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'Hay comida de sobra; si no quieren comer no puedo obligarlos”: JOH

  • 28 septiembre 2016 /

San Pedro Sula, Honduras.

“Yo no puedo entender, y se los dice alguien que cree en los derechos humanos, que exista gente en Honduras que se quiera hacer de la vista gorda sobre cuántos actos criminales se ordenaron desde las cárceles”, dijo ayer el presidente Juan Orlando Hernández.

El mandatario se refirió al tema en un evento en San Pedro Sula luego de que el titular del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, realizara una visita a la nueva cárcel de Ilama y manifestara que el sector de la MS se queja de las extremas condiciones en la prisión e iniciara una huelga de hambre por las medidas.

Maldonado denunció además que la cárcel no está finalizada y que un 90% de los reclusos, en su mayoría identificados como cabecillas de las maras, están en ropa interior.

El representante de los Derechos Humanos agregó que esas 37 personas “están totalmente aisladas de lo que pasa en el mundo exterior y exigen que se les permita hacer una llamada telefónica a la semana para hablar con sus familiares, aunque la conversación sea grabada”.

Además, exigen que les permitan tener libros, ropa y sandalias porque “permanecen solo en ropa interior en un ambiente muy caluroso”.

Las autoridades del Pozo, como fue denominado el penal, aclararon que a los 37 internos de alta peligrosidad que fueron trasladados el 19 de este mes a esa cárcel de máxima seguridad se les sigue proporcionando normalmente la alimentación.



Extorsiones

El Presidente recordó que desde los centros penales se ordenaban extorsiones con celulares que les llevaban a los reclusos o con llamadas por Internet con routers que instalaban alrededor de las cárceles.

“Entonces, díganme si es que acaso el resto del pueblo hondureño y las víctimas no tienen derechos humanos”, cuestionó el mandatario.

Presidios
Informes establecen que más del 80% de las masacres, atentados y actos de terror fueron ordenados por reos desde los presidios.
Reiteró que su deber y obligación es proteger al resto de la población. Aseguró que está claro que “no tardan en venir críticas de otros países, y lo dije antes de iniciar esta serie de medidas en los centros penales con este sistema que está comenzando, si vienen las críticas por esto que estamos haciendo, bienvenidas”.

“Lo primero es proteger a la gente humilde y trabajadora que ha sufrido ya demasiado en este país”.

Fue claro al manifestar: “Hay comida de sobra, pero si no quieren comer, yo no les puedo obligar”, y ejemplificó que hay uno al que le costaba caminar y está seguro de que en menos de tres meses le va a caer bien eso “porque va a comer, en términos saludables, lo que necesite y no de más”.

En su visita a San Pedro Sula aseguró que no retrocederá ni un milímetro en su decisión de aislar a los reos de alta peligrosidad en el recinto de Ilama.

Se refirió a la crítica que las instalaciones del penal no están concluidas y dijo que no hay que creer que se está abusando de ellos. “Ahí hay agua y no es agua de la que reciben ustedes en algunos municipios, aldeas o barrios, es agua potable y purificada de la que no tienen muchos hondureños”. Hernández destacó que el hecho de que un recluso no esté comunicado con otro es parte de las decisiones del Estado y no se le puede poner un teléfono a la disposición para que ordenen actos delictivos.

Insistió que el que quiera ir por el camino bueno y tener la oportunidad de trabajar en un taller de carpintería, de soldadura, aprender computación, aprender a cultivar el campo tendrá ese espacio, “pero el que escoja el camino de estar delinquiendo desde la cárcel va a encontrar el Pozo número uno, el Pozo número dos, el número tres o el número cuatro”.