Tegucigalpa, Honduras.
Los partidos políticos solo disponen de 64 días para suscribir alianzas totales o parciales a efecto de participar en las elecciones generales a celebrarse el 28 de noviembre de este año.
El problema es que la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas ordena que estos acuerdos deben inscribirse ante la autoridad electoral seis meses antes de los comicios y justo antes de la convocatoria que se hará el 27 de mayo.
Durante estos dos meses, las fuerzas políticas tendrán que negociar quién será el candidato presidencial (tema sensible y difícil) y el plan de gobierno integrado, entre otras condiciones. La realidad política actual apunta a tres escenarios de posibles alianzas: dos de la oposición y una del partido del Gobierno.
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Desde antes de las primarias, el presidenciable liberal Luis Zelaya anunció que se aliará con Salvador Nasralla, presidente del Partido Salvador de Honduras (PSH).
Si el Consejo Nacional Electoral (CNE) declara ganador a Yani Rosenthal, el expresidenciable Zelaya ya no suscribiría la alianza en representación del Partido Liberal, porque perdió los sellos y la presidencia del Consejo Central Ejecutivo (CCEPL). Consecuentemente, según los entendidos, tendrá que abandonar el Partido Liberal para entrar en alianza con el candidato de otro partido.
La misma situación pasará con el también liberal Darío Banegas y con los que posiblemente vengan del Partido Libertad y Refundación (Libre), entre ellos Wilfredo Méndez y Nelson Ávila. A esta alianza entre facciones del Partido Liberal y Libre con el PSH se sumaría el Partido Innovación y Unidad (Pinu). Entonces sería una alianza PSH/Pinu y posiblemente otro partido de los emergentes.
El segundo escenario es la probable alianza parcial entre Libre con el Partido Liberal si el CNE declara ganador a Rosenthal, que asumiría el control de su partido. El tercero es el seguro acuerdo que tendría el Partido Nacional con algunos partidos minoritarios con los que ya ha hecho negociaciones a nivel del Congreso.
