“Mis clientes quieren probar todas las drogas, incluso las más fuertes”: narco sampedrano

San Pedro Sula, Honduras.

Con una voz profunda y una personalidad imperturbable, Ricardo Montalvo (identidad ficticia por solicitud), un influyente distribuidor de drogas, centrado principalmente en la cocaína dentro del territorio de San Pedro Sula, accedió a una entrevista exclusiva con la Unidad de Investigación de LA PRENSA Premium.

En este encuentro reveló detalles importantes sobre las operaciones de las bandas de narcotraficantes en el país, especialmente en la zona norte.

Ricardo, que no supera los 40 años, no se dedica principalmente a la distribución y venta de drogas. En cambio, se involucra en actividades normales y de rutina diaria, podría ser su vecino, su amigo, su pariente, su catedrático, su entrenador, podría ser cualquier persona sin que usted siquiera lo imagine que se trata de un vendedor de estupefacientes; sin embargo, su lucrativa fuente de ingresos proviene de manera ilícita a través de la comercialización de estas sustancias.

Entre las drogas más demandadas entre los sampedranos, destaca que “la marihuana sigue siendo el producto más solicitado, seguido de cerca por la cocaína y, últimamente, la tusi o cacaína rosada. Siempre he dirigido mis ventas hacia la clase media y alta, evitando los estratos más bajos porque no tienen la capacidad de comprar de forma abundante”.

El entrevistado detalló que, a pesar de que los puntos de recolección predominan en los barrios y colonias marginales socio-económicamente, también existen centros de almacenamiento en viviendas dentro de las residenciales de alta categoría.

Después de la pandemia a partir de marzo del año 2020, las modalidades de entrega de productos a los clientes se diversificaron, siendo el servicio de entrega (delivery) una de las opciones más utilizadas.

“En todas las discotecas de San Pedro ya se cuenta con “dealer” (vendedor camuflado que burla a los dueños del negocio), la otra alternativa es dirigirse a los barrios para adquirir la mercancía. En el caso del “delivery”, por lo general, representa un costo adicional de 150 lempiras”, añadió. la fuente.

Ricardo narró que la demanda de drogas siempre ha sido robusta, y las nuevas generaciones muestran una inclinación a experimentar y buscar sustancias más potentes, optando por compras en grandes cantidades al afirmar: “Quieren probar de todo, se la tiran de malos y piden lo más fuerte”.

Al consultarle cómo opera el servicio de “delivery” en este momento, respondió: “La entrega puede realizarse en una gasolinera, en un puesto de comida e incluso en la residencia del cliente, a menudo camuflada en paquetes de alimentos o galletas.

Montalvo aseguró que la principal ruta de entrada de drogas a San Pedro Sula proviene de Guatemala, utilizando puntos ciegos, especialmente en las proximidades de las aduanas de Agua Caliente, en Ocotepeque, y Corinto, en Omoa.

El narcotraficante detalló que la droga es transportada comúnmente en maletas tanto en vehículos grandes, llegando a cargarse hasta con una tonelada, así como a pie, con cantidades de hasta dos kilos. Se mueve mucho dinero, meten hasta 15 kilos en una llanta de volqueta y cada kilo cuesta entre 18,000 a 20,000 lempiras, osea que se paga más de 1,200,000 por la droga ya puesta en San Pedro Sula, según estimaciones.

El ingreso de la droga ocurre de manera constante, tanto semanal como diariamente, y según su testimonio, “evadir a la Policía es relativamente sencillo, ya que los transportistas adoptan un perfil bajo. Uno va tranquilo, como si no llevara nada, para que un policía le ponga dedo (toque) es por algo, pero casi siempre piden la documentación únicamente”, dijo.

Los traslados se hacen en las horas de tráfico fuerte; es decir, de 12:00 del mediodía en adelante y de 4:00 pm a 8:00 pm. “La droga viene en cajas, por ejemplo, desde el extranjero nos mandan fotos anticipadamente y uno ya con solo mirar las imágenes determina qué tan buena es la coca. Cuando se está haciendo el traslado siempre se buscan calles aleatorias donde se sabe que no hay policías, siempre hay un lugar metido por donde se puede pasar”, testimonió.

La droga normalmente se mueve tanto en vehículos modernos como en viejos, incluso hasta en mototaxis. “La mayoría de narcos acá estamos trabajando con guatemaltecos , y también hay mexicanos, lo que no puede subir para arriba (Estados Unidos ), se envía a Guate (Guatemala), donde la procesan y se remite para estos sectores”, apuntó.

Ricardo mencionó que “por mar casi no está entrando, pero sí por la vía terrestre y en perico (avioneta) allá por Intibucá, Lempira, Colón, Gracias a Dios y otras zonas del valle de Sula”. Explicó también que las marcas asociadas que se miran frecuentemente en los paquetes de droga decomisados por autoridades se refieren a la calidad del producto.

La cadena de distribución involucra a aquellos que reciben, pesan, entregan y distribuyen. Una vez que la droga ingresa a los “puntos ciegos”, hay dos modalidades de distribución: acudir personalmente al lugar para reclamarla o esperar a que llegue a una zona predeterminada de San Pedro Sula. Las entregas después de las 8:00 pm o 9:00 pm no son viables, siguiendo una regla establecida debido al mayor riesgo de enfrentar requisas policiales.

En cuanto a los compradores de cocaína y otras sustancias, generalmente son referidos por contactos previos, y quienes hacen estas referencias reciben compensaciones de 100 o 200 adicionales de producto gratis, que pueden ser uno o dos gramos por halar gente.

Al consultarle sobre el caso particular de una droga potente llamada DMT, se mostró extraño, como si se preguntara cómo era posible que nosotros supiéramos de su circulación en el país. Dijo que su conocimiento es limitado, y solo alrededor de cinco de todo su amplio directorio están familiarizados con este producto. Señaló que su distribución inició hace unos cinco o seis años y que se procesa en Comayagua, aunque en cantidades limitadas, siendo ese el punto de distribución hacia otros lugares del país.

LaDMT es una poderosa sustancia capaz de producir enormes daños en el cuerpo humano y se rumora que prolifera en las principales ciudades del país.

También hizo referencia a una popular droga denominada en el mercado como ácido LSD, de las de mayor auge entre los sampedranos, la cual comentó, llega normalmente en biblias o separadores de libretas.

“En call center tenemos bastante demanda, y los “dealer” que trabajan conmigo ganan hasta 10,000 lempiras a la semana o cada 15 días, pero para esto tienen que venderle a unas 30 consumidores de gran escala, por lo general manejan el mismo número por cartera y son gente que tiene un trabajo de actividades lícitas, así que la venta de droga es algo extra para ellos”, externó.

Finalmente, dijo que se considera un distribuidor a media escala y que sus ganancias son el doble del precio en el que compró la mercancía.

“En lo personal, no me considero tan ambicioso, tengo clientes VIP, hay unos 15 o 20 que me lo compran todo y gano como mínimo 80,000 lempiras al mes, les vendo a doctores, abogados y de otras profesiones”, reveló. Una cartera básica de clientes llega incluso a 30 porque se reactivan clientes viejos.

“No nos gusta tratar mucho con clientes de estrato bajo porque andan detrás de la jugada y buscan cómo joderlo a uno, mientras que la gente rica le entregamos la droga en forma de comida, nos depositan rápido y son felices”, dijo.

Usan aplicaciones como WhatsApp con cifrado extremo y eliminación de mensajes cada 24 horas para comunicarse entre si. Los pagos se hacen en efectivo o en cuentas bancarias.

Cuando llega la tonelada de droga, en algunos casos se dejan varios de los kilos en Honduras, donde los compradores locales la adquieren ya sea comprándoles con producto o mediante compras directas; y luego sigue hacia Estados Unidos, primero en avionetas a través de México y posteriormente por tierra.