombres de la zona están preparados para movilizar en hamaca en busca de atención médica.

José y Marina Alvarado, dos habitantes de Nueva Divisoria, compartieron la pesadilla que ha sido pasar tantos días sin recibir alimentos, ya que lo que había en las pulperías se agotó. Agradecieron las raciones de alimentos que recibieron y realizaron un nuevo llamado para no quedar en el olvido, temiendo que las condiciones empeoren.

$!Niños, jóvenes y adultos esperando al otro lado del río la llegada de cajas de comida tras cruzarlas sobre un puente.

En cada una de las estaciones donde llegaban los automóviles, representantes de las comunidades esperaban con ansias, pero la mayor concentración se dio en el sector de Paso Viejo. Desde las 6:00 am, alrededor de 400 personas, en un arduo trabajo que abarcó tres horas y se llevó a cabo en condiciones desafiantes, construyeron un camino de piedras y un puente artesanal de madera. El objetivo era facilitar el traslado de las raciones de alimentos destinadas a unas 600 familias que residen en los alrededores.

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”La situación es tan preocupante porque cuando los ríos crecen nos quedamos incomunicados”: Kevin Ramírez, líder comunitario

Kevin Ramírez, presidente del patronato “Creciendo Juntos” de Buenos Aires y El Listón, además de líder de 20 comunidades en la zona, enfatizó con contundencia: “Tenemos más de 10 días de estar incomunicados, este problema viene de hace muchos años y nunca nos habían prestado atención, hasta ahora que sí se hace con el alcalde. Hemos sido solidarios y nos hemos desvelado día y noche para estar pendientes de toda la gente y de los niveles de los ríos”.

Ramírez detalló que la situación ha sido preocupante debido al aumento en el caudal de los ríos, obstaculizando la conexión entre las comunidades. Al enterarse de la masiva entrega de alimentos proveniente de Tegucigalpa a través de un programa gubernamental, comenzaron a improvisar caminos para garantizar que todo llegara a su destino.

$!El hambre llevó a centenares de hombres a moverse para retirar la ayuda humanitaria desde kilómetros de distancia de sus hogares.

Sobre el puente artesanal improvisado que atravesaba de una orilla a otra a una altura de aproximadamente seis metros sobre las aguas, los primeros en cruzar con cautela fueron niños y personas de la tercera edad. Luego, jóvenes y adultos hombres avanzaron con precaución, llevando las cajas de alimentos sobre sus espaldas; un paso en falso representaba un riesgo inminente de hundimiento.

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”Hay muchas familias sin poder salir, trabajamos para auxiliarlas”: Adalberto Romero, comandante de Bomberos

Adalberto Romero, comandante del Cuerpo de Bomberos en Quimistán, recordó cómo la crisis comenzó con 16 comunidades incomunicadas y progresivamente aumentó a 23, 31 y ahora más de 40. Lamentó cómo tantas familias han pasado los últimos días sin recibir alimentos.

“Afortunadamente se ha establecido una red solidaria desde Tegucigalpa, lo cual ha sido una gran alegría, ya que estamos brindando ayuda a poblaciones en riesgo. Llegar hasta aquí implica empujar carros, colocar cadenas, con hombres avanzando entre el lodo, pero como instituciones estamos aquí para servir a la población”, añadió con satisfacción el jefe de rescate de 55 años.

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”En las pulperías se acabó todo y las calles están destruidas. Hacemos esfuerzos sobrehumanos”: Darío Pacheco, alcalde de Quimistán

El alcalde Darío Pacheco, quien pasadas las horas ya tenía enormes manchas de lodo sobre su camisa blanca y pantalón, expresó con optimismo que finalmente se lleva a cabo una entrega masiva de alimentos después de muchos días de lluvia. A su vez, rememoró con pesar cómo las aguas del río Cuayamel han arrebatado tres vidas en tiempos recientes.

Un padre y su hijo murieron durante el paso de la tormenta Julia en octubre de 2022 y a inicios de noviembre de este año perdió la vida Delvin Josué López Sánchez, cuyo cuerpo fue cuerpo fue localizado en la orilla del río Cuyamel, que pasa en la parte baja de aldea Nueva o La Divisoria.

$!En una hazaña, niños cruzan el puente para cruzar desde Paso Viejo hacia el camino que las llevaría a sus comunidades.

“Lo que estaba en las pulperías se agotó, ahora estamos trayendo lo que necesitan porque no han podido trabajar. Mi responsabilidad es trabajar por ellos y gestionar lo necesario para mejorar sus condiciones de vida”, señaló Pacheco.

El alcalde resaltó la urgente necesidad de abordar la red vial destruida, ya que la situación empeorará si las personas no pueden recuperar sus cosechas y restaurar sus hogares.

Las máximas autoridades del Cuerpo de Bomberos y la Alcaldía de Quimistán, uno de los municipios más afectados por las lluvias a nivel nacional, indicaron que los suelos están saturados. Por esta razón esperan que la población evite ponerse en riesgo y confían en que las intensas lluvias disminuyan en los próximos días.

$!Uno de los vecinos de Paso Viejo ayudando a una señora a pasar el puente improvisado que levantó la multitud.

Este rotativo emprendió un recorrido interno en un vehículo todo terreno para explorar de primera mano cómo los ríos han desbordado sus cauces, invadiendo áreas que solían ser calles o propiedades privadas. Además, se verificaron las condiciones de vida de aquellas personas que residen en viviendas situadas junto a los ríos, y que ya han sido registradas en programas gubernamentales para su reubicación.

Daños ocasionados

Los más recientes informes de Quimistán detallan que las intensas lluvias derivadas del segundo frente frío han dejado a su paso estragos en 3,012 familias, afectándolas directa e indirectamente, lo que se traduce en 14,809 personas perjudicadas. Como medida de precaución, se ha procedido a evacuar a 29 familias, aproximadamente 130 personas, quienes se encuentran resguardadas en centros y albergues familiares o comunitarios.

$!Millonario desembolso de dinero representa la reparación de infraestructura y red vial dañada por las lluvias en Quimistán.

Las inclemencias meteorológicas han cobrado una vida en este municipio, afectando 19 viviendas y dejando daños parciales en 24 calles. Además, 28 vías de comunicación se encuentran parcialmente deterioradas, 17 ríos, quebradas o riachuelos han desbordado sus límites, siete áreas están inundadas y se han registrado 22 deslizamientos de tierra.

La infraestructura pública también ha sufrido, con un sistema de energía dañado, dos sistemas de agua potable afectados, cuatro sistemas de alcantarillado perjudicados, tres puentes, cuatro cajas puente y dos vados comprometidos. Desde la noche del lunes 30 de octubre se ha realizado un monitoreo constante, con la activación de comités de emergencia local y municipal.

El 3 de noviembre en sesión extraordinaria de corporación se aprobó la declaratoria de emergencia para el municipio de Quimistán y el domingo 6 de noviembre se realizó la declaratoria de alerta roja exclusivamente para el municipio porque se intensificaron las lluvias yera imposible trasladar ayuda humanitaria a las comunidades.

Cuña de alta presión

El Centro de Estudios Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) informó que para este fin de semana se registrarán condiciones estables en la mayor parte del país, con lluvias y lloviznas en el norte, producto de una cuña de alta presión que transporta vientos del noreste y que también dejará chubascos leves en la parte nororiental.

Además, informó que el sistema de baja presión que se ubica al norte de Panamá no ingresaría al país, porque la cuña de alta presión que se encuentra en Honduras lo desviaría hacia Jamaica el próximo martes.

Sus bandas nubosas dejarán lluvias leves a moderadas en el nororiente. “No esperamos mayor incidencia por las lluvias asociadas a este sistema de baja presión”, dijo su director Francisco Argeñal.