Gualcinse, Lempira, Honduras.
Ocho días después del incendio de la iglesia Inmaculada Concepción de María en este municipio ubicado al sur del departamento de Lempira, la comunidad se organizó y su Corporación Municipal decretó estado de emergencia por el siniestro que redujo a cenizas el histórico templo.
Bajo el lema “De una nueva era”, los pobladores asistieron masivamente al cabildo abierto convocado por el alcalde donde se determinó reconstruir la reliquia histórica. La decisión de declarar estado de emergencia fue con un solo objetivo: poder disponer de los pocos fondos que tiene la alcaldía para poder invertir en material y proteger lo que quedó del templo.
La zona está siendo afectada por las lluvias y el temor de los pobladores es que las paredes del templo cedan. Aunque están dañadas, según Antropología e Historia, todavía pueden restaurarse.
Se necesitarían unos 15 millones de lempiras para restaurar la iglesia, en un municipio donde el presupuesto anual es apenas de 14 millones.
El párroco Rubén Gómez celebró una misa en las afueras de lo que quedó del templo y desde un púlpito improvisado envió un mensaje de esperanza a los pobladores que rezaban y se tomaban de las manos seguros que de la tragedia surgirá un nuevo amanecer para los pobladores.
El sacerdote motivó a las organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y a la sociedad civil a apoyar al pueblo ante la pérdida de un patrimonio del país de más de tres siglos.
Al histórico cabildo celebrado en el municipio acudieron diputados, el gobernador del departamento y alcaldes de los municipios del sur de Lempira, quienes se muestran preocupados de que ocurra otra tragedia similar y no exista ni siquiera una unidad bomberil en la región.
Ocho días después del incendio de la iglesia Inmaculada Concepción de María en este municipio ubicado al sur del departamento de Lempira, la comunidad se organizó y su Corporación Municipal decretó estado de emergencia por el siniestro que redujo a cenizas el histórico templo.
Bajo el lema “De una nueva era”, los pobladores asistieron masivamente al cabildo abierto convocado por el alcalde donde se determinó reconstruir la reliquia histórica. La decisión de declarar estado de emergencia fue con un solo objetivo: poder disponer de los pocos fondos que tiene la alcaldía para poder invertir en material y proteger lo que quedó del templo.
La zona está siendo afectada por las lluvias y el temor de los pobladores es que las paredes del templo cedan. Aunque están dañadas, según Antropología e Historia, todavía pueden restaurarse.
Se necesitarían unos 15 millones de lempiras para restaurar la iglesia, en un municipio donde el presupuesto anual es apenas de 14 millones.
El párroco Rubén Gómez celebró una misa en las afueras de lo que quedó del templo y desde un púlpito improvisado envió un mensaje de esperanza a los pobladores que rezaban y se tomaban de las manos seguros que de la tragedia surgirá un nuevo amanecer para los pobladores.
El sacerdote motivó a las organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y a la sociedad civil a apoyar al pueblo ante la pérdida de un patrimonio del país de más de tres siglos.
Al histórico cabildo celebrado en el municipio acudieron diputados, el gobernador del departamento y alcaldes de los municipios del sur de Lempira, quienes se muestran preocupados de que ocurra otra tragedia similar y no exista ni siquiera una unidad bomberil en la región.
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Wilson Pineda, gobernador político de Lempira, dice que las gestiones ya empezaron a fin de obtener fondos para reconstruir la iglesia.
“El presidente de la República está a la espera del presupuesto que va a elaborar Antropología e Historia para la reconstrucción de la iglesia”
Pineda dijo que también se incluirá la plaza aledaña al templo para que sea un solo proyecto, ya que el pueblo carece hasta de un parque. “Ya estamos gestionando también una ayuda directa del Presidente”, dijo.
Fueron los diputados Salvador Valeriano y Gustavo Pérez quienes se comprometieron a presentar un decreto donde se contemple la urgencia de reconstruir el templo. “El proyecto irá encaminado a pedir que se amplíe en el presupuesto de la República una cantidad significativa de fondos con carácter de emergencia para darle asistencia de inmediato al templo que es patrimonio histórico”, dijo Valeriano. La ayuda es urgente porque está lloviendo y se debe aprobar de inmediato, enfatizó.
El arquitecto Óscar Alvarado, representante de Antropología, dijo que evaluaron los daños dejados por el incendio y se elaboró un informe conteniendo lo que se perdió de bienes muebles.
“La iglesia está incluida en el inventario nacional de bienes inmuebles”, dijo. El profesional informó que se elaborará un perfil de un proyecto con un juego de planos y una propuesta para reconstruir la iglesia y eso llevará más o menos un mes porque es un trabajo minucioso.
“Las paredes y la torre campanario que quedaron en pie se tienen que reforzar y el techo se tendrá que reconstruir en base a lo que se documentó en su momento”, agregó.
El alcalde Marco Tulio García, dijo que la declaración de emergencia es para poder disponer de algunos fondos que se empezaron a emplear para que las paredes no se caigan.
“Estamos organizados y listos para empezar a trabajar porque hemos perdido parte del templo, pero no las ganas de trabajar”, enfatizó el alcalde.
