A no cansarse de orar por la paz, el perdón y la reconciliación en las comunidades y en el mundo entero llamó el arzobispo sampedrano Miguel Lenihan en la homilía de la Natividad realizada en la catedral metropolitana.
En todas las parroquias los sacerdotes realizaron eucaristías y el arzobispo presidió en la catedral donde recordó que la Navidad es cuando se recuerda y se piensa en la paz y la vida pues se recuerda que Cristo aunque nació entre la humildad y la pobreza vino a darle dignidad a todos los humanos.
“No nos cansemos de celebrar Navidad año tras año celebramos con fervor, alegría y gran emoción y fe el nacimiento de Jesús” dijo monseñor Lenihan.
“Muchos dicen celebremos Navidad como fiesta, pero no como fiesta religiosa donde recordamos el amor de Dios. A lo largo de 2,000 años muchos han querido aniquilar esta fiesta pero no lo han logrado gracias a Dios y seguimos celebrando” enfatizó.
En la homilía el arzobispo aseguró que muchas veces pensamos que Dios es un Dios alejado, indiferente y muchas veces nos quejamos de lo que está pasando en el mundo por la violencia, el hambre, las enfermedades y nos preguntamos porque Dios es tan indiferente y se nos olvida que el ya está acá y que es un Dios cercano y camina con el pueblo.
Nos recordó que la Navidad es para compartir sin egoísmo ni individualismo. “Hay que pedir y orar porque dentro de las cárceles, asilo de ancianos y el mundo convulsionado por las guerras no falte el amor” indicó
