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Cuatro personas iban en el carro con universitario

  • 09 abril 2018 /

Testigos del hecho contaron que además de hacer sonar el pito del carro, aparentemente el joven iba forcejeando con los hechores.

    Tegucigalpa, Honduras.

    Salió de su casa a eso de las 7:00 pm del sábado y una hora más tarde cuatro personas que lo acompañaban le quitaron la vida. Sin embargo, el crimen tuvo testigos.

    Como Carlos Javier Alemán Sosa (de 21 años), originario de La Ceiba, y residente en la colonia El Molinón, de Tegucigalpa, fue identificado el joven encontrado el domingo dentro de su carro y con seis puñaladas en el cuerpo.

    La víctima era estudiante de la carrera de Derecho de una universidad privada de la capital.

    La mañana del domingo, agentes de la Policía Nacional fueron notificados de la presencia de una persona muerta dentro de una camioneta roja que permanecía estacionada en la carretera que conduce a la comunidad de Cofradía, a inmediaciones de Casa Quemada, en la carretera vieja a Olancho.

    El informe preliminar establece que Alemán Sosa tenía entre diez y once horas de haber perdido la vida cuando a las 10:00 am que se levantó el cadáver que estaba en el asiento del conductor de la camioneta Ford, color rojo, placas PDE-8436 que estaba estacionada a la orilla de la solitaria carretera a inmediaciones de la comunidad de El Carpintero.

    El cadáver no fue identificado por las autoridades debido a que no se le hallaron documentos personales. Fue en la tarde y noche del domingo que amigos y familiares llegaron a la morgue a reconocerlo.

    Testigos

    Una de las personas que observó cuando la camioneta en la que se transportaba el ahora occiso se estacionó a la orilla de la carretera contó que escucharon que el carro iba pitando “como que alguien pedía ayuda y se miraba sospechoso, ya que casi choca con una rastra que circulaba en sentido contrario”.

    “Eso fue como a las 8:00 pm y al ratito miramos que se parqueó y salieron corriendo cuatro personas, las que se fueron por un caminito que va a dar al otro lado”, detalló el testigo.

    Otro de los testigos dijo que observaron el momento en que circulaba el carro en el que iba el estudiante y dijeron que no le dieron importancia a lo ocurrido porque creían que el carro se había quedado sin gasolina y las cuatro personas habían salido corriendo a pedir ayuda.

    “Eran como las 8:00 pm, pues en ese momento íbamos a cenar y no escuchamos nada de bulla porque solo pasan rastras”, detalló.

    A primeras horas de la mañana, algunos vecinos vieron que el carro seguía estacionado, por lo que se acercaron y miraron que en el interior estaba una persona muerta y de inmediato llamaron al 911.

    “Las personas que salieron corriendo andaban vestidas con camisas blancas y pantalones oscuros”, detalló otra persona.

    Quienes mataron a Carlos Javier Alemán dejaron abierta la puerta lateral derecha de adelante y las otras quedaron cerradas.

    El estudiante asesinado y los cuatro acompañantes ingresaron al lugar por el sector de Cofradía y pasaron Casa Quemada y El Ciruelo, hasta llegar y quedar en las inmediaciones de la Casa de Retiros Valencia.

    Salida

    Carlos Javier salió solo de su casa en la Residencial El Molinón, a inmediaciones de la colonia San Miguel, a las 7:00 pm, en la camioneta de su mamá, pues ella andaba en una cruzada evangelística en Managua, Nicaragua, pues es miembro de la iglesia Rey de Reyes, en el barrio El Manchén, de Tegucigalpa.

    El ahora difunto no dijo a los familiares para dónde iba ni con quién salía.

    Informaciones preliminares que se dieron a conocer después del crimen establecían que andaba con un grupo de amigos con quienes departió y sostuvieron una discusión, lo que provocó que le quitaran la vida atándolo del asiento con una soga en el cuello y las manos. Luego, con un cuchillo le hicieron seis heridas en el pecho.

    Las personas que conocieron a Carlos Javier aseguran que era tranquilo, reservado y muy callado.