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La titánica labor de los aviones cazahuracanes

  • 08 octubre 2016 /

Este avión está equipado con cuatro hélices y motor turboprop.

Florida, Estados Unidos

No es un avión común y corriente. Tampoco tiene primera clase ni clase turista, no hay azafatas, no hay asientos reclinables, ni televisores para ver películas. Allí, solo hay cables, monitores, computadoras, bolsos de primeros auxilios, y una tripulación que cada año arriesga sus vidas para mantener a millones de personas bien informadas sobre la trayectoria e intensidad de ciclones tropicales.

Se trata del caza huracanes, una de varias aeronaves que desde 1943 tienen la misión de volar dentro de los ciclones tropicales para investigar el comportamiento de estos fenómenos atmosféricos.

En todo el mundo solo hay 12 aviones caza huracanes y están ubicados en Estados Unidos: 10 los opera la Fuerza Aérea y dos la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Uno de ellos, el WC-130J
ha visitado varios países para enseñar sobre la importancia de la información meteorológica y hacer conciencia sobre los peligros de los huracanes.

Este avión está equipado con cuatro hélices y motor turboprop. En la parte de atrás de la aeronave recolectan toda la información que recogen los múltiples sensores que tiene el avión para conocer cuan intenso es el huracán y lo que está pasando dentro de la tormenta.

Dichos sensores alimentan el sistema de las computadoras con datos sobre la precisión atmosférica, temperatura, velocidad del viento y humedad del fenómeno atmosférico.

Uno de esos sensores ubica en el ala del avión, mirando hacia abajo, para medir los vientos en la superficie oceánica. Otro instrumento de medición es una especie de cilindro largo que se lanza al ojo del huracán y cae en paracaídas a la superficie del océano, esto para medir la presión del ojo del huracán en la superficie del mar.

Foto: La Prensa

Durante la temporada de huracanes 2015, el Escuadrón de Reconocimiento 53 realizó 75 misiones, incluyendo 38 vuelos de investigación sobre el Atlántico para el Centro Nacional de Huracanes.


Cuidados

Jon Talbot, jefe meteorólogo del escuadrón de este avión operador por la Fuera Aérea estadounidense señaló que “es muy peligroso para el avión volar bajito en el huracán así que nos mantenemos a 10,000 pies de altura y soltamos el instrumento en el medio, cae al océano y nos da la información”.

El avión Caza Huracanes suele pasar unas cinco horas en un solo viaje dentro del huracán investigando y analizando toda la información del fenómeno. Pueden viajar cuatro personas: un piloto, copiloto, navegador y un oficial de reconocimiento del clima.

Toda esa información recopilada pasa vía satélite al Centro Nacional de Huracanes para proyectar la dirección y la intensidad de cualquier fenómeno tropical y así tener los pronósticos más certeros de estos eventos naturales.

Talbot precisó que la tecnología del avión les permite hablar y textear por teléfono con los meteorólogos.

“Si la tormenta se intensifica rápidamente puedo hablar a los pronosticadores y con las agencias de emergencias sobre lo que está pasando. Así que la información empieza desde aquí, el avión, va al Centro de Huracanes y luego al público”, destacó este especialista.

Agregó que en estos 73 años no ha ocurrido ningún accidente durante estas misiones, pero siempre enfrentan riesgos, principalmente por las fuertes lluvias del fenómeno atmosférico.

“Somos bien cuidadosos y tenemos muchas experiencia. Hemos volado estos aviones por más de 100,000 horas en el aire sin accidentes”, resaltó.

También volaron en 7 ocasiones al Pacífico Oriental y 30 veces sobre el Pacífico Central.