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El cáncer la venció antes de encontrar a su hijo

  • 27 julio 2019 /

Leonor Colindres perdió su salud por no encontrar a su hijo Javier Soto Colindres

    La Paz.

    Presionado por una pandilla para que formara parte de su estructura criminal, y el sueño de sacar de la pobreza a su familia, Javier Alexis Soto Colindres decidió en 2003 tomar el peligroso camino hacia Estados Unidos, sin sospechar que ese viaje obligado causaría dolor a su familia y aceleraría la muerte de su madre que lo buscó durante años hasta que el cáncer apagó su angustiosa vida.

    Soto Colindres tenía 20 años cuando emprendió ese camino por tierra desde Tegucigalpa con la fe de que llegaría a su destino final, después de recorrer más de 3,000 kilómetros de su ruta migratoria.

    Partió de la colonia Torocagua de Tegucigalpa, y hoy sus parientes, después de 16 años, abrigan la esperanza de que esté con vida en algún lugar de México, entre los más de 123 millones de personas que viven en esa república, la número 14 más grande del mundo.

    Jessica Carolina Soto, hermana del desaparecido, relató a LA PRENSA, con un tono de voz bajo, pero con esperanza: “Son 16 años que no sabemos de mi hermano que desapareció en la Ciudad de México, desde allí tuvimos la última comunicación con él cuando tenía seis meses de haberse ido.

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    Edita Maldonado trabaja como apoyo de madres de desaparecidos.

    él nos dijo ese día que estaba trabajando en una gasolinera como lavador de carros, porque lo habían asaltado y golpeado”.

    “él vendía tamalitos, elotes, tortillas, verduras y muchas cosas en Honduras, pero siempre nos decía que así no iban a salir adelante y que su sueño era construir una casa”, recordó Jessica, quien pertenece a la Unión Nacional de Comités de Familiares de Migrantes Desaparecidos de Honduras (Uncomide), una organización que apoya a familiares de desaparecidos y lidera una caravana anual que recorre varias ciudades de México en busca de sus parientes desaparecidos.

    “Esa ruta le abrió las esperanzas a mi madre (Leonor Colindres) de encontrar a mi hermano en algún lugar de México”, reveló Jessica.

    La angustia la mató. “Fue en uno de los recorridos de la caravana migratoria, hace un año, que mi madre perdió la vida vencida por el cáncer”, contó con nostalgia Jessica, al tiempo que deslizaba uno de sus dedos pulgares alrededor de sus ojos, para limpiar sus lágrimas de dolor.

    “Mi madre viajó a México en la caravana a buscar a mi hermano, caminando por las vías del tren, aguantando hambre, sed y poniendo de almohada una piedra para poder descansar”, relató.

    Haciendo memoria de la tragedia familiar, Soto recordó que la salud de su madre cambió radicalmente desde que su hermano desapareció. “La angustia de no poder ver a su hijo fue un detonante de muchas enfermedades como hipertensión, preinfartos y cáncer”, añadió a su triste testimonio la hermana del desaparecido.

    Dieron pistas de su hermano.

    Jessica dijo que durante la caravana migratoria de 2018 varios mexicanos al ver una foto que ella portaba en su pecho, le dijeron que habían visto a su hermano en un parque de San Luis, Potosí, con un niño, vendiendo verduras los fines de semana.

    Para Jessica es posible que esa persona sí sea su hermano porque los mexicanos le dijeron que la única diferencia es que la persona que vieron en el parque tiene semiamputados dos dedos y que en la foto aparece completo.

    Ante ese comentario, Jessica explicó que aunque en la foto su hermano aparece completo, lo que le dijeron los mexicanos es cierto, ya que Javier perdió parte de esos dos miembros antes de irse de Honduras, a manos de varios pandilleros.

    “Eso nos abre la esperanza de que esté vivo”, enfatizó la hermana de Javier.

    El psicólogo de la Pastoral de Movilidad Humana y voluntario de Uncomide, Allang Rodríguez, lamentó que el fenómeno de la migración, lejos de minimizarse, va en aumento. Rodríguez sostiene que la migración tiene que ver con causas estructurales como la violencia y sistemas jurídicos debilitados.

    La lucha de las víctimas de desaparecidos es apoyada por la Pastoral de Movilidad Humana de las Hermanas Scalabrinianas que junto a otras organizaciones ayudan en ese propósito.