Tegucigalpa, Honduras.
Para las elecciones generales del próximo 26 de noviembre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) incluirá el voto en casa, llevando la Mesa Electoral Receptora a los ciudadanos que no pueden salir de su hogar.
Ese fue uno de los compromisos suscritos ayer en la inauguración de la 31 Conferencia del Protocolo de Tikal, que se desarrolla en Tegucigalpa y que tiene como eje central los derechos políticos e inclusión en procesos electorales.
Cada uno de los países miembros de la Asociación de Tribunales Electorales de Centroamérica y el Caribe, como Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Jamaica, Dominicana, Panamá, Santa Lucía, Antigua y Barbuda y los invitados especiales de Ecuador y México, compartieron sus experiencias sobre la inclusión de personas con discapacidad.
Para llevar la mesa a una vivienda se identificará al ciudadano, pues se requiere que tenga más de 65 años de edad y un 65% de discapacidad corporal. Ya identificado, el votante tiene que estar de acuerdo con que la urna vaya a su casa, ya que llegan observadores y representantes de los grupos de discapacidad para que el ciudadano pueda ejercer el sufragio. También se analizó llevar el voto a las cárceles y se incluirá el voto en centros de asistencia como el hospital San Felipe.
Para las elecciones generales del próximo 26 de noviembre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) incluirá el voto en casa, llevando la Mesa Electoral Receptora a los ciudadanos que no pueden salir de su hogar.
Ese fue uno de los compromisos suscritos ayer en la inauguración de la 31 Conferencia del Protocolo de Tikal, que se desarrolla en Tegucigalpa y que tiene como eje central los derechos políticos e inclusión en procesos electorales.
Cada uno de los países miembros de la Asociación de Tribunales Electorales de Centroamérica y el Caribe, como Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Jamaica, Dominicana, Panamá, Santa Lucía, Antigua y Barbuda y los invitados especiales de Ecuador y México, compartieron sus experiencias sobre la inclusión de personas con discapacidad.
Para llevar la mesa a una vivienda se identificará al ciudadano, pues se requiere que tenga más de 65 años de edad y un 65% de discapacidad corporal. Ya identificado, el votante tiene que estar de acuerdo con que la urna vaya a su casa, ya que llegan observadores y representantes de los grupos de discapacidad para que el ciudadano pueda ejercer el sufragio. También se analizó llevar el voto a las cárceles y se incluirá el voto en centros de asistencia como el hospital San Felipe.