28/04/2024
05:39 PM

Perseverancia y creatividad, claves del emprendimiento

Tres pequeños empresarios cuentan cómo han logrado sacar adelante sus negocios pese a los obstáculos.

San Pedro Sula, Honduras.

Aunque son historias diferentes, la motivación de salir adelante es la misma. Son tres emprendedores que pese a los obstáculos que les han surgido en el camino luchan por hacer crecer sus microempresas.

Para Gerardo Gálvez, Francis Banegas y Gloria de Castellanos, las claves para ser un buen emprendedor son la perseverancia y la creatividad.

Reconocen que montar un negocio en el país no es fácil, sobre todo por la falta de financiamiento, de espacios de venta y los costos de los permisos para operar; sin embargo, aseguran que todo es posible si se sabe trabajar.

Líderes de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) han destacado la necesidad de que se creen modelos de créditos espaciales para los emprendedores y que los costos de los permisos no sean los mismos que para un gran empresario.

Pedro Barquero, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), confía en un cambio para los emprendedores con la puesta en marcha del monotributo, una figura tributaria que espera incluir a aquellos que operan en la informalidad.

Gerardo Gálvez

Junto a su madre comenzó a revender el pan que hacía uno de sus primos. El negocio era próspero hasta que producto de la extorsión su pariente tuvo que salir del país.

Sabía que un buen pan atrae a los clientes, y ante la falta de un empleo, Gerardo Gálvez (de 33 años) con el apoyo de su mamá Rosa Guadalupe Santos (de 60) decidieron iniciar su propia venta de pan casero.

“Tenía un dinero y compré una batidora, comenzamos a hacer el pan en la casa. Vendíamos en el Seguro Social, con los amigos, con los familiares. No teníamos local, nos íbamos en un carro a vender afuera del Seguro en el bulevar del norte”, contó.

Los ingresos iban muy bien, hasta que el año pasado fueron desalojados del punto de venta, lo que causó que estuviesen a punto de abandonar el negocio. “No queríamos cerrar porque tenemos tres empleados, aparte de mi mamá y yo. Dos son madres solteras y nos pedían que no cerráramos. Ellos nos ayudaron y aguantaron la crisis con nosotros”.

Gálvez cuenta que con el Bazar del Sábado, iniciativa de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), ahora tienen un espacio de venta y los ingresos han sido muy buenos. “Ya nos legalizamos, ya estamos pagando impuestos, gracias a Dios”, expresó.

La microempresa llamada el Pan de la Lic, en honor a la señora Rosa Santos, que es licenciada en Enfermería, ofrece pan de coco, semitas, pan blanco y pan de torta, además del pan baguette, que recién aprendieron a hacer en una capacitación. Gálvez destaca que los costos de los registros sanitarios y de alquileres de locales son muy onerosos para un microempresario.

Francis Banegas

Trabajó por más de siete años en una institución financiera, hasta que tuvo que trasladarse de Tegucigalpa a San Pedro Sula por una oportunidad laboral para su esposo.

Era ama de casa y se capacitaba en belleza cuando en uno de sus viajes a Colombia, Francis Banegas (de 41 años) probó las obleas, un postre callejero que se vende cada dos cuadras en ese país.

Este bocado es la unión de dos delgadas galletas que se elaboran con una máquina a presión que pueden ser rellenadas con diferentes mermeladas y jaleas. “Pensé en traer algo distinto a Honduras y compré una máquina para hacer las galletas y comenzar a vender las obleas. También preparo las mermeladas. Combino sabores, todo es parte de la creatividad”.

Foto: La Prensa

Gracias a la enseñanza de su madre, Banegas elabora distintos sabores de mermeladas que ofrece a decenas de clientes que llegan a comprar su producto todos los sábados en Expocentro. Su ayudante es su hija de 10 años, a quien parece gustarle ser emprendedora igual que su madre.

“Vendo obleas desde hace tres meses y gracias a Dios me ha ido superbien. Tengo tres personas que me ayudan con los eventos en donde prestamos nuestros servicios”, dijo.

La madre de dos hijos cuenta que el trabajo de cocina es bastante absorbente, pero sabe combinarlo con sus quehaceres de ama de casa, sin descuidar ninguno de ellos. “Para emprender todo está en uno. Solo es tener una actitud positiva. Nada es fácil, pero con la ayuda de Dios todo es posible”, enfatizó. El sueño de Banegas es tener un punto de venta de obleas en todo el país.

Gloria de Castellanos

Siempre se ha dedicado al comercio y así ha logrado sacar adelante a sus seis hijos, pero fue hasta hace un año que comenzó a elaborar y vender bisutería.

“Mi hijo de 15 años me dijo que quería aprender a hacer joyería, le compré el material y al verlo a él haciéndolo comencé yo también.

Desde entonces me he quedado elaborando la bisutería y vendiéndola”, relató Gloria de Castellanos (de 55).

Castellanos contó que se casó muy joven y solo cursó ciclo común, por lo que las oportunidades de trabajo siempre fueron muy limitadas para ella. Esto, aunado al deseo de trabajar en lo propio, hizo que creara su microempresa Glory Collection.

“Cuando uno quiere emprender no hay obstáculo, porque hay materiales y productos que se pueden comprar cómodos”, señaló.

Cuenta que aunque haya una alta oferta de bisutería, hasta ahora su microempresa ha sido un éxito.

“Yo veo las joyas que hay en las tiendas y me inspiro para hacer mis propias creaciones y darle al cliente un producto bonito”.

Uno de los principales admiradores de su trabajo es su esposo, quien la incita a continuar haciendo lo que tanto le gusta.

“Él me dice que es lindo lo que hago”, dijo sonriendo Castellanos.

Agregó que cada vez más hombres compran joyería para sus novias, esposas o familiares. “Siempre hay hombres que me compran aritos o collares para sus esposas o familiares. Ahora se ven más que antes, siempre está el detalle para ellas”, indicó.