27/04/2024
02:40 PM

Fotos para el recuerdo

Los presidentes de Honduras y Guatemala llegaron a Washington exigiendo un apoyo más agresivo de los Estados Unidos aliviando la crisis de los migrantes centroamericanos.

Para los círculos políticos de Estados Unidos que conocen a la perfección las estructuras del poder político y económico de nuestra región centroamericana, sonó descabellado tales exigencias. No tanto por la magnitud del dinero que esto implica, sino más bien porque saben con quién están tratando.

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Conocen a la perfección la situación política y social de Centro América. Saben que son gobiernos que diariamente fallan en el cumplimiento de las exigencias básicas de sus ciudadanos; que son representantes de países postradas por la corrupción y la negligencia de los partidos políticos en el poder.

Será difícil que estos presidentes convenzan al aliado del norte sobre la necesidad de más dinero. Cansados de aliados corruptos y de una situación fiscal complicada en Estados Unidos, se sabe que es como echar dinero en saco roto.

Pero los presidentes dicen que ya tienen el plan diseñado para que Estados Unidos suelte el dinero y destaca que incluso es similar al de la Alianza para el Progreso y al Plan Colombia. Y además de eso, según el discurso oficial de Juan Orlando Hernández, la migración ya no es producto de la falta de empleos dignos, de la violencia, ni de la falta de una educación y salud.

Es más bien, según la versión oficial, el resultado de las bandas del narcotráfico y de los coyotes. Vaya manera de abordar el problema: con los brazos y manos estiradas hacia adelante y acomodando la realidad.

La migración en las proporciones que se da en Honduras, El Salvador y Guatemala es fatal para la economía del país. Es producto de la desesperación de muchos que arriesgan todo porque ya no creen en nada ni en nadie. Ven que no hay posibilidades razonables para salir adelante. Saben que se devoran recursos públicos en cuestiones alejadas de los grandes objetivos nacionales.

En el caso de Honduras son millones de Lempiras que se desvían por los efectos de la corrupción institucionalizada con la tolerancia y complicidad de las más altas autoridades.

Fingir no saber nada de la corrupción es algo que por lo menos aquí en Honduras nadie más lo cree; justificar el robo institucionalizado para que no perdiera el actual partido en el poder es algo grave que todo mundo repudia.

Los presidentes estuvieron en la Casa Blanca, se fotografiaron y se reunieron con el Presidente de los EUA. Ya tienen la foto deseada y quizá se haya cumplido uno de sus anhelos del poder. Ahora esas fotografías llenarán su ego y las paredes de sus oficinas privadas en el futuro.

En cambio los centroamericanos y los migrantes centroamericanos seguirán esperando se cumplan sus anhelos y sueños, es decir vivir en una región llena de oportunidades para todos y con líderes nacionales con sobradas credenciales para dirigir en estos tiempos tan complicados a esta región.