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Familias hondureñas huyen para salvar a jovencitas

  • 03 julio 2017 /

Casos trágicos prueban el asedio de mareros a niñas hondureñas. El 64% de los desplazados por violencia en Honduras son mujeres, según informes de Conadeh.

San Pedro Sula, Honduras.

Para algunas niñas y jóvenes hondureñas que viven en zonas controladas por pandillas, la belleza puede ser su maldición. Sufren acoso y hasta amenazas de mareros que quieren forzarlas a tener una relación amorosa con ellos.

En los casos más trágicos, algunas han sido ultimadas por negarse a acceder a los deseos de la Mara Salvatrucha, la Pandilla 18 y otros grupos criminales organizados.

Impotentes ante el peligro, miles de familias hondureñas han huído, dentro o fuera del país, para proteger a las jovencitas que son asediadas por grupos criminales.

Sépalo
En 2016 Conadeh atendió 757 denuncias de desplazamiento forzado interno y este año ya van 129 casos.
Con solo 16 años, “María”, quien vivía en el sector Rivera Hernández de San Pedro Sula, tuvo que abandonar sus estudios cuando un pandillero se empecinó en que ella fuera su novia.

“Lo rechacé varias veces, pero él insistía. Me esperaba fuera del colegio, me seguía”, contó “María” en un testimonio obtenido mediante la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

“Tenía miedo de terminar siendo violada u obligada a una relación con él”, confesó “María”, quien dijo que no tuvo otra opción más que abandonar los estudios para huir del peligro.

Foto: La Prensa


Perseguidas. Cada año hay más de 16,000 nuevas solicitudes de hondureños que buscan ser refugiados en diferentes países del mundo.

“El accionar de las maras o pandillas hondureñas tiene atemorizadas a familias enteras que finalmente se ven forzadas a desplazarse”, dijo Roberto Herrera Cáceres, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh). Afirmó que las principales causas por las que familias huyen de las maras es por amenazas de violencia o intentos de “reclutamiento de niños, niñas y adolescentes”.

Según cifras del Centro de Atencion al Migrante Retornado (CAMR) y la Dirección de niñez, adolescencia y familia (Dinaf) en promedio 30% de personas que emigran de Honduras son féminas.

El 70% de la migración es de hombres, pero resulta revelador que en la mayoría de casos de desplazamientos obligados por violencia las víctimas son damas.

“Se detectó que las mujeres figuran como el sector de la población más vulnerable al desplazamiento por violencia al registrarse el 64%”, según la Unidad de Desplazamiento Interno por Violencia del Conadeh.

Desplazados. Entre 2004 y 2017 “más de 41,000 familias de diversos municipios del país se vieron en la obligación de desplazarse forzosamente por razones de violencia e inseguridad y por el accionar de grupos delincuenciales y del crimen organizado”, indica Conadeh.

El titular de este organismo lamentó que miles de jóvenes, féminas y varones, estén expuestos a la violencia practicada por las pandillas en Honduras. “Si no aceptan ser reclutados por las maras o por el crimen organizado se les amenaza y no solo se elimina a la persona que se negó sino que a toda la familia. Por eso el temor cunde y tienden a buscar desplazamientos”, afirmó.

Según Acnur, en los últimos 13 años más de 170,000 hondureños se convirtieron en desplazados dentro del país debido a la violencia de las pandillas.

Trágico. Prueba de los horribles extremos a los que pueden llegar los pandilleros que se obsesionan con jovencitas es la trágica muerte de Bessy Lorena Flores Ramos y Maryori Suyapa Euceda Cerrato, ambas de 20 años quienes eran amigas y cuyos cadáveres fueron hallados en un remoto sector de Tegucigalpa el mes pasado.

Al inicio se relacionó la muerte de ellas con un encuentro que tendrían con alguien que solo conocían por Facebook, pero luego los familiares revelaron que en realidad un pandillero se enamoró de la hermana menor, de 15 años, de Bessy Flores, pero como la quinceañera nunca accedió a sus peticiones, él comenzó a amenazarla.

La familia trató de huir a Estados Unidos, pero fueron deportados y al poco tiempo el pandillero, en venganza, mató a Bessy Flores Ramos y Maryori Euceda Cerrato, que habían salido juntas de paseo.

Más de 870 mujeres son integrantes activas de las pandillas en Honduras
Aunque la cifra de mujeres pandilleras es incierta en Honduras, el Departamento de Delitos Especiales de la Policía Nacional asegura que es preocupante el gran número de mujeres vinculadas a maras y al sicariato.

El informe del Programa Nacional de Prevención rehabilitación y Reinserción Social denominado “Situación de las maras y pandillas en Honduras” afirma que más de 800 mujeres forman parte de las pandillas hondureñas.

Más de 450 serían de la MS-13 y más de 390 de la 18 y el resto de otras maras.
Sin embargo, otros estudios afirman que en el país hay más de 70,000 mareros y que un 20%, o sea unas 14,000, son mujeres.