Caracas, Venezuela.
Nicolás Maduro afirmó haber “liberado” a Venezuela de la OEA durante una celebración para festejar su salida del organismo; sin embargo, gracias a una larga estrategia diplomática, el líder opositor Juan Guaidó logró imponer su presencia en la entidad en un movimiento que le otorga poder para influir en el continente americano.
El venezolano Gustavo Tarre, representante en la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guaidó, ocupa el asiento de Venezuela desde mediados de abril y ya puede participar activamente en el organismo con su voto.
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Dirigiéndose al resto de embajadores, Tarre expresó: “Observarán ustedes un cambio sustancial en la posición de nuestro país, de un vergonzoso apoyo a la dictadura de la familia Ortega, vamos a pasar a un fraterno y solidario respaldo a la lucha del pueblo de Nicaragua para restablecer la democracia”.
Deuda
Tarre ya ha adelantado que una de sus prioridades será la “vuelta” de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos, cuyos pilares son la propia OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), con sede en San José (Costa Rica).
Técnicamente, según el reglamento del organismo, cualquier país que denuncia la Carta de la OEA puede retirarse cuando se cumplen dos años de ese acto, pero solo si está al día en el pago de sus deudas, que en el caso de Venezuela ascienden a 12 millones de dólares.
Maduro no pagó esa deuda, pero los representantes de Guaidó han asegurado que la asumirán para permanecer en el mecanismo panamericano, por lo que de facto Venezuela sigue dentro.
De hecho, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recordó que la salida de Venezuela se frenó poco después de que el 23 de enero Guaidó invocara unos artículos de la Constitución de Venezuela para reclamar que como jefe del Parlamento debía ser presidente interino.
Nicolás Maduro afirmó haber “liberado” a Venezuela de la OEA durante una celebración para festejar su salida del organismo; sin embargo, gracias a una larga estrategia diplomática, el líder opositor Juan Guaidó logró imponer su presencia en la entidad en un movimiento que le otorga poder para influir en el continente americano.
El venezolano Gustavo Tarre, representante en la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guaidó, ocupa el asiento de Venezuela desde mediados de abril y ya puede participar activamente en el organismo con su voto.
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“Esto sirve para aumentar la legitimidad internacional. Cada día Maduro está más solo”, dijo Tarre, quien el 9 de abril recibió el apoyo del Consejo Permanente de la OEA para convertirse en “representante permanente” por designación de la Asamblea Nacional venezolana (AN, Parlamento), presidida por Guaidó.
Tarre ya hizo valer su voz en el organismo y se posicionó a favor de que se apliquen medidas para disciplinar al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, por sus “acciones represivas” contra quienes desde abril de 2018 piden su renuncia tras 12 años consecutivos en el poder.
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Dirigiéndose al resto de embajadores, Tarre expresó: “Observarán ustedes un cambio sustancial en la posición de nuestro país, de un vergonzoso apoyo a la dictadura de la familia Ortega, vamos a pasar a un fraterno y solidario respaldo a la lucha del pueblo de Nicaragua para restablecer la democracia”.
Deuda
Tarre ya ha adelantado que una de sus prioridades será la “vuelta” de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos, cuyos pilares son la propia OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), con sede en San José (Costa Rica).
Técnicamente, según el reglamento del organismo, cualquier país que denuncia la Carta de la OEA puede retirarse cuando se cumplen dos años de ese acto, pero solo si está al día en el pago de sus deudas, que en el caso de Venezuela ascienden a 12 millones de dólares.
Maduro no pagó esa deuda, pero los representantes de Guaidó han asegurado que la asumirán para permanecer en el mecanismo panamericano, por lo que de facto Venezuela sigue dentro.
De hecho, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recordó que la salida de Venezuela se frenó poco después de que el 23 de enero Guaidó invocara unos artículos de la Constitución de Venezuela para reclamar que como jefe del Parlamento debía ser presidente interino.
